copa del rey
Así es la plantilla del Barbastro que jugará contra el Barcelona
El del Somontano es un grupo joven en el que conviven estudiantes, futbolistas a tiempo completo y también un administrativo, un sanitario y un montador de ventanas.
Yo jugué contra Lewandowski, contra Pedri, contra De Jong, contra Joao Félix, contra Gündogan... Yo jugué contra el FC Barcelona. Es el sueño que todos han perseguido desde que de pequeños comenzaron a darle patadas a un balón y que después nunca se acaba de ir del todo, verse cara a cara con un grande, con las estrellas, sentirse como una de ellas, aunque solo sea durante un partido, e incluso demostrarles que se les puede plantar cara. Los jugadores del Barbastro lo están cumpliendo gracias a la Copa del Rey. Dieron una campanada eliminando al Almería, un Primera División, que ahora seguirá resonando aún con más fuerza al menos hasta el 7 de enero, cuando recibirán al equipo de Xavi Hernández. Son los héroes del momento, representan lo que su entrenador, Daniel Martínez, denomina "el fútbol de barro", ese en el que hay más las ilusiones que euros.
En el aparcamiento del Municipal de Barbastro no hay rastro del caballo rampante de Ferrari, tampoco los futbolistas viven en mansiones. Al contrario, varios de los que llegaron desde lejos el pasado verano tras el salto a Segunda RFEF, la cuarta categoría nacional, comparten piso. Es la manera con la que se puede conseguir que fichas no precisamente elevadas cundan. El presupuesto aprobado en la última asamblea para la temporada fue de 550.000 euros.
En el vestuario rojiblanco se cambian profesionales exclusivos, pero modestos, también quienes tienen otra dedicación más y estudiantes. Una amalgama de perfiles con una media de edad que ronda los 25 años en la que, según su técnico, "la convivencia es muy buena". "Hay un gran comportamiento tanto en lo deportivo como en lo personal", recalca.
El más veterano es Óscar Pérez, ‘Perso’, uno de los capitanes. Cumple su séptima campaña con los del Vero, la quinta consecutiva. Su labor va más allá del césped, trabaja como administrativo del club. Él, por ejemplo, es quien vende las entradas para los partidos. Formado en el Peñas Oscenses, y ligado al fútbol regional con destinos como el San Lorenzo y el Robres, una lesión le impidió jugar ante el Almería. En las celebraciones, otro de los capitanes, Arnedillo, le cedió el brazalete.
Ambos forman parte del grupo más numeroso del vestuario, el de los altoaragoneses. Lo componen, además de Perso y Arnedillo, Val, Biarge, Ara, Prat, Bautista, Soule, Javito, Tortajada y Rausell. Los dos últimos son de Barbastro. Rausell tiene una empresa de actividades extraescolares y Soule, de Malí y de Binéfar, trabaja montando ventanas de aluminio.
Varios han pasado por la cantera de la SD Huesca y Javito incluso llegó a debutar con el primer equipo. Prat estudia un grado de electricidad y Val, Magisterio. También hay matriculados en Nutrición y Dietética, y en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.
Franky Carbonell, autor del gol de la victoria ante el Almería, estuvo trabajando en la unidad de radioterapia del Hospital de Barbastro. Es de Mequinenza. Entre los zaragozanos también aparece Isra García, de Fuentes, y el bilbilitano Mingotes. Ambos la temporada pasada ya habían coincidido en el Cristo Atlético de Palencia.
Jaime Requés es de Segovia, pero se le considera ya un altoaragonés más. Se incorporó al juvenil del Huesca hace tres años y, además de en el Barbastro, también ha jugado en el Biescas. El madrileño Gascó cumple su segunda campaña como rojiblanco, antes había jugado en Tercera División en Burgos, Ciudad Real y Madrid. Balda es navarro. Pasó por el filial de Osasuna y al Vero llegó desde Alfaro. Crespo es el que más lejos está del hogar. Es de Benamejí (Córdoba) desde donde viajó un grupo de amigos para animarle frente al Almería.
El ilerdense Adrià de Mesa fue canterano del Barcelona y del Real Zaragoza. Jugó en Hungría, también en equipos como el Melilla, el Ciudad Real y el Lleida, y en Aragón, en el Atlético Monzón, el Ejea y el Ebro. Ribelles, que militó en el Teruel, es de Barcelona, como Gonpi, que hasta ahora había desarrollado su carrera en Cataluña. El portero Arnau Fàbrega es gerundense, de Llançà. Perteneció a las categorías base del Espanyol y también del Granada.
