El partido ante el remozado Nástic, un duelo difícil de preparar para Natxo

El técnico del Real Zaragoza admite las dificultades de 'scouting' por los recientes cambios de entrenador en los catalanes y los fichajes de seis refuerzos de peso.

Natxo González, en el último entrenamiento táctico de este viernes, ante dos muñecos que simulan las posiciones del Nástic de Tarragona.
Natxo González, en el último entrenamiento táctico de este viernes, ante dos muñecos que simulan las posiciones del Nástic de Tarragona.
José Miguel Marco

Natxo González afronta un partido en Tarragona con enormes dificultades de 'scouting', ese método semanal de análisis del rival que lleva un trabajo previo en profundidad en el seguimiento de cada equipo. Los catalanes vienen de cambiar de entrenador hace dos semanas, por lo que ya suman tres inquilinos en el banquillo en lo que va de curso: los exzaragocistas Lluís Carreras y Antonio Rodríguez 'Rodri' (fue segundo de Raúl Agné el año pasado) fueron despedidos sucesivamente y ahora rige en el banquillo el técnico local Nano Rivas. Y, además, en el mercado invernal, el apurado cuadro catalán se ha apuntalado en todas sus líneas con seis fichajes: los de Álvaro Vázquez, Javi Márquez (ambos ex del Espanyol); Matilla (el año pasado en el Elche, antes en el Betis); el exblanquillo Arzo, que vuelve de su periplo por el extranjero en Israel, Grecia y Kazajistán; el joven Pleguezuelo, que pertenece al Arsenal londinese; y Dumitru, procedente del Alcorcón, un curioso jugador de padre rumano y madre brasileña, nacido en Suecia y con pasaporte italiano. Todo muy reciente. Una metamorfosis que el Real Zaragoza va a afrontar en plenitud este sábado.

"Es un equipo que se ha reforzado con jugadores importantes, con mucha trayectoria. Desde luego, nos vamos a encontrar un partido difícil", asume de entrada Natxo por todos estos condicionantes. "Ellos son un equipo acostumbrado a llevar a cabo en cada mercado de invierno mucho cambio de jugadores, de entrenador. No sé si ahora, Nano (el nuevo técnico) le ha dado un vuelco a su situación. No sé qué Nástic me voy a encontrar", reconoce el preparador zaragocista ante el perfil de la cita en Tarragona.

Natxo no tiene ningún problema en admitir estas dificultades para plantear el partido, sobre todo en su caso, pues es un entrenador que mide al milímetro los detalles del contrario, con la misma importancia que los propios de su formación. "El día del Cádiz (en el debut de Nano) jugó con cuatro atrás y dos centrales. Pero el otro día en Albacete metió tres centrales (cerró con cinco atrás). He estado viendo los tres últimos partidos del año pasado de Nano con el Nástic, en esa salvación milagrosa que consumó, y ahí hizo un 4-4-2. Va a estar entre estas tres opciones. Es cuestión de saberlo, preverlo y tener capacidad para responder", explicó asumiendo la falta de datos consistentes que ofrece hacia fuera el remozado Nástic actual.

Respecto del tipo de partido que espera en el Nou Estadi, Natxo González dejó en la previa varias pinceladas. "El Nástic juega como local y necesita sumar los tres puntos. Por lo tanto, tendrá que venir a buscarnos a nuestra portería, a nuestra área. Ahí se puede abrir el partido. Nosotros tenemos fortaleza y poderío en nuestras transiciones de defensa a ataque", esgrimió en primera instancia.

A continuación, subrayó un aspecto capital para obtener el éxito en la Costa Dorada al final del sábado: "Mantener nuestra portería a cero es una de las claves para ganar en Tarragona. Últimamente, fuera de casa, siempre encajamos. Lo hicimos en Alcorcón, en Granada, antes en Valladolid. Si no encajas, las posibilidades de ganar aumentan porque, además, estamos siempre haciendo gol. Posiblemente, para ganar al Nástic, no tendremos que recibir gol", pronosticó.

Por último, Natxo se mostró refractario al dato estadístico que califica hace tiempo el campo del equipo de Tarragona como gafe para el Real Zaragoza, pues no ganó nunca ahí en partido oficial, ni en liga ni en Copa, ni en Primera ni en Segunda. E, incluso, lleva infinidad de años acudiendo a jugar amistosos de verano en los que tampoco encuentra un resquicio para el triunfo. "Lo sé, lo sé. Pero sin más. Esto no es decisivo para afrontar un partido. Al contrario, puede servir un poco de motivación, para darle la vuelta a esa circunstancia", concluyó sin darle más importancia a esta jurisprudencia.

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