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Barbastro-Barça: la previa de una noche mágica

La visita del equipo azulgrana (21.00) es el mayor acontecimiento deportivo de la historia de la localidad oscense. El equipo y los aficionados sueñan con una gesta en el cierre de las fiestas de Navidad. 

Último entrenamiento del Barbastro antes de enfrentarse al Barcelona en la Copa del Rey.
Último entrenamiento del Barbastro antes de enfrentarse al Barcelona en la Copa del Rey.
Verónica Lacasa

¡Quién fuera niño de Barbastro! Tres días imaginando regalos… De la noche de Reyes, a la de la Copa del Rey. La fantasía de creer en lo imposible. Así es este torneo. Mágico para los pequeños. Interminable para los que van -o vienen- de Oriente. Como el FC Barcelona que este domingo (21.00/Movistar Plus) hace parada en tierras del Somontano antes de jugarse la Supercopa de España en Arabia Saudí.

Aquí, a orillas del Vero, hace más frío. Que traigan mantas sus majestades (Lewandowski, Gundogan…) no se vayan a quedar congeladas en el banquillo. El resto, los que partan de inicio, a sudar para doblegar a un Barbastro que, como sus niños, y los no tan niños, lleva días fantaseando.

La localidad será hoy una fiesta. Otra más. Como si llevásemos pocas encima. Como si la Navidad no pesase entre los alrededor de 6.000 espectadores -casi todos locales- que colmarán las gradas del municipal de los deportes, frotándose las manos ante ese último regalo por descubrir.

Este no vendrá envuelto. A ver quién se atreve a hablar de paquetes ante semejante elenco de jugadores… Ante un equipo que, por mucho que no atraviese su mejor momento y esta noche presente un once repleto de suplentes, es uno de los más temibles de España, donde va tercero, y Europa.

Tres categorías separan al Barbastro, recién ascendido a la Segunda RFEF, del Barcelona. Tres escalones que diferencian la élite del fútbol modesto. Tres dígitos, al fin y al cabo, que desaparecerán cuando el balón empiece a rodar sobre el césped que ha sido mimado para la ocasión.

«Que no se preocupe Xavi», recalcaba el jardinero, Jorge Larrosa. Y es que el técnico culé es un obseso de la superficie. Protesta airadamente cada vez que su equipo se ve perjudicado por la hierba alta o seca. Pero lo cierto es que el fútbol del Barça hace meses que no circula a la velocidad que él querría.

Son muchos los partidos en los que los azulgrana juegan a lo que quiere el rival. El ejemplo más reciente es la primera parte que firmaron este pasado jueves ante Las Palmas, pero antes también se habían dejado dominar, en muchas fases, por el Valencia o el sorprendente Girona de Míchel.

Decir que el Barbastro aspira a algo así es muy atrevido. Estaría bien que les metiesen el miedo en el cuerpo y después… después ya se verá cómo responde un bloque que empezó perdiendo hasta 10 choques de la presente temporada y hoy, pensando en el referido viaje a Arabia para disputar las semifinales de la Supercopa, reservará a la mayor parte de sus titulares.

El recién llegado Vitor Roque podría entrar de inicio, junto a otros jóvenes como Peña, Fort, Fermín o Yamal. Quienes no estarán seguro son los lesionados Ter Stegen, Gavi y Pedri, que, a buen seguro, hubiesen sido tres de los más aclamados por la chavalería.

Un rival incómodo

Esas caritas de ilusión se verán durante la ‘cabalgata’ que los autobuses de ambos clubes harán por el centro de la localidad en las horas previas (sobre las 18.30) a un partido que ayer Dani Martínez, técnico del cuadro altoaragonés, definió como «histórico».

Su única pena -como también dijo ayer en la rueda de prensa previa- es no poder alinear a todos sus hombres. Previsiblemente jugarán Fábregas, Val, Ara, Mingotes, Carbonell, Javito, Israel, Rausell, Soule, Adriá de Mesa y Gonpi dispuestos en un 4-3-3 muy compacto.

Si por algo se caracterizan los de Dani Martínez es por su solidez defensiva. Cuesta mucho hacerles gol y rentabilizan al máximo los que suman a su favor, con el juego por banda y la verticalidad de Soule, un ‘diablillo por la diestra’, como principales armas hacia la portería contraria.

Que no se descuide el Barça porque el Barbastro es, precisamente, el tipo de adversario que peor se le da. Además de las rayas rojiblancas tiene algo más de colchonero: un estilo aguerrido que, salvando las distancias, se podría asemejar al del Cholo.

Y a esta competitividad hay que añadir la extra motivación. La fe de un pueblo que está ante el mayor acontecimiento deportivo de su historia. Ni los más ancianos del lugar recuerdan algo parecido a lo que esta noche se vivirá en los dieciseisavos de final del trofeo de todos. 

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