copa de la reina

Sonrisas en el adiós del Casademont Zaragoza a la Copa: "Orgullosos de nuestras leonas"

Alrededor de 150 aficionados aguardaron la salida de las jugadoras y el cuerpo técnico para tributarles un sentido agradecimiento. "Que bote Zaragoza", cantaban.

Petra Holesinska saluda a dos jóvenes aficionados del Casademont Zaragoza en Huelva.
Petra Holesinska saluda a dos jóvenes aficionados del Casademont Zaragoza en Huelva.
Alberto Nevado/FEB

Si un ciudadano onubense paseó este domingo sobre las 15.00 por los aledaños del pabellón Carolina Marín de Huelva y observó a los aficionados del Casademont Zaragoza, seguramente se quedó perplejo. Solo contemplando la actitud de los alrededor de 150 seguidores, resultaba difícil descifrar cuál había sido el resultado de la final de la Copa de la Reina.

Pese a la ya conocida derrota, los hinchas del equipo de Carlos Cantero aguardaron a la salida de las jugadoras de la instalación. Una a una, toda la plantilla recibió una enorme muestra de cariño y agradecimiento por parte de los aficionados, que formaron un improvisado pasillo desde la puerta de salida del pabellón hasta la de acceso al autocar del equipo.

"Que bote, que bote, que bote Zaragoza" y "orgullosos de nuestras leonas" fueron algunos de los cánticos más escuchados, a los que incluso se sumó alguna jugadora, como la capitana Vega Gimeno. Después de no poder contener las lágrimas tras el bocinazo final, la valenciana era ya una mujer mucho más serena, lo que aprovechó para festejar como habitualmente con los seguidores allí concentrados.

Fueron minutos cargados de valor y simbolismo, ya que a escasos metros permanecían los hinchas del Valencia Basket, que también elogiaban y celebraban el triunfo de sus jugadoras.

"Mariona, una foto, por favor"

Leo Fiebich, Nerea Hermosa, Petra Holesinska, Mariona Ortiz, Serena Geldof... Todas las jugadoras atendieron con infinita paciencia los numerosos reclamos de los aficionados.

Una de las más aclamadas fue Mariona Ortiz, que fue recibida por sus familiares. También esperaban junto al autobús del Casademont Zaragoza los padres de Nerea Hermosa o de la canterana Leyre Urdiáin, que a pesar de su juventud (tiene solo 16 años) es ya muy querida por la Marea Roja.

Entre la multitud se encontraban gente de todo tipo. Desde seguidores más veteranos, hasta pequeños y simpáticos hinchas que sueñan con emular a las jugadoras de Cantero. "Mi jugadora favorita es Mariona Ortiz", reconocía Izan, un chaval de nueve años que viajó a Huelva junto a sus padres en el avión chárter que fletó la entidad.

"Son un grupo de mujeres increíbles. Pueden ganar o perder, pero nunca se dan por vencidas y eso es lo que les hace únicas. Más allá de los éxitos deportivos que están consiguiendo, que son muchos y muy importantes, el verdadero triunfo de este equipo es la conexión que tienen con la grada, es impresionante", corroboraba el padre del menor, antes de que su hijo se apresurase a pedir un autógrafo a la base titular del Casademont Zaragoza.

Pese al amargo sabor que la derrota dejó en el paladar, toda la expedición aragonesa emprendió el viaje de regreso a la capital convencida de que la de este domingo no iba a ser la última gran alegría compartida junto a esta plantilla. "Aún nos queda la Liga Femenina. Vamos a por ella", advertían.

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