La hora de la verdad

El Real Zaragoza arranca en Soria el asalto a la Primera División, en un partido contra un Numancia fiable y rocoso en el estadio de Los Pajaritos. Natxo González confiará el equipo al bloque de jugadores que ha puesto rostro a la espectacular segunda vuelta del conjunto aragonés.

Los jugadores del Real Zaragoza se ejercitaron este martes en la Ciudad Deportiva.
Los jugadores del Real Zaragoza se ejercitaron este martes en la Ciudad Deportiva.
GUILLERMO MESTRE

"El pasado es un prólogo", escribió en su día William Shakespeare, y todo lo que ha hecho, jugado y ganado hasta ahora el Real Zaragoza es eso, solo un prefacio de lo que le viene desde este miércoles en Soria, contra el Numancia (20.30/Movistar Partidazo), en el primer asalto a la Primera División del ‘play off’ de ascenso. Sus 47 puntos de la segunda vuelta, sus 71 totales, los 22 goles de Borja Iglesias, las paradas ingrávidas de Cristian Álvarez, las asistencias de Pombo, las cabalgadas de Lasure, el cartabón de Eguaras… Todo eso que ha dado forma y contenido al Real Zaragoza durante 10 meses poco importa ya. Solo era el medio para un fin, porque la hora de la verdad es ya.

Por fin, ha llegado el miércoles. Una cuenta atrás movida por la ilusión, la esperanza, el entusiasmo, el hambre, pero también por la cautela, la moderación y la serenidad. El vestuario del Zaragoza irradia estos días de motivación y un ánimo vibrante. Pero todo desde la mirada prudente al Numancia, un adversario contundente y fiable en su estadio, al que si se le mide solo por su nombre se corre el riesgo de estamparse contra el suelo: ha sido todo el año un equipo bien reconocible, alojado entre los primeros puestos prácticamente desde septiembre. Sin grandes picos, pero constante y mucho más regular durante todo el curso que, por ejemplo, el Zaragoza mismo.

El conjunto de Natxo González llega al primer partido de la promoción elevado por su estado de forma. Su trayectoria más reciente, su segunda vuelta o sus tres victorias consecutivas, hablan de un equipo con pocas fisuras competitivas. Es un conjunto duro de tumbar, con opciones siempre, incluso en su peores días. Todos sus futbolistas han crecido en torno a un idioma común, un juego que saben entender e interpretar. Ese estilo inspirado por Natxo González desde la pizarra siempre está presente, con unos matices o rasgos puntuales, pero si el Zaragoza ha llegado hasta este punto, como tercer clasificado, es porque su idea de juego convence y se comparte entre quienes la ejecutan. El Zaragoza llega en un buen momento, pero el formato de eliminatoria a doble partido esconde sus propios códigos. Su naturaleza es radicalmente distinta, indescifrable y resbaladiza, porque intervienen nuevos factores: la saturación de esfuerzos, los goles marcados fuera de casa, el partido de vuelta y una posible prórroga… En este sentido, las claves de forma son otras. Pero no así el modo de enfrentarse al rival. El Zaragoza debe afrontar el choque inicial de la serie contra el Numancia como si no hubiera otro partido más. Del mismo modo, no debería pensar más allá de este cruce como los sorianos. No hay más meta que el día a día.

Hay un objetivo primordial en la cita de hoy para el Real Zaragoza. Tiene que marcar gol. Un tanto fuera de casa sería el primer eslabón de la clasificación. El Numancia, en su estadio, concede poco a los rivales. Ha firmado 47 de sus 65 puntos de la liga regular en Los Pajaritos, destacándose como el segundo mejor local, solo superado por los 48 puntos del Sporting en El Molinón. Los sorianos solo ha encajado 12 goles en todo el curso (mejores números defensivos en su campo tras los 10 recibidos por el Cádiz en el Carranza). Solo Albacete, Nástic, Granada, Córdoba, Valladolid, Osasuna, Cultural Leonesa y Zaragoza marcaron en Los Pajaritos. El conjunto de Natxo González se encontrará así un adversario habituado a rendir como local, firme y resistente sin la pelota y con un juego veloz y vertical en ataque.

Natxo González confiará en el bloque que le ha puesto rostro principal a la remontada durante la segunda vuelta. La alineación no permite sorpresas. El técnico pudo rotar frente al Barcelona B, dosificando esfuerzos físicos, pero también descargando a varios jugadores de la tensión competitiva del final de liga. Un respiro importante en la antesala de los días más importantes de la temporada. Oyarzun y Guti, lesionados, son las bajas forzadas en las filas zaragocistas.

Cristian Álvarez pondrá sus manos y sus milagros al servicio de todos en la portería. El lateral derecho es la posición más abierta, con cierta ventaja para Alberto Benito sobre Julián Delmás. La línea defensiva la completarán los más habituales. Mikel González le dará oficio a la zona. Verdasca le pondrá pasión, arrojo y finura en los usos del balón. El flanco izquierdo será de Dani Lasure y su fútbol sobrio y eficaz. El 4-4-2 en rombo de Natxo lo lubricará, como ya es norma, Íñigo Eguaras, timonel y guía desde el mediocentro. Él repartirá el juego.

Le escoltarán, en labores de gran recorrido, ayudas defensivas y asistencia en la elaboración, los interiores Zapater y Ros, primero y segundo capitán. El diamante del centro del campo lo cerrará, como mediapunta, Papunashvili, pieza esencial hoy si el Zaragoza encuentra ranuras y salidas rápidas en la presión adelantada que caracteriza al Numancia. De cómo Eguaras conecte con el georgiano pude depender la eliminatoria. Arriba, socios infalibles, afilarán al equipo Jorge Pombo y Borja Iglesias.

Los nombres del Numancia

El Numancia saborea aún las mieles de una clasificación al ‘play off’ cuando se le había complicado notablemente. A falta de cinco partidos, dependía de sí mismo, con un calendario amable. Pero en ese periodo solo consiguió una victoria, la decisiva contra la Cultural Leonesa, que acabó descendiendo. Es un conjunto sin nombres que sobresalgan sobre otros. Joseba Arrasate ha construido durante dos temporadas un equipo bien armado, impregnado de espíritu colectivo y ensamblado en un 4-2-3-1 clásico. Su peligro nace en las bandas, su juego exterior, un aspecto que exigirá atención y trabajo al rombo del Zaragoza. Al equipo aragonés le han dañado sobre todo equipos que han explotado sus costados. El Numancia tiene una fortaleza ahí, sobre todo, en la izquierda, con Marc Mateu. El portero Aitor Fernández y el organizador Íñigo Pérez son, quizá, sus otras individualidades destacadas. Arrasate pierde a Grego, Manu del Moral y el guardameta Munir.

Este será el rival. El apoyo lo tendrá el Zaragoza en la grada en casi medio millar de aficionados. El partido es cita grande, delicado, en la que minimizar errores es tarea obligada. Cualquier detalle condena. Quedará un partido, la eliminatoria no se ganará hoy, pero sí se puede perder. Ilusión y cabeza.

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