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Víctor no solo sugiere guardar un dinero para un fichaje 'top' en agosto... pide otro ahorro para enero

El entrenador del Real Zaragoza está pidiendo a la dirección general y la dirección deportiva no gastar todo el techo salarial en el mercado estival y, mediante el ejemplo del Mallorca, invita a manejar los euros con plazos.

Víctor Fernández, pensativo durante el primer fin de semana de entrenamientos del Real Zaragoza en esta pretemporada de 2019.
Víctor Fernández, pensativo durante el primer fin de semana de entrenamientos del Real Zaragoza en esta pretemporada de 2019.
Francisco Jiménez

Víctor Fernández, en sus devaneos de arquitectura e ingeniería desde su posición de entrenador cualificado y con galones del Real Zaragoza actual, está pensando en cómo manejar el dinero y la estrategia de los fichajes. 

Y, según quiso dejar claro en su primera rueda de prensa oficial, la del arranque de la pretemporada previa a la liga 2019-20, él es partidario de gastar menos del límite y, lejos de agotar todo el techo salarial ahora en verano, meter en una hucha una partida para tener capacidad de maniobra en el mercado de enero, a mitad de curso, para retocar con sustancia el equipo de cara a la segunda vuelta. 

Fernández no se anduvo por las ramas en su mensaje a la dirección general y la dirección deportiva. Por un lado, contó cómo el Real Zaragoza puede estar en disposición de fichar un jugador de nivel notable procedente de Primera División si se guarda "una ventanita" de dinero para finales de agosto. Pero es que no solo se quedó ahí su plan de ahorro, su planificación aplazada del dinero global que el Zaragoza va a tener para fichajes.

También, mediante el ejemplo del Mallorca, tercer ascendido este año precedente a través de la Promoción, Víctor Fernández expuso públicamente su ruego a los responsables de los presupuestos: sería conveniente tener cintura en el mercado invernal, tras la Navidad, para reforzar la plantilla en los puntos donde pueda estar flaqueando en esas fechas futuras.

Hucha número 1: para finales de agosto, posible fichaje 'top' a mano

Vamos con sus palabras textuales. Primero, con el recuerdo de la petición de Víctor para tener pulso y paciencia de cara al cierre de este mercado invernal, donde el Real Zaragoza, si tiene dinero suficiente administrado en su cuesta corriente, puede aspirar a un fichaje de impacto. "Hay un efecto dominó con los equipos de Primera División, que tienen una gran capacidad económica y que están acumulando muchos jugadores. Y todos no pueden jugar. Y les van a sobrar y los sacarán. Así que hay muchos futbolistas que hoy no quieren jugar en Segunda División pero que, dentro de un mes, se van a encontrar con la obligación de aceptar una oferta de Segunda", describió Víctor como entremés.

Y prosiguió: "Creo que nos tenemos que dejar una ventanita abierta. La dirección general (Luis Carlos Cuartero) está haciendo malabarismos para encajar bien las cifras dentro del límite salarial y no pasarnos. Y hay que tener una ventana para algo que puede venir y que puede ser una sorpresa", especificó un poco más antes de concluir con un ilusionante mensaje para el zaragocismo: "Podemos encontrarnos en esta pretemporada con alguna sorpresa positiva".

Esta sería la primera remesa de euros que Fernández está pidiendo guardar sin comprometer para llegar con solvencia a ese momento culminante del escaparate de agosto. 

Hucha número 2: los fichajes claves de enero, matices decisivos

La segunda tiene una cadencia más larga. La hucha que solicita Víctor no se rompería hasta el día de Año Nuevo. "Sí que me gustaría, también, tener esa ventana abierta en el mes de enero. Porque esa ventana ha sido fundamental este año, por ejemplo, par equipos como el Mallorca, que pudo acceder a dos delanteros como Leo Suárez y Budimir, que le dieron el empujón definitivo que necesitaban para ascender. Estaban siempre entre los 8 primeros, y estos fichajes le aportaron el impulso final para asaltar el ascenso", expuso de manera gráfica y empírica. 

Víctor Fernández tiene aún en la memoria próxima lo sucedido a su llegada, en la Navidad última, en puertas de un mercado invernal en el que el Real Zaragoza, sin apenas liquidez para reforzarse y metido en la cola de la clasificación, solo pudo aspirar a reforzarse con dos veteranísimos jugadores como Linares y Dorado (ambos de 36 años) cuando las circunstancias eran de peligró extremo para la entidad. El técnico, que ahora piensa en el lado opuesto de la clasificación, en el de la pugna por el ascenso, aporta esta posible maniobra financiera como doble comodín a utilizar en tiempos medidos.

Otra cosa es que, con las limitaciones dinerarias con las que ha de vivir el Real Zaragoza actual, se pueda aspirar a manejar el presupuesto general para la plantilla para, por un lado, hacer un equipo competitivo y con aspiraciones reales en el tramo estival que va hasta el 25 de agosto; por otro lado, guardar en un cajón una partida económica para fichar algún descarte sonoro de Primera en la última semana del mercado, justo en el inicio de septiembre; y, en tercera instancia, ser capaces de tener otro depósito de ahorro a medio plazo para ser utilizado del 1 al 31 de enero próximos cuando la liga esté en su ecuador. 

Se trata de un proyecto perfecto, idílico, fetén sobre el papel o expresado oralmente. Algo bien distinto es ejecutarlo en la práctica. Para eso, hay infinidad de imponderables que torear y, obviamente, tener mucha suerte en el riesgo. Quizá sea hasta un imposible. 

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