Real Zaragoza

Pombo se entrena con el resto y la rodilla emite buenas sensaciones

El canterano abandonó el partido ante el Mallorca tras un peligroso giro en su articulación operada y sembró de preocupación al equipo.

Jorge Pombo, en el centro del grupo, en uno de los partidos de futvoley que la plantilla ha desarrollado en el entrenamiento de tonificación muscular de este lunes en la Ciudad Deportiva.
José Vidal

Todos los ojos estaban puestos en Jorge Pombo en el entrenamiento matinal del Real Zaragoza, este lunes en la Ciudad Deportiva... y las sensaciones son las más positivas posibles. El joven centrocampista aragonés, abanderado de la recuperación del equipo de la mano de César Láinez en las últimas cuatro jornadas, que abandonó el partido ante el Mallorca horas antes con claros gestos de dolor en la rodilla izquierda (la que se rompió hace casi dos años), trabajó en el inicio de la sesión de tonificación muscular con el resto del equipo, sin emitir problemas mayores en sus gestos y actitud. 

Todo el mundo, técnicos, médicos, fisios y compañeros, había quedado en estado de preocupación y expectación tras la forzosa sustitución del jugador canterano en la noche del domingo. Láinez, en sala de prensa, así lo manifestó cuando recordaba la fea acción en un lance del juego ante los baleares, la afección de la rodilla con antecedentes peligrosos y, asimismo, cuando advirtió de pruebas radiológicas en las próximas horas para diagnosticar el alcance del daño. Por eso, observar esta mañana feliz de lunes -tras la crucial victoria por 1-0 ante el Mallorca- a Jorge Pombo jugar los partidillos de futvoley con los demás compañeros significó un alivio de grandes dimensiones en el entorno del vestuario.

Habrá que seguir analizando la evolución de la rodilla afectada, que tumbó a Pombo en el césped en el minuto 80 tras una torsión antinatural en un gesto que el propio jugador se provocó al buscar un balón dividido ante un rival. Sobre todo, porque se trata de una rodilla que ya está intervenida quirúrgicamente de una grave lesión de ligamentos cruzados y menisco. Pero, sin duda, el hecho de que Pombo haya empezado el trabajo ordinario, apenas 11 horas después de la incidencia, sin mostrar mermas ni temores es la mejor de las señales.