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Repaso táctico en la pizarra y puesta a punto a 36 grados

El Real Zaragoza llevó a cabo a las 19.00 de este lunes el último entrenamiento extra antes de jugar el partido de la penúltima jornada ante el Numancia en La Romareda (martes, 21.00).

Nieto y Pombo, a la salida de la charla de Víctor Fernández, con vídeo y pizarra, antes de comenzar el entrenamiento vespertino del Real Zaragoza este lunes en la Ciudad Deportiva.
Nieto y Pombo, a la salida de la charla de Víctor Fernández, con vídeo y pizarra, antes de comenzar el entrenamiento vespertino del Real Zaragoza este lunes en la Ciudad Deportiva.
Raquel Labodía

Ya está. Ya se han pasado los dos días de demora para jugar la penúltima jornada de liga, con el Real Zaragoza-Numancia como foco de atención en La Romareda, en la noche del martes a las 21.00. El equipo aragonés completó en la tarde de este lunes un entrenamiento extraordinario, derivado de la suspensión de los partidos clave de la 41ª estación de la competición liguera a causa del accidente de tráfico mortal que acabó con la vida del internacional José Antonio Reyes, jugador del Extremadura, al mediodía del sábado pasado. Fue un ensayo suave, rápido y con intensidad atenuada.

Los 35 grados que caían a peso sobre la hierba de la Ciudad Deportiva no aconsejaban grandes esfuerzos. Víctor Fernández se llevó a los muchachos a la sala de vídeo, para ver un rato de táctica con imágenes del rival soriano, que viene a Zaragoza apurado, a falta de un punto para asegurar la permanencia y no correr riesgos de caerse a Segunda B el domingo, cuando todo se termine definitivamente. Hubo algo más de 20 minutos de audiovisual y, asimismo, de apoyo sobre la pizarra de rotulador de borrado rápido. Cuatro ideas. Un repaso.

Después, al tostadero. Ni un metro cuadrado de sombra había en el campo de entrenamientos del primer equipo, bien regado ad hoc durante los prolegómenos de la sesión por los operarios del club. Cosas del pre verano, que ya anuncia vacaciones para los torpes y Promoción de ascenso para los aplicados, entre los que no estarán este año ni zaragocistas ni numantinos, como sí lo hicieron hace un año. 

Nada nuevo. Víctor decidió no hablar. La previa la dio Loreto el viernes y, como no ha pasado nada nuevo, prevalece aquel mensaje, que tampoco tenía demasiada profundidad toda vez que el Real Zaragoza no se juega más allá de la honra, la lealtad con la competición y un bolso de euros como premio por puesto en la clasificación (no es despreciable, pero no es algo crucial).

La lista de convocados no sufrirá variaciones. Zapater está en el dique seco hasta la pretemporada. Igbekeme, lo mismo. Y Papunashvili se ha ido por la mañana a su casa de Tbilisi, en Georgia, donde llegará lesionado y sin entrenarse durante 8 días porque le dolía la cadera. Eso sí, está convocado por su seleccionador nacional. El combinado georgiano juega partidos oficiales de la Eurocopa ante Gibraltar y en Dinamarca. A ver qué pasa con el extremo zurdo. O sea, que los dos decartes por motivos técnicos, Aguirre y Álex Muñoz, serán de nuevo los que se queden fuera de los 18 citados. 

Este alargue en la espera del último partido en casa, del adiós a la temporada ante la afición aragonesa, no ha hecho sino confirmar que al Real Zaragoza estos dos últimos partidos (éste y el del domingo en Tenerife) no le generan un estímulo demasiado visible. La salvación matemática obrada el pasado fin de semana en un retruque con corbata a dos bandas, derrota en Málaga y apoyo en el rebote del Majadahonda, ha generado un relax mental inevitable, "cuatro pulsaciones menos por minuto" lo denominó Loreto el otro día. Tal vez ahora, con estos dos días de retraso por fuerza mayor, en vez de cuatro pueden ser hasta seis o siete. 

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