Dos gafes a espantar: el Anxo Carro y Pulido Santana

El Real Zaragoza deberá disolver y eliminar de un solo golpe un par de detalles incompatibles hasta ahora con la victoria: el campo del Lugo, donde nunca venció, y el árbitro, con el que jamás ha salido triunfante.

Los jugadores del Lugo celebran uno de los goles con los que derrotaron por 2-1 al Real Zaragoza en su última visita al estadio Anxo Carro.
Dos gafes a espantar: el Anxo Carro y Pulido Santana
Alberto López Rodríguez/La Voz de Galicia

Nunca ha ganado el Real Zaragoza en Lugo al CD Lugo, con el que empezó a enfrentarse en la historia hace solo cinco años, al descender de Primera División y encontrarse a los lucenses en el reparto de rivales de Segunda por primera vez desde 1932, año del nacimiento de los blanquillos.

Y nunca ha vencido el Real Zaragoza con Juan Luis Pulido Santana, árbitro de Las Palmas de Gran Canaria de 35 años, al mando del silbato en sus partidos de liga, algo que comenzó a ocurrir hace dos años y medio, en 2016, pues el juez canario cumple ahora su tercera campaña en la división de plata.

Son dos datos contundentes. Rotundos. Indiscutibles. Fríos y objetivos. Sin ninguna carga ni aderezo opinativo. Pura y dura realidad. 

El Real Zaragoza, en la noche de este sábado 9 de febrero de 2019, tiene por lo tanto ante sí la oportunidad de espantar de un solo golpe estos dos gafes mayúsculos que lo azotan cuando se cruzan en su vida el pequeño estadio lucense y el colegiado insular. Para ello, bastará con ganar en el Anxo Carro al Lugo. Y las dos cuestiones quedarán abolidas simultáneamente. Para siempre. Ya no tendrá sentido nombrarlas más. Se disolverán, se eliminarán en el limbo por naturaleza propia.

Esto que viene a continuación es lo que tiene que dinamitar el Real Zaragoza en este viaje a Lugo. Por un lado, la magia negra que representa para los aragoneses jugar en el Anxo Carro: derrota por 1-0 en la liga 2013-14, la de su primera visita a la ciudad amurallada; empate, 3-3, en la 14-15; otra igualada, 0-0, en la 15-16; de nuevo empate, 3-3, en la 16-17; y voltereta el año pasado, al inicio del curso 17-18, donde el Zaragoza cayó 2-1 en ese fatídico y embrujado lugar.

Y por otra parte, las malas vibraciones que le transmite Pulido Santana cuando le toca ejercer el sagrado trabajo de arbitrar sus partidos con el Real Zaragoza de por medio: empate, 0-0, en Valladolid en la liga 16-17; derrota en La Romareda por 1-2 frente al Sevilla Atlético en ese mismo año lectivo; empate, 2-2, en el Carlos Tartiere de Oviedo el curso pasado, el 17-18; derrota, de nuevo ante el Sevilla Atlético y de nuevo en La Romareda, esta vez por 0-1, también el año precedente al actual; y, ya en la temporada actual, la reciente derrota por 3-1 en Riazor ante el Deportivo de La Coruña, a mitad de diciembre.

Toda esta madeja de bofetadas, de puñetazos directos al hígado zaragocista, la conforman ese binomio Anxo Carro-Pulido Santana que, en la noche sabatina, confluyen peligrosa y curiosamente en el camino del Real Zaragoza a estas alturas de la vida.

En los cinco partidos dirimidos en el campo del Lugo, la cosecha blanquilla es de tres empates y dos derrotas, sin haber sido capaces de sumar un solo triunfo pese a tenerlo a mano con claridad un par de veces (en los gemelos empates a tres acontecidos en dos ligas distintas).

Y de cinco partidos arbitrados por Pulido Santana al Real Zaragoza, es imposible asimismo toparse con un triunfo aragonés: fueron tres derrotas y dos empates. En este epígrafe, además, con un aderezo increíblemente caprichoso y sangrante para los protagonistas damnificados: Pulido estuvo en tres de las destituciones de entrenador del equipo zaragozano en los tiempos recientes: en el 0-0 de Valladolid acabó despidiéndose Luis Milla; en el 1-2 ante el Sevilla Atlético de esa misma liga, el que fue destituido fue Raúl Agné; y, hace mes y medio, tras el 3-1 de Riazor ante el Dépor, fue enviado a su casa con el finiquito Lucas Alcaraz. Lo de Pulido Santana, en este aparatado, es de récord (quizá Guinness).

Así que, una vez expuestos estos preliminares, es una evidencia que el Real Zaragoza, en su cita de este fin de semana, ha de tumbar a más adversarios que nunca para volver de Galicia con los 3 puntos en la mochila: además de al CD Lugo, el rival de turno, a las meigas perniciosas del estadio Anxo Carro y al mal fario que le transmite Pulido Santana con el silbato en la boca en sus partidos. Tres en uno.

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