Real Zaragoza

Vivir en el alambre

Opinión

El conjunto aragonés se ha acostumbrado a manejarse en la cuerda floja. La inesperada derrota ante el Athletic ha complicado la situación de la escuadra de Manolo Jiménez.

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J. CEBOLLADA/EFE

La vida perpetua, la acampada, en la cuerda floja juega a veces malas pasadas. Como la que ha vivido el Real Zaragoza este domingo ante el Athletic. La inesperada derrota ante el conjunto de Marcelo Bielsa ha ubicado de nuevo al conjunto aragonés en los puestos de descenso en el momento más delicado de la temporada.


Es fácil y cómodo mirar atrás para señalar las esquinas en las que el equipo de Jiménez ha ido perdiendo pie. Y el recorrido, además, resulta dolorosísimo, porque las marcas están perfectamente trazadas.


Pero a estas alturas resulta absurdo acomodarse en la contemplación de los errores. Es imprescindible mirar hacia adelante y agarrarse a los argumentos que brinda la vida.


Quedan dos balas que el Real Zaragoza debe emplear con absoluta efectividad. Y esperar el fallo de alguno de sus rivales, que no es ni mucho menos descabellado.


El Real Zaragoza, el zaragocismo, conoce de sobras esta situación y ahí está buena parte de su fortaleza. Lo imprescindible es recuperar la convicción y pedírsela al entrenador y a la plantilla. Porque hay que ganar -¡¡ganar!!- al Betis y al Atlético de Madrid. Es la hora sólo de los valientes.

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