Las aficiones del Real Zaragoza y la SD Huesa se dan la mano antes del derbi

Representantes de los seguidores de ambos conjuntos esperan que en La Romareda se viva una fiesta del fútbol aragonés.

Casi dos años después, las aficiones del Real Zaragoza y la SD Huesca se volverán a encontrar mañana en un mismo estadio. La última vez fue en El Alcoraz, el 22 de diciembre de 2019, antes de que la covid-19 hiciese acto de presencia. En esta ocasión en vísperas del Día del Pilar será en La Romareda, donde los dos equipos se vieron las caras en el choque de vuelta de aquella campaña, pero ya con las butacas vacías y su seguidores pegados a la televisión. Todo está servido para que se celebre la fiesta del fútbol aragonés, aquella que enfrenta a los dos conjuntos más relevantes de la Comunidad. Un choque de máxima rivalidad deportiva que hasta ahora solo ha tenido como marco la Segunda División y sobre el que existe el anhelo de que pronto se pueda dar en Primera. "Sería lo más bonito", confirma Fernando Lobera, presidente de la peña Fenómenos Oscenses, una de las más representativas de las azulgranas, y que será uno de los cientos de altoaragoneses que no faltarán a la cita. Les darán la bienvenida miles de zaragocistas.

La previsión que maneja el Real Zaragoza es la de congregar a unos 24.000 espectadores, lo que dotará al estadio de un aspecto prepandémico que ya se pudo comenzar a atisbar en la jornada anterior cuando Jim y los suyos estuvieron apoyados por cerca de 17.000 hinchas en el empate con el Oviedo. De entre los presentes habrá al menos 300 azulgranas, los que retiraron alguna de las 500 entradas de las que dispuso su club, aunque a ellos habrá que añadir los que hayan conseguido los pases por su cuenta. El desplazamiento, eso sí, en ningún caso será tan masivo como en otras ocasiones.

"Pique siempre va a haber porque es un duelo de rivalidad regional, pero debe ser sano, primando la deportividad", señala Pablo Palomar, el presidente de la Federación de Peñas del Real Zaragoza (FPRZ), el espíritu que debe rodear la noche antes, durante y después. Para simbolizarlo, varios fieles de uno y otro conjunto se reunieron el sábado en las inmediaciones de La Romareda y también la directiva de la FPRZ ha invitado a la de Fenómenos Oscenses a una merienda mañana, algo que se está convirtiendo en habitual por parte de las dos asociaciones cada vez que el Zaragoza y el Huesca se sitúan frente a frente.

En el encuentro en el feudo zaragocista, al que no faltó la mascota Zarpa, brilló la cordialidad e incluso se produjo el intercambio de bufandas. Unos cantaron el ‘Ale Zaragoza’ y otros gritaron "¡Huesca!". "Somos equipos aragoneses, no concibo que haya malestar entre las dos aficiones, somos de Aragón y tenemos que estar unidos", arengó Óscar Mendoza, presidente de la peña El León Vuelve a Rugir.

Para la afición del Huesca, el derbi significa también la primera ocasión en la que van a poder realizar un desplazamiento desde el confinamiento. "Es un signo más de que vamos recuperando la normalidad", subrayó el azulgrana Fernando Bernués, quien metiéndose ya en el plano más estrictamente deportivo consideró que "aunque los dos estemos mal, un derbi es un derbi y puede pasar cualquier cosa". "Nos jugamos la moral, esto tiene que ser un punto de inflexión", cree el blanquillo Víctor Fernández. "He estado en todos los derbis, los primeros fueron muy intensos y en éste la situación es muy extraña porque salimos de una pandemia", comentó el ‘fenómeno’ Vicente Soler.

En el adiós todos los presentes se desearon suerte en lo venidero a la espera de poder vivir un gran partido mañana y de ver a su equipo ganar. Para ello, no se escatimará en ánimos y ambos bandos preparan acciones. El zaragocismo ha organizado un recibimiento a su equipo en La Romareda a las 19.15 y los azulgranas están llamados a las 17.30 en el Hotel Pedro I de Huesca para despedir a Ambriz y los suyos.

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