Cuando un equipo rival cambia de entrenador justo en puertas de enfrentarse a tu equipo, la maniobra acaba siendo un inconveniente para el técnico moderno que viene preparando un partido en todos sus ámbitos y facetas. Eso le ha pasado a Natxo González con el Nástic de Tarragona, rival de este domingo en La Romareda (20.30). Los catalanes mandaron a su casa a Lluís Carreras hace 10 días y, por lo tanto, todo lo sabido y conocido desde el verano (hubo incluso un amistoso contra los tarraconenses en su estadio hace mes y medio) ya no está en vigor al cien por cien.

"A ver qué cambio ha experimentado el Nástic con Rodri. Ya los vi el otro día contra el Albacete. Tengo que ver qué cosas han podido modificar", reconocía Natxo González, en técnico del Real Zaragoza, en la previa a este importante duelo que se disputa en la parte más baja de la clasificación, con ambos equipos sumidos en los puestos de descenso a Segunda B tras 5 jornadas.

En efecto, el nuevo ideólogo de los catalanes, aunque sea momentáneamente de manera interina, es Rodri, quien fuera segundo de Agné durante 4 meses a mediados de la temporada pasada en el Real Zaragoza. Pero los jugadores son los mismos. Y con ellos tendrá que buscar las modificaciones que sean de su gusto para reconducir a los granas, que tienen los mismos puntos y el mismo balance que los zaragocistas a estas alturas de torneo.

Por eso, Natxo ha preparado un partido duro de roer. Largo de trabajar. Intenso de abordar. El Nástic, tanto como local como en su condición de visitante, se siente cómodo sin el balón y ejecuta bien los contragolpes. Eso no va a modificarse. "Ya vimos en agosto que nos hicieron mucho daño en nuestras pérdidas de balón. Es un equipo complicado, con buenos lanzadores desde atrás. Con velocidad en ataque y con un delantero como Manu Barreiro que sabe dar continuidad a cualquier balón aéreo y generar siempre fútbol a partir de ahí", describió como matiz sobresaliente del bloque tarraconense.

A Natxo González no le alivia el pensamiento ver que el adversario visitante de este domingo a La Romareda ha comenzado con el volante torcido. "El Nástic tiene recursos suficientes para complicarnos la vida", remarca lacónicamente el vasco.

El preparador de Vitoria repele cualquier presión extra que pueda surgir alrededor del Real Zaragoza hasta el final de la tarde del domingo por la evolución de la clasificación, que resulta fea de ver. "Siento la necesidad de ganar. Pero como siempre. En este caso es porque estás en esas posiciones de abajo. Pero yo siempre lo siento así, aunque estemos arriba. Ahora bien, es verdad que son 3 puntos importantes los de este domingo, porque estamos metidos en esa dinámica de las dos derrotas seguidas en liga que hay que romper", describió antes de concluir su ideal: "Yo no voy a meterle al equipo excesiva presión por la situación. Tenemos que afrontar el partido ante el Nástic con naturalidad, sabiendo que estamos en una buena línea. Y todavía es pronto. Otra cosa es que faltasen solo 5 o 6 jornadas. Ahí sí habría necesidad. Ahora, sabiendo que es importante ganar, no lo considero aún suficiente para meter presión a nadie", expuso para enmarcar con exactitud el escenario en el que desea llevar a cabo este partido en La Romareda.