Un trienio de cuentas pendientes del Real Zaragoza en Almería

Hace tres compañas, el equipo de Carreras cayó 2-1 en el minuto 90. El año siguiente, el de Láinez empató 2-2 tras ir ganando 0-2 en el minuto 6. Y el curso pasado, el de Natxo cayó 3-0 con estrépito.

La expedición del Real Zaragoza, en la mañana de este sábado en la Estación Delicias al partir hacia Almería, vía Málaga, en el AVE.
Un trienio de cuentas pendientes del Real Zaragoza en Almería
Raquel Labodía

Cuarta visita del Real Zaragoza a Almería en las cuatro últimas ligas, tiempo en el que ambos clubes llevan coincidiendo en Segunda División, pues los almerienses bajaron de Primera un par de campañas más tarde que los zaragocistas. Y, ciertamente, los recuerdos recientes de los zaragocistas en el singular estadio de los Juegos del Mediterráneo no son agradables en términos puramente deportivos. Cada paso por ese feudo andaluz ha significado para los aragoneses un giro de tuerca mayor hacia la decepción y el negativismo en cada momento puntual en el que se visitó. No le ha ido bien al Real Zaragoza por Almería en esta última época de intersección con los rojiblancos del Oriente de Andalucía.

La sensación al acometer este cuarto viaje hacia Almería en poco tiempo es de que hay algo allí con lo que el Real Zaragoza tiene cuentas pendientes por resolver. Un mal espíritu al que aniquilar, un soplados de malos vientos al que taparle la boca drásticamente. Esta vez hay un buen número de miembros de la expedición que padecieron y protagonizaron el lamentable 3-0 adverso con el que cayó el Zaragoza la pasada liga en ese estadio. Así que existe continuidad personal, con relevancia en el vestuario, para que el ansia de reparación tenga peso específico. Fue en noviembre, con Natxo González ya en tesitura de discusión dentro y fuera de los despachos, en plena crisis de resultados de aquel deficiente Zaragoza de la primera vuelta que luego vivió una metamorfosis sobresaliente hacia lo bueno, aunque no acabase con éxito.

Es lo más cercano en el tiempo. Aquella noche negra con goles del exzaragocista Fran Rodríguez y un doblete de Alcaraz, el último desde campo propio cuando Cristian Álvarez aún no había explotado como santo bajo los palos blanquillos y le pasaban accidentes como aquel. Un día en el que Natxo dejó para los restos su "fantásticamente" en sala de prensa, sonriente en medio del enfado general porque el equipo había caído goleado ante un Almería que estaba en la cola de la clasificación, apuradísimo, con su entrenador, Ramis, recién destituido por motivos obvios la semana anterior, con un interino en su puesto (Fran Fernández, el titular de ahora) y el sustituto, Lucas Alcaraz, en el palco como observador.

Pero es que si ese amargor fue profundo entre el zaragocismo tras el último capítulo en el estadio almeriense, no le fue a la zaga el de la liga precedente, la 16-17. Acudió el Real Zaragoza a Almería el 9 de abril con el agua en la boca, con síntomas de posible ahogamiento final, ya en los estertores de la competición y con César Láinez como tercer entrenador (tras haber despedido a Agné 20 días antes, y con Milla, el iniciador del proyecto, ya casi en el olvido por entonces). Se jugaba la vida el equipo aragonés ante un gemelo, el cuadro rojiblanco, que también estuvo metido hasta el último instante en la pelea por la salvación. Había habido un repunte en el debut de Láinez dos semanas antes, con aquel triunfo sorprendente por 0-3 en Elche, pero se había vuelto a patinar en La Romareda al empatar 1-1 con el Valladolid. El Zaragoza necesitaba sumar de 3 en 3 para no caer en el pozo, para no quedarse atascado en la antesala del infierno.

Y todo empezó de maravilla, emulando lo de Elche... el zaragocismo se pellizcaba al ver cómo en el minuto 6 de partido, el Real Zaragoza ganaba 0-2, con goles de Bedia (minuto 3) y Ángel en las dos primeras aproximaciones al portal almeriense. Pero, a partir de ahí, el equipo desapareció de la faz del campo. Los ochenta y tantos minutos restantes todo fue un progresivo desastre. El Almería remontó y empató incluso antes del descanso, con tantos de Morcillo (minuto 15) y Quique González (44). El segundo tiempo empezó con aires de catástrofe, pues el 3-2 anduvo cerca un par de veces hasta que un jugador local, Fidel, se autoexpulsó en un exceso de nervios y permitió al Zaragoza jugar en superioridad desde el minuto 65, prácticamente media hora contando el tiempo de aumento.

Eso amainó el peligro real para los zaragocistas de caer derrotados pero, en contraposición, denunció la falta de ambición del equipo de Láinez, que fue incapaz de sacar provecho de tantos minutos en superioridad numérica. Por todos estos detalles, el 2-2 final dejó, asimismo, un paladar agrio en el largo viaje de vuelta. Aquello, era consabido, no funcionaba e iba a tocar sufrir hasta el final de la liga. Y Almería había sido una estación decepcionante en grado extremo.

En el repaso retrospectivo, se llega al partido de la liga 15-16, el primero tras el reencuentro de Almería y Real Zaragoza en la misma categoría. Fue el 31 de enero de 2016, con Lluís Carreras recién aterrizado, de la mano de Narciso Juliá y Albert Valentín en el área deportiva zaragocista, tras la destitución de Ángel Martín González y Ranko Popovic en las Navidades cercanas. Aquel viaje donde se dio la llamativa (y esperpéntica, en cierto modo) convocatoria y titularidad posterior del desconocido lateral derecho Campins, llegado in extremis al cierre del mercado invernal 12 horas antes del partido, presentado en La Romareda, subido al autocar sin conocer a sus compañeros ni haber entrenado con ellos más que 10 minutos, y que debutó en Almería en el once inicial sin rubor alguno.

Bien, pues ese día también fue de chasco monumental para el Real Zaragoza en el estadio de los Juegos del Mediterráneo. Cayó el equipo aragonés por 2-1, con un gol decisivo de Chuli en el minuto 90, cuando ya el empate a uno se daba por bueno. Una puñalada tremenda, casi con el tiempo agotado, a pies de un jugador que pudo ser del Zaragoza un año antes pero al que la Liga de Fútbol Profesional no dejó inscribir finalmente porque el límite salariar estaba sobrepasado, por las trapalas de Martín González que ahí quedaron al descubierto. Chuli se vengó bien ese día, pues marcó los dos tantos almerienses. Ángel había empatado en el minuto 84, lo que dio la sensación de que el Zaragoza iba a ser capaz de obtener un punto en un mal partido global... pero los de Carreras no supieron aguantar un breve rato siquiera y cayeron abatidos a última hora por un Almería, el de Gorosito, que se movía por la zona baja de la clasificación.

Uno recuerda caras largas siempre al término de los partidos en Almería en los últimos tiempos, los referidos. Gestos torcidos en tipos como Manu Herrera, Campins, Mario, Dorca, Hinestroza, Pedro, Dongou, Ángel, Diamanka, Feltscher, Casado, José Enrique, Marcelo Silva, Bedia, Isaac... o los más recientes, los del año pasado, varios de los cuales van a volver a repetir este domingo en este escenario electrificado para el Real Zaragoza moderno.

Así que ahí está el reto para ellos: acabar con este mal rollo con el que se suele volver últimamente de Almería. Cristian Álvarez, Grippo, Zapater, Pombo, Buff y Delmás estuvieron en el campo el año pasado. Otros como Borja Iglesias, Mikel González, Febas, Ángel Martínez u Oyarzun ya no pueden buscar restitución, pues son de los que abandonaron el plan de Lalo Arantegui y José Mari Barba este verano. Y Toquero, Guti y el, entonces, suplente Eguaras (era su momento crítico de la temporada, cuando estuvo en un tris de descarrilar), andan ahora lesionados.

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