Real Zaragoza

Siete años después, de nuevo en El Alcoraz

El 9 de mayo de 2009 se jugó el último Huesca-Real Zaragoza en competición oficial. En aquella liga de Segunda, los blanquillos ganaron 0-1

Primera página de la sección de Deportes de Heraldo de Aragón con el arranque de la crónica del partido jugado en mayo de 2009.
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Este 26 de mayo de 2016, cuando se dispute del SD Huesca-Real Zaragoza en El Alcoraz, habrán pasado siete años y 17 días del último duelo aragonés en competición oficial dirimido en campo oscense. Fue en el corto paso del cuadro zaragocista por Segunda División en la anterior vez que se cayó al pozo de plata, aquella fugar temporada 2008-09 que, con Marcelino García Toral al frente del equipo, el ascenso llegó de inmediato. Era, como ahora, la recta final del torneo. El Huesca estaba en una cómoda posición en la tabla tras una excelente primera vuelta que, después, sufrió un ligero retroceso en juego y puntos. El Zaragoza necesitaba ganar en un vertiginoso esprín final en el que se jugaba las tres plazas de ascenso junto al Xerez, el Albacete, el Hércules, el Levante e, incluso, el Rayo Vallecano y el Salamanca, aún vivos el 9 de mayo de 2009, cuando el estadio del cerro de San Jorge acogió un histórico partido.


Ganó el Real Zaragoza 0-1, con un gol de Ander Herrera desde el borde del área en el minuto 8 de la segunda parte. Hacía más de medio siglo que Huesca y Zaragoza no se cruzaban en un campeonato de liga. Hubo que bucear para encontrar el antecedente en los primeros años de la década de los cincuenta del siglo XX, cuando el fútbol era aún en blanco y negro y los balones tenían correa. El Alcoraz, en una noche primaveral, calurosa con 29 grados y lluvia tormentosa durante todo el día, prácticamente se llenó, como seguramente ocurrirá de nuevo en esta nueva cita de 2016. Hubo un excelente ambiente. El Huesca tuvo sus opciones en la primera parte, pero las falló todas. El Zaragoza fue mejor tras el descanso. Además del gol, Gabi y Zapater dispararon sendos balones al poste. El árbitro manchego Ontanaya López no dio como bueno un gol del citado Zapater a lanzamiento de una falta: pegó en el larguero y botó dentro más de un palmo, pero el colegiado y su linier no apreciaron tal circunstancia. Durante la segunda mitad, expulsó al local Edu Roldán por doble amarilla, ya con el partido avanzado y a apenas 9 minutos para la conclusión.


Fueron tantos los nervios de los zaragocistas en un choque tan crucial, donde los tres puntos eran oro molido y su suma una obligación imperiosa, que de tener el partido controlado y después de haber podido sentenciar un marcador rotundo a favor, los de Marcelino permitieron hasta tres opciones de empate en los últimos cinco minutos a un Huesca en inferioridad. Rubén Castro, estrella de los azulgranas aquella campaña, disparó al cuerpo del portero Doblas un mano a mano en el 84; dos minutos después, Ayala pareció hacer penalti a José Vegar en una veloz galopada del interior oscense; y, ya en el 90, de nuevo Castro chutó a gol y el portero zaragocista salvó el 1-1 con un paradón bajo palos.


Las crónicas hablaron de puntería, ahí radicó el éxito y el fracaso de unos y otros para que el marcador final favoreciera a los blanquillos. Por parte del Real Zaragoza, los protagonistas de aquel reencuentro oficial ante el Huesca en un partido oficial fueron Doblas; Zapater, Ayala, Pavón, Paredes; Gabi, Ponzio; Jorge López, Ander Herrera (Songo'o, 77), Caffa (Ewerthon, 84); y Arizmendi (Generelo, 89). En el cuadro oscense, la alineación de Antonio Calderón fue la formada por Miguel; Edu Roldán, Luis Helguera, Dorado, Ripa; Sorribas (José Vegar, 56), Sastre; Jonan García (Esparza, 63), Camacho (Robert, 84); Roberto y Rubén Castro.


Es el último precedente. Un partido que, para muchos, pudo parecer un oasis, un encuentro puntual en Segunda que, igual que por delante en el tiempo había tardado más de 50 años en producirse en un torneo de liga, probablemente tardaría otros tantos en repetirse. No ha sido así. El Real Zaragoza volvió a caerse de la élite a la serie B hace tres años. El Huesca, que pasó por un bache y se despeñó del escalón del fútbol profesional a la Segunda B, recuperó el pasado curso su estatus de Segunda. Y aquí han vuelto a juntarse las dos SAD aragonesas, compartiendo hábitat pese a sus tremendas diferencias como estructuras societarias y de radicación popular. En La Romareda, en la primera vuelta, se dio un vistoso empate a tres (hace siete años también el Huesca había empatado 2-2 en el estadio zaragozano). Ahora, en los estertores de la competición, es El Alcoraz la sede de este derbi tan inusual. Una nueva muesca para la historia que está aún por escribirse.