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El clásico más igualado e inestable

El Barça recibe al Madrid con los dos equipos empatados a puntos en el liderato y sin que ninguno de los dos haya maravillado en un inicio de temporada irregular.

FC Barcelona - Real Madrid
FC Barcelona - Real Madrid
Agencias

Barcelona y Real Madrid suelen tener rendimientos 'alternos', quizás complementarios, como si fuese una estrategia planificada para repartirse el pastel de la Liga año tras año. Si uno está muy bien, con pinta de campeón desde la primera jornada, el otro rema como puede contra la corriente alimentando una emoción necesaria por el desenlace pero que echando la vista atrás, con los años, se recuerda como artificial. Vale en las dos direcciones. Las etapas de excelencia de cualquiera de los dos equipos, siempre hablando del torneo de la regularidad, provocan, más que coinciden, períodos de crisis en el rival. No es difícil detectarlo, aunque luego en un clásico de 90 minutos pueda pasar de todo.

Sin embargo, en este Barça-Madrid de la 10ª jornada de Liga, aplazado en su día por la problemática política y social que se vivía por entonces en Cataluña y que amenaza con resurgir, cuesta elegir un favorito. Y, volviendo al inicio, es más difícil todavía defender que uno de los dos esté marcando esa diferencia de juego o actitud que permita considerarle como único candidato al título. Por todo ello se puede calificar al de este miércoles en el Camp Nou (20:00 horas) como el clásico más igualado de los últimos años.

Empatados a 35 puntos en la cabeza de la Liga, el liderato es para el Barça por sólo dos goles de diferencia a favor. Marcan más los de Ernesto Valverde (43-33), especialmente en el Camp Nou (30 en 7 partidos, más de 4 de media) pero también encajan con una frecuencia preocupante (20-12). El resultado es un +23 a un +21. Primera muestra de gran igualdad. El pasado fin de semana los dos afrontaron visitas complicadas con el mismo resultado: empate del Barça en San Sebastián (2-2) y del Madrid en Valencia (1-1).

Más equilibrio, aunque que Benzema lograra un gol milagroso pasado el minuto 94 anima más que volver de Anoeta sin haber aprovechado un 1-2 a favor y reclamando un penalti en el minuto 93 como si hubiese sido el escándalo del siglo cuando fue una acción interpretable sin más. El equipo de Zinedine Zidane pierde menos partidos (1), aunque empata más (5). Puede que el Barça sea más irregular con tres derrotas y dos igualadas, todas a domicilio, pero en casa mantiene la fiabilidad con un 7 de 7.

Por empatar, hasta Messi y Benzema lo hacen en lo más alto del Pichichi con 12 goles, aunque el argentino ha jugado menos que el francés debido a sus lesiones musculares a principio de temporada. La diferencia ofensiva es que Luis Suárez, un amante de los clásicos, como Messi, ya suma 9, mientras que el Real Madrid no tiene un segundo goleador tan visible. En la Liga de Campeones no funcionaron de forma tan similar: apenas un buen partido completado, sufriendo en otros incluso ante rivales modestos y tirando de la calidad individual, pero los culés terminaron líderes y los blancos, segundos. Hasta Valverde y Zidane coinciden en algo: no les valen sus éxitos anteriores y no gozan del favor total de sus exigentes socios y aficionados.

Eso sí, la historia reciente de los clásicos es de color azulgrana. El Barça puede partir con esa pequeña ventaja psicológica que concede la seguridad de los últimos resultados ante el Real Madrid, como el 5-1 y el 0-1 liguero de la pasada temporada o el 0-3 copero en el Bernabéu que minimizó el 1-1 del Camp Nou. También puede entenderse como una necesidad de revancha que puede fortalecer el espíritu competitivo del Madrid. Lo del factor campo va a gustos. Hasta Messi reconoció este martes en Marca que «nos cuesta más jugar contra el Madrid en casa que fuera porque en el Bernabéu están obligados a ir a buscarnos y los partidos son más abiertos, de tú a tú, con espacios, pero en el Camp Nou juegan más juntos y se cierran más».

Las bajas del Real Madrid son más notables, especialmente las de Eden Hazard y Marcelo, los dos lesionados, como Asensio, Lucas Vázquez y James. El Barça no podrá contar con los también lesionados Dembélé y Arthur, dos jugadores que podrían haber sido titulares pero que tienen recambios de garantías, como Griezmann y De Jong, locos por disputar su primer clásico.

Para las alineaciones, pocas dudas, quizás la única es saber si Bale, que en los grandes partidos recuerda que es futbolista, juega en punta con Benzema, con Valverde, Casemiro, Kroos y Modric en la media. En el Barça se intuye el mismo once del pasado sábado, con un pequeño interrogante: si el recuperado Semedo entra como lateral derecho, Sergi Roberto podría jugar en el centro del campo en lugar de Rakitic.

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