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Mallorca, la primera de las 6 únicas goleadas a favor desde 2013

El Real Zaragoza, que solo ha alcanzado los 4 goles en un partido en media docena de ocasiones desde que bajó a Segunda por última vez, venció 2-4 en Son Moix con Herrera.

Henríquez, delantero centro chileno del Real Zaragoza, remata uno de sus dos goles anotados en el 2-4 logrado por los blanquillos en Mallorca en 2013.
HA

Cuesta encontrar amarres amables, enfoques dulces verdaderos y objetivos, sobre el caminar del Real Zaragoza en la última década. Es labor de orfebre, las más de las veces, hallar asideros gentiles entre tanta maraña, tanto humus y mantillo futbolístico. Pero hay que intentarlo cada semana, cada día. Y, ante ese nuevo viaje a Mallorca, lugar donde el cuadro zaragocista está obligado a dar otro paso hacia la salvación de la categoría (no hay más alternativas en las aspiraciones hace un tiempo), viene a la mente el primer año después del último descenso, hace ya 6 de ello, con el retrogusto delicioso que dejó una matinal de Canal + en la que el equipo aragonés venció en el mismo estadio el que ahora se jugará el pellejo: Son Moix.

Fue un aparatoso 2-4 a favor de aquel Zaragoza que dirigía Paco Herrera en el banquillo, con el proyecto que le pusieron en las manos a Suso García Pitarch como director general ejecutivo del club zaragocista y que el dirigente valenciano cumplió a rajatabla, dinamitando los cimientos del agapitismo para que el mascarón de proa de aquella trama, Iglesias el soriano, acabara saliendo eyectado para siempre de la SAD.

Ese día, Mallorca significó, sin saberlo, la primera de las 6 únicas goleadas a favor que ha sido capaz de lograr el Real Zaragoza desde 2013, cuando volvió para quedarse largo rato en Segunda, en donde sigue anclado para pesar general.

Considerando 'goleada' los días en los que el Real Zaragoza marcó 4 goles (no se puede hablar de más, pues en este ya largo tramo de su historia en Segunda nunca ha alcanzado los 5 o más), el cuadro blanquillo solo ha anotado esos 4 tantos en un partido en media docena de ocasiones. La primera, en Mallorca.

Fue el 6 de octubre de 2013. Los goleadores zaragocistas fueron Henríquez (2), Acevedo y Barkero. Los mallorquinistas, Agus y Víctor Casadesús. En aquella soleada mañana de domingo, Paco Herrera alineó a Leo Franco; Cortés, Álvaro González, Paredes, Abraham; Paglialunga, Acevedo, Barkero; Víctor Rodríguez, Montañés; y Henríquez. También jugaron ese día Rico, Cidoncha y José Mari. Los otros expedicionarios que viajaron pero no salieron al césped fueron Whalley, Fernández, Ortí y Roger.

En frente, estaba aquel Mallorca de Oltra con, además de los goleadores ya citados, Thomas (ahora en el Atlético de Madrid), Gerard Moreno (punta del Villarreal), Íñigo Pérez (hoy en el Osasuna y verdugo zaragocista en junio pasado con el Numancia), Alfaro, Nunes, Nsue, el portero Miño...

Lo que pareció una exhibición que anunciaba un enorme año, se quedó en agua de borrajas en el discurrir de aquella liga para el Real Zaragoza. Lo importante, en esa anualidad, no estaba sobre el campo y se gestaba y rumiaba en los despachos, como al final explotó y erupcionó con claridad y sin remedio.

Después de este '4' del Real Zaragoza en Mallorca, hubo que esperar hasta la temporada siguiente, la 14-15, para vivir 3 de los 5 restantes marcadores abultados a favor. Porque, en efecto, una vez destituido Víctor Muñoz en octubre y aterrizado Ranko Popovic, el equipo atravesó por el momento de mayor brillantez y solvencia de este largo tiempo en Segunda. Lo dicen los números, lo refrendan los hechos y las sensaciones vividas en aquellos meses que montaron dos campañas. 

Con el entrenador serbio, Popovic, hubo, pues, 3 goleadas a favor en poco tiempo. Ranko, de hecho, se estrenó en el banquillo zaragocista, en La Romareda, con un apabullante 4-1 a la Ponferradina. Poco después, su Zaragoza le endosó un concluyente 4-0 al Barcelona B. Y, por supuesto, imborrable (a la par que inútil finalmente) es aquel 1-4 en Montilivi frente al Girona, en la vuelta de la semifinal de la Promoción de ascenso, con el que el Real Zaragoza remontó, en un hito histórico de tamaño mundial por su dimensión, un 0-3 adverso de la ida. Luego, la final en Las Palmas, el gol postrero de Araujo a falta de 6 minutos... hizo que la temporada zaragocista acabase en chasco cuando todo pintaba a éxito maravilloso.

En las dos temporadas consiguientes, la 15-16 (con el inicio de Popovic y la continuación de Lluís Carreras hasta la vergüenza de Palamós-Llagostera) y la 16-17 (la de Luis Milla, Raúl Agné y César Láinez, con el descenso a Segunda B a milímetros de producirse), el Real Zaragoza no goleó a nadie. 

Fue el curso pasado, el 17-18 y muy al final, cuando el equipo en auge de Natxo González le metió un 4-1 al Albacete para retomar el escuálido apartado de las goleadas favorables en el último lustro y pico en Segunda. Era la 5ª goleada en 5 años. Una media que, por sí sola, describe el perfil -bajo, escaso, recortado, pobre, justito- que viene mostrando el Real Zaragoza en la división de plata en esta fase de su historia. 

Y, por fin, en la actual sesión liguera, la 18-19, el primer inquilino -de tres- del banquillo, Imanol Idiakez, pudo degustar la 6ª y última alegría puntual del zaragocismo en un partido de liga donde los blanquillos hayan podido acabar con 4 dianas en su casillero. Fue el 8 de septiembre, en Oviedo, con aquel 0-4 que elevó las expectativas del zaragocismo a cotas elevadas por entonces, tanto como dura fue la caída mes y medio después al comprobar que aquel partidazo en el Tartiere fue una anomalía, bella y excelente de vivir, pero una anomalía entre la mediocridad general que vino después, con todos sus efectos secundarios atados por doquier. 

Goleadas a favor... el Real Zaragoza ha celebrado, pues, en los últimos 6 años esta media docena nada más. Con cuentagotas. Tres en La Romareda y tres a domicilio. Y, viene al pelo, la primera, cronológicamente, fue en el estadio de Son Moix, en Mallorca, donde toca jugar de nuevo este lunes y donde habrá que buscar en el aire las ondas herzianas que introdujeron al Zaragoza en la buena sintonía hace unos años.

Ha sido todo tan vertiginoso en este tiempo, que seguro que a muchos les cuesta poner cara a Henríquez (de nombre Ángelo y chileno de pasaporte), a Acevedo (de pila, Walter y argentino de cuna). O recordar los ademanes de Barkero, o de Cidoncha... Ese fue el Zaragoza de aquel día de 2013. Tampoco hace tanto... aunque parezca un mundo en el maremágnum que es el Real Zaragoza desde hace poco más de una década.