Víctor Fernández apareció en la sala de prensa de El Molinón satisfecho, locuaz, con la clara intención de no echar las campanas al vuelo y sí lanzar un mensaje de cautela. Conoce el percal. Y, por eso, para que la euforia que emana del zaragocismo tras estos dos partidos bajo su mando concluidos con victorias no se salga del tiesto, el técnico aragonés siempre puso contrapuntos de índole crítica a cualquier atisbo de loa y exceso de visiones positivas. Muy suya esta postura, como veterano del lugar.

"Estoy muy contento. Pero es cierto que, más que desorientados, hemos entrado al partido excesivamente relajados. Creo que hemos confundido, al principio, la confianza con la relajación a la hora de ejecutar determinadas acciones que nos obligan a estar con mucha más tensión, porque nuestro juego es de arriesgar desde atrás. Algo que vamos a seguir haciendo porque, luego, tiene muchas ventajas en ataque. Mucho más cuando no tenemos muchos especialistas del gol arriba", comenzó describiendo el técnico.

"Después, el equipo ha sabido levantarse y remontar, jugando de tú a tú a un rival que, para mí, va a ser un claro aspirante a jugar el ‘play off’ de ascenso. La victoria tiene mucho valor para nosotros porque hay muchas cosas que mejorar", prosiguió, con ese punto de freno constante a cualquier tipo de algarabía general por los dos éxitos consecutivos obrados de su mano al frente del vestuario desde su aterrizaje hace solo 15 días. "El tiempo nos va a ayudar. Y, sobre todo, la corrección desde las victorias es mejor, la hace más llevadera para el futbolista y aumenta su confianza. Un entrenador no puede quedarse única y exclusivamente con el triunfo. También tenemos que incidir en aquellas cosas que debemos mejorar", insistió en su parecer.

Víctor también auditó la sensación de seguridad con la que actuó el equipo en el segundo tiempo, ya con la misión principal de administrar su ventaja adquirida. "Necesitábamos tener el control del juego. Porque somos como somos. Creo que el equipo puede estar capacitado para soportar las embestidas de un rival que, en la fase final, nos ha metido hasta cuatro y cinco atacantes. Hemos tenido paciencia para seguir saliendo con la pelota desde atrás. Pero no hemos terminado bien las jugadas de ataque y eran muy claras para haber acabado resolviendo el partido antes. Y eso nos ha obligado a estar apurados hasta el final. Pero bueno...", reprochó entre la alegría el técnico blanquillo.

"Tenemos que seguir. Es muy agotador el tema, porque tenemos a Guti que ha debido seguir un rato más cuando en el descanso ha sufrido un mareo; a Eguaras solo lo tenemos para unos minutos determinados, lo mismo que a Papunashvili... lo que te lleva a tener que contrarrestar al rival teniendo dos cambios ya comprometidos de antemano", apostilló para dar aún más valor a lo logrado este sábado en El Molinón.

Calma, más trabajo y realidad

Víctor Fernández, motu proprio, como ya hiciera el día de su reciente presentación en La Romareda, volvió a esgrimir la tesis del medio y largo plazo para que el zaragocismo se atenga a la realidad del momento y no se salga del carril tras estos dos balsámicos triunfos ante Extremadura y Sporting. Victorias que, de momento, lo único que han supuesto es sacar al Zaragoza de la zona de descenso y darle un soporte vital mínimo para ver el futuro sin tantos demonios como hace apenas 15 días.

"Tenemos que seguir y recuperar mucho terreno perdido. Porque tenemos mucho terreno perdido. Y debemos seguir mejorando y creciendo para recuperar poco a poco ese terreno", recordó con toda intención.

Víctor no perdió el hilo de su mensaje jamás: "Queremos ser un equipo dominante, pero no estamos preparados para ser un equipo dominante durante los 90 minutos. Tenemos muchas cosas que mejorar. Muchas", remató.