fútbol regional

Costa y Navarro, cuando un amigo te rompe la tibia y el peroné

En un lance del partido entre el Tarazona y el Brea, el jugador se llevó por delante al entrenador rival y le causó una fractura de tibia y peroné. Se conocen desde hace 25 años y mantienen una estrecha relación. 

Luis Costa y David Navarro, en la clínica tras la intervención del entrenador zaragozano.
Luis Costa y David Navarro, en la clínica tras la intervención del entrenador zaragozano.
Heraldo

Corría el minuto 18 del partido Tarazona-Brea de Segunda RFEF cuando, en una jugada fortuita, Luis Costa resbaló en la banda, arrolló a David Navarro, y le fracturó la tibia y el peroné. Sí, han leído bien, un futbolista lesionó de gravedad al entrenador rival, en una acción desafortunada que guarda una gran historia humana.

Ambos se conocen desde hace 25 años. Concretamente, desde que coincidieron en el CD Oliver. Costa era un chaval en edad infantil y Navarro un joven técnico que, junto a Tito García Sanjuán, empezaba a labrarse una exitosa trayectoria por los banquillos de la Comunidad.

Allí permanecieron dos temporadas juntos. Y ya no se volvieron a encontrar hasta 2020. Costa fichó por el Tarazona de David Navarro en el mercado de invierno y se convirtió en uno de los grandes héroes del ascenso a Segunda División B. Marcó gol en la final, pero acabó saliendo al término de temporada con destino Épila (Tercera).

Jugador y entrenador habían vuelto a separar sus caminos, y solo el fichaje de Costa por el Brea en el pasado mercado invernal permitió su reencuentro como rivales; con ese choque fortuito que, pese a todo, no ha hecho más que engrandecer su vieja amistad.

Acabábamos de marcar el 0-1 y mi entrenador me pidió que tapase las subidas del lateral. De pronto, en una jugada resbalé y me llevé a David por delante. Fue todo tan rápido que no sabía si era un jugador o quién era”, recuerda un Luis Costa “triste” por lo ocurrido.

Prácticamente ni dormí aquella noche -la del Jueves Santo al Viernes Santo- y al día siguiente fui a verle a la clínica de Montecanal, donde fue intervenido”, prosigue el futbolista, lamentando que Navarro vaya a tener que encarar el final de temporada, en el que el Tarazona se juega la vida, en esas circunstancias.

El entrenador zaragozano recibió el alta el pasado sábado, pero va a estar seis semanas sin apoyar la pierna. El próximo domingo dirigirá al cuadro turiasonense, nada más y nada menos que en el mítico campo de Los Pajaritos de Soria, en silla de ruedas.

“Lo que más me preocupa ahora es salvar al equipo. No me quito de la cabeza lo que nos viene por delante y lo condicionado que voy a estar”, explica el propio Navarro, que este mismo lunes ya ha dirigido un entrenamiento con la escayola. “No es lo mismo porque no puedo entrar al campo y se hace difícil, pero me voy a tener que acostumbrar. Además, el resto del cuerpo técnico tendrá que dar un paso adelante en estos partidos”, añade, antes agradecer a Luis Costa cómo se ha comportado en los últimos días.

No puede tener ningún sentimiento de culpa. Son cosas del fútbol y, a primera hora de la mañana, ya estaba conmigo en la clínica para interesarse. Luisito y yo somos grandes amigos. De hecho, él fue el autor del primer gol de uno de mis equipos”, añade Navarro, que fue capaz de aguantar hasta el final del Tarazona-Brea (1-2) con la tibia y el peroné fracturados.

“Noté un tremendo ‘crack’ y, aunque sabía que la cosa era seria, no podía dejar tirados a mis jugadores. Y tampoco lo voy a hacer ahora; en los cuatro partidos que quedan nos lo jugamos todo”, finaliza David Navarro.

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