Real Zaragoza

Año nuevo y vida nueva para el Real Zaragoza, ganador en Gijón por 1-2

Dos goles de Álex Muñoz y Raúl Guti voltearon el inicial de Djurdjevic para firmar el segundo triunfo aragonés bajo la batuta del talismán Víctor Fernández.

Sporting de Gijón-Real Zaragoza
Arnaldo García

El Real Zaragoza inició 2019 con un excelente triunfo por 1-2 en Gijón, ante un Sporting que llegaba invicto como local en los estertores de la primera vuelta de la competición. Tras un mal inicio, el equipo aragonés se creció para darle la vuelta al tanteador y, después, supo manejar los tiempos sin nervios, sin excesos de responsabilidad, con mucha solvencia. Se trata de la segunda victoria en los dos partidos bajo el mando técnico de Víctor Fernández, que rubrica así una sobresaliente vuelta al club blanquillo.

El equipo zaragocista fue claramente de menos a más en el primer tiempo, en el que empezó atorado y a merced de un buen Sporting, que pudo resolver el partido en los 20 minutos iniciales, pero en el que se fue al intermedio ganando 1-2 y con opciones de haber abierto una brecha aún más grande en el marcador, sobre todo si el árbitro, Soto Grado, hubiese señalado un claro penalti del portero Mariño sobre M. Gual en el minuto 42 que interpretó erróneamente como piscinazo del ariete blanquillo. Fue un primer periodo de claroscuros de los de Víctor Fernández que, eso sí, demostraron capacidad de reacción (como ante el Extremadura) y fortaleza mental para superar un arranque obturado a más no poder.

El cuadro asturiano salió al campo efervescente, con disparos constantes al marco aragonés: Giraldes y Salvador avisaron desde fuera del área, Cristian Álvarez tuvo que jugarse el tipo -con el pie un par de veces- ante la presión local, que marró un gol cantado en el minuto 8 en botas de Djurdjevic, tras un error letal de Eguaras atrás del todo en la salida del balón. Pero el delantero serbio remató al palo con todo a placer e indultó al Zaragoza y al medio centro navarro, la sorpresa de Víctor Fernández en su esquema en el El Molinón, un 4-1-4-1 elástico que acabaría por funcionar bien. El balcánico se desquitó 10 minutos después, resolviendo una melé en el área chica tras un saque de esquina del Sporting mal defendido por la defensa blanquilla. Ese 1-0 hizo daño a los zaragocistas, que pasaron un rato idos pese a que Javi Ros y Guti llevaron el balón al área rojiblanca un par de veces a modo de desperezamiento. En el 23, el inglés Blackman marró el segundo tanto local, solo bajo palos tras un pase elevado (que era un chut suave de Djurdjevic). No solo no remató, sino que sacó la pelota hacia atrás, haciendo labor de defensa.

Y ese fue el punto de inflexión para el Real Zaragoza de la buena cara. Igbekeme empezó a rebasar líneas verticalmente. Lasure comenzó a subir su banda, lo mismo que Delmás. Pombo se enchufó entre líneas desde la izquierda y Eguaras comenzó a soltarse filtrando buenos balones hacia arriba. Enseguida, el Real Zaragoza obtuvo premio. En el minuto 26, tras un córner sacado en corto y centrado finalmente por Ros desde el pico del área, Álex Muñoz se estrenó como goleador con un bello cabezazo picado que dio en el palo y entró a media altura. El 1-1 generó en el Sporting un efecto devastador, pues ya no volvió a aparecer por el área de Álvarez con peligro en ningún momento.

De ahí al intermedio, todo lo hizo el Real Zaragoza. El equipo de Fernández, con Loreto en el timón en la banda por la expulsión de Víctor ante el Extremadura, salió de su ritmo lento en la circulación y encontró un punto de velocidad que le sirvió para llevar el balón cerca del gol varias veces. Así, en el 38, Raúl Guti firmó el 1-2 tras una magnífica jugada trenzada, iniciada por un pase a la banda de Eguaras que continuó Lasure con un centro excelente. M. Gual no atinó en el punto de penalti a contactar con el balón, pero por detrás venía Guti (partiendo siempre como extremo diestro) para remachar el volteo en el tanteador. Después de esta buena nueva, aún sucedería la del penalti no señalado a Gual, que bien pudo ser el 1-3 de haber sido todo normal. El pase de Pombo y la recuperación anterior de Igbekeme eran la muestra de cómo estaba jugando en esos minutos el equipo aragonés, con alegría y solvencia.

El segundo tiempo vivió su pistoletazo de salida con otro aire bien distinto al de anteriores desplazamientos. El Zaragoza ganaba y estaba dando unas prestaciones de alto rango. Así que esta vez le tocaba mover fichas al Sporting y arriesgar al límite. El equipo aragonés iba a tener, con seguridad, espacios y oportunidades para redondear su ansiada reacción. La primera acción seria de la reanudación respondió a esa previsión: con los locales volcados en ataque, el Zaragoza montó una contra de 5 atacantes para 3 defensores rojiblancos, pero el remate final de Gual, fuera, no culminó algo que olía al tercer tanto visitante en el minuto 49. Al poco, en el 52, Pombo chutó duro en el área y el portero Mariño rechazó con las piernas como pudo. El Sporting empezó a dar síntomas de vértigos y los zaragocistas de poso y saber estar.

José Alberto, el entrenador astur, movió el banquillo y metió veneno con Álvaro Jiménez en punta. El Zaragoza no se quedó atrás y asomó Papunashvili en vez del goleador Guti. Los minutos iban pasando y los locales no lograban enganchar un buen diapasón de juego. Solo un cabezazo de Blackman, detenido bien por Álvarez en el segundo palo en el 58, llevó peligro al marco aragonés. El técnico sportinguista apostó por el espigado Pablo Pérez como penúltima bala, mientras que Zapater sustituía al apagado Eguaras tras el descanso. Ya solo faltaban 20 minutos y el Real Zaragoza estaba manejando bien la ventaja y el crono, con buenos controles, jugadas largas y lejos de su área. En ningún momento se sintió agobiado.

Neftalí fue un nuevo delantero incorporado en la tercera sustitución gijonesa, a falta de 18 minutos, todo ya a la desesperada. De entre muchos minutos de escasez ofensiva en ambos bandos, M. Gual tuvo una ocasión no consumada en el 76, por no tirar cuando Papunashvili lo había dejado solo en el área. Pudo y debió matar el partido el Zaragoza para no sufrir al final. Porque el Sporting, obviamente, se echó arriba con todo en el tramo definitivo del choque, eso sí, con más corazón que cabeza. Con disparos desesperados, sin pensar, para desazón de la parroquia asturiana. Guitián y Muñoz se multiplicaron al corte. Aun así, Djurjevic enganchó un cabezazo a bocajarro en el 81 que salvó bajo palos Cristian Álvarez en un paradón de categoría suprema. Ahí pudo estar el empate, pues fue la opción más clara de los locales en su alborotado segundo tiempo contrarreloj.

Y ya no hubo nada más reseñable. El partido murió bajo el control absoluto del Real Zaragoza. Con poderío y convencimiento. El medicamento ‘Víctor Fernández’ volvió a dar resultado, el mejor, el necesario. Y el triple pitido de Soto Grado llevó los brazos arriba de todos los zaragocistas, incluyendo a los casi 200 valientes seguidores que se dieron cita en El Molinón y que gritaron con fuerza la victoria, segunda encadenada, que saca al equipo paulatinamente del infierno en el que estaba hace 20 días. La piña humana que fue el equipo fue la foto del día.

Ficha Técnica

Sporting de Gijón: Mariño; Geraldes, Peybernes, Álex Pérez, Cordero; Cristian Salvador, Nacho Méndez (Neftalí, 72); Carmona, Traver (Álvaro Jiménez, 56); Blackman (Pablo Pérez, 66) y Djurdjevic.

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Delmás, Guitián, Álex Muñoz, Lasure; Eguaras (Zapater, 70), Javi Ros, Igbekeme; Raúl Guti (Papunashvili, 61), Pombo; y M. Gual (Aguirre, 82).

Árbitro: Soto Grado (Comité Castellano-Manchego). Amonestó a Traver (21), Geraldes (34), M. Gual (42) y Eguaras (48).

Goles: 1-0, min. 18: Djurdjevic. 1-1, min. 26: Álex Muñoz. 1-2, min. 38: Raúl Guti.

Incidencias: Tarde fresca en Gijón, con 8 grados y sol. El césped de El Molinón-Enrique Castro Quini presentó un aspecto magnífico. En las gradas hubo alrededor de 22.000 espectadores.