Tercer Milenio

En colaboración con ITA

EL PRÓXIMO RIVAL

El partido del desquite

El Zaragoza mira al Málaga con ánimo de revancha tras el fatal 3-5 de la primera vuelta.

Fernando remata a gol ante la oposición de Obradovic y la inacción de Leo Franco en el Zaragoza-Málaga de la primera vuelta.
El partido del desquite
TONI GALáN/AFP PHOTO

«Solo fue un accidente». Cuando el Málaga goleó al Real Zaragoza en el partido de la primera vuelta en La Romareda (3-5, segunda jornada, 12 de septiembre de 2010), casi todo el mundo en el club, la plantilla y el cuerpo técnico tomó la catástrofe como una eventualidad, un desliz que no debía emborronar las animosas impresiones generadas durante la pretemporada y en el debut liguero en La Coruña, ni tampoco elevar el pánico. Pero aquellos cinco goles en poco más de 34 minutos de juego, un récord nefasto en la historia de la Liga, ese Málaga huracanado, fueron algo más que un accidente.


Los efectos del golpe abrieron una herida complicada de cicatrizar: el Zaragoza cayó en barrena, se sumergió en puestos de descenso, se desvaneció como equipo, las victorias se hicieron imposibles, se acabó la Copa del Rey, y toda esta vorágine fatal se llevó por delante a José Aurelio Gay. Ahora, con otro entrenador, el Zaragoza aún trata de recuperarse de la depresión. Quizá, sin aquella goleada, el equipo aragonés tampoco hubiera evitado su recesión imparable, pero la espina de esa derrota tocó orgullo dentro del vestuario. «Casi es mejor no hablar del partido de la primera vuelta. Aprendimos una buena lección y nos hizo bastante daño entonces, aunque nadie quisiera reconocerlo. Sufrimos en nuestras carnes lo que saben hacer, tienen mucha velocidad arriba y ahora se han reforzado.


Hay que plantear el partido de otro modo, pero cinco goles no nos pueden volver a hacer ni de broma», comenta el delantero Braulio Nóbrega, por entonces futbolista terciario para Gay.Durante semanas, el fantasma del Málaga cohabitó con los futbolistas del Real Zaragoza y ahora, girada la rueda del calendario, resulta inevitable hablar del suceso, sus consecuencias y las emociones que despierta. Braulio expresa con cierto ánimo de desquite cómo afronta la plantilla el duelo de Málaga: «Lo de la primera vuelta es una motivación. Tiene que dolernos, y lo hemos hablado (la plantilla). Nos hizo daño y debemos ir a Málaga a devolverles la moneda».

La historia del 3-5 se escribió con un relampagueo: en el minuto 7, el Málaga ganaba 0-2 con goles de Fernando y Juanmi. Cumplidos 35 minutos, el marcador crujía: 0-5, con goles añadidos de Fernando, Juanmi y Quincy. A Leo Franco lo habían descosido en un rato. El Zaragoza reaccionó con pasión y le puso cosmética al resultado con un 3-5, con tantos de Edmilson, Marco Pérez y Ander.

Gay fue el primero en rebajar la trascendencia futura del golpe. «Igual pasan 10 años y no vuelve a ocurrir esto. Ni en contra ni a favor», dijo por un lado. «Prefiero perder un partido así que cinco seguidos», apostilló por otro.

La derrota empapó al Zaragoza durante varias semanas, pero, curiosamente, Jesualdo Ferreira, técnico del Málaga, cayó antes que Gay. Y hoy la clasificación hunde al Málaga por debajo del Zaragoza. Pese al 3-5 y pese a la azarosa vida del equipo aragonés. El sábado, resurgirá un duelo muy cambiado, en los banquillos y en la plantilla del Málaga. «Se han reforzado muy bien», comenta Braulio. El Zaragoza, salvo N'Daw, tendrá a los mismos que en septiembre. Enfrente, un rival directo rearmado con Baptista, Maresca, Asenjo, Camacho o el sancionado Demichelis. Más Pellegrini.

Quizá sea buen momento para que el destino del Zaragoza gire de lado en el mismo punto en el que se metió en la tormenta.