Miguel Malo: "En Honduras el agua embotellada es casi oro"

El central y el capitán del Bada Huesca, que ultima sus estudios de Medicina, colaboró tras la última temporada con una ONG en Honduras.

Miguel Malo, jugador del Bada Huesca y estudiante de Medicina.
Miguel Malo, jugador del Bada Huesca y estudiante de Medicina.
Verónica Lacasa

El canterano y capitán del Bada Huesca, el representante aragonés en la Asobal, la máxima categoría nacional, al concluir la temporada pasada hizo la maleta y marchó como voluntario a Honduras, ¿cómo llegó hasta allí?

Soy estudiante de Medicina y ya solo me queda este curso para acabar. Lo del voluntariado era algo que siempre había tenido en mente y como la liga acaba a finales de mayo e iba a tener dos meses bastante libres decidí que había llegado el momento. Al principio me costó encontrar una organización que ofreciese las condiciones que me interesaban, pero a base de mandar correos electrónicos di con la Asociación Colaboración y Esfuerzo (Acoes) de Honduras y me fui para allá tres semanas en junio.

¿Qué labor realizó?

El principal objetivo de Acoes es la educación. Está formada por hondureños y su proyecto consiste en llevar a la capital, Tegucigalpa, a jóvenes de las zonas rurales para estudiar becados. A cambio de esa ayuda, se encargan de organizar escuelas para niños en las que también hay centros médicos. Estuve atendiendo a los niños y sus familias.

¿Y con qué cuadros se encontró?

Con muchas patologías digestivas, gastroenteritis. Se bebe del grifo, pero las instalaciones y la higiene no son como las de aquí y además en esos días llovió mucho, lo que creó complicaciones. Allí el agua embotellada es casi oro. También me llamaron la atención las enfermedades infecciosa derivadas de los insectos, como el dengue, que cuando lo estudié pensaba que era algo que no iba a ver nunca, pero que para ellos es normal.

Las diferencias con España serían notables.

Al principio es cuando más notas el cambio, iba por la calle mirando hacia todos los lados en una ciudad que es una locura sin señales ni semáforos. Los barrios en los que me movía estaban sin asfaltar y casi no había luz o agua en las casas. Es una pobreza increíble. Estuve tres semanas y al volver a casa la sensación era que habían pasado dos años. La experiencia me ha marcado mucho, lo valoro todo más y le doy otra importancia. Antes podía comerme la cabeza con cosas que bien mirado no son tan relevantes. Todo lo que de verdad necesitamos, lo tenemos en nuestra mano y no nos podemos quejar de nada. La lástima es que conforme pasa el tiempo te vas acomodando de nuevo a la que al fin y al cabo es nuestra sociedad.

El equipaje incluiría algún balón.

Me llevé mucha ropa de juego y entrenamiento para dejarla allí. Cuando supieron que era jugador me propusieron hablar con el profesor de educación física para organizar unas clases de iniciación. Fue muy positivo, a los niños les gustó y practicaron un deporte que muchos no conocían.

¿Alguno apuntaba maneras?

Es con lo que me bromearon en el equipo. Es fácil decirlo, pero mi intención es volver, aunque no sé cuándo podré. Con el balonmano planté una semilla y a ver si para entonces ha brotado.

No es el único jugador de balonmano que se ha decantado por la Medicina.

Habría que hacer un estudio, pero lo acotaría a jugador de balonmano aragonés. No sé si es coincidencia o hay algo detrás, durante los últimos años también se han dado por ejemplo los casos de Marcos Escribano y Javier Ariño. Ahora mismo, en cambio, en la Asobal puede que solo haya dos jugadores más estudiando Medicina. Lo que sí que es bastante frecuente es que este deporte se compagine con estudiar. Se puede vivir de él mientras estás en activo, pero para después tienes que tener alguna preparación.

¿El balonmano le resulta beneficioso a la hora de estudiar?

Ayuda con los libros y en un futuro a nivel laboral también lo hará. El deporte requiere sacrificio y constancia, ser consciente de que tu esfuerzo no tiene por qué tener una recompensa inmediata, que el premio es a largo plazo. También sirve para controlar las emociones y los nervios.

¿Y al revés, estudiar le favorece a la hora de competir?

También es útil. Son dos aspectos de la vida diferentes, pero parecidos en cuanto a metas. Lo que uno quiere en cualquier ámbito es triunfar lo máximo posible.

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