baloncesto
El Casademont cae eliminado en Valencia tras encajar la derrota más dolorosa del año
El equipo aragonés, sin Fiebich ni Vega Gimeno, es arrollado por el conjunto de Rubén Burgos (93-49) en la vuelta de las semifinales por el título.
La peor derrota del Casademont Zaragoza, la más dolorosa, llegó en el momento más inoportuno. El equipo aragonés cerró la histórica temporada 22-23 con un durísimo varapalo en la Fuente de San Luis. El conjunto de Carlos Cantero, sin Leo Fiebich ni Vega Gimeno (lesionada en el minuto 2), cayó 93-49 ante una apisonadora que respondía al nombre de Valencia Basket (127 créditos de valoración) en la vuelta de las semifinales por el título de la Liga Femenina Endesa. El equipo de Rubén Burgos arrolló y no concedió ni una sola opción de remontada a las zaragozanas, presentando así su firme candidatura a conquistar la gran final ante el Perfumerías Avenida.
Las caras de Cristina Ouviña, Alba Torrens o Leticia Romero denotaban máxima concentración durante la presentación. Mientras Cox, con una deportividad exquisita (y poco habitual) aplaudía los nombres de las de Cantero, Queralt Casas, con la mirada en un punto fijo, visualizaba el vendaval que estaba a punto de desatarse. En la grada, con 250 aficionados del Casademont, el ambiente era ensordecedor.
Había muchas, pero que muchas ganas en la Fuente de San Luis. Después de atragantarse con la Copa de la Reina, el Valencia Basket tenía sed de venganza. Pese a la elevadísima complejidad de remontar los 15 puntos de la ida, el Casademont demostró en los primeros segundos que no había viajado a la ciudad del Turia simplemente para hacer turismo.
El equipo aragonés fue ambicioso en el arranque, tal y como demostraron sus dos primeros lanzamientos. Nada más empezar, Mariona, primero, y Vega, después, lo intentaron desde el triple. Pero el aro escupió sus tiros. No así el de Raquel Carrera, también desde más allá del 6,75. Ese 3-0 inicial cayó como una losa anímica a las de Cantero. Más por la forma que por el fondo, teniendo en cuenta que la remontada, antes del choque, era ya casi un imposible.
Pero por si el marcador no fuera suficiente castigo, más problemas para el Casademont. A los dos minutos, tras una mala caída, Vega se torció el tobillo y abandonó el encuentro en volandas. El temporal se oscurecía todavía más: ya no solo hacía frío y muchísimo viento, la intensa lluvia dibujaba un horizonte desolador.
El 12-0 de salida terminó por resolver (si no lo estaba ya) la eliminatoria. Al conjunto de Cantero solo le quedaba competir con dignidad y evitar una derrota muy abultada. Objetivos radicalmente opuestos a los del Valencia, que firmó un primer tiempo absolutamente arrollador. Solo 7 puntos pudo anotar el cuadro visitante en el primer cuarto, mientras que al descanso el marcador reflejaba un doloroso 50-19.
Rubén Burgos no consentía que nadie levantase el pie del acelerador. Las valencianas, con 8/16 en triples, sometían a las aragoneses que no habían transformado ninguno de sus 11 intentos desde más allá del 6,75.
Valencia en modo apisonadora
En este contexto, al Casademont le aguardaban los últimos 20 minutos de la temporada. El paso por los vestuarios sirvió para despejar la mente de una plantilla que no estaba acostumbrada a competir con un resultado tan adverso. El equipo de Cantero mejoró sensiblemente tras el paso por los vestuarios. De hecho, dos triples consecutivos de Gracia Alonso de Armiño y Helena Oma hicieron que el técnico local solicitara tiempo muerto con 53-30.
Pero fue un mero espejismo, los dos últimos cuartos sirvieron para ratificar que, sobre la pista, podía estar el próximo campeón de la Liga Femenina Endesa. Mucho tendrá que batallar el Perfumerías Avenida para frenar a un Valencia Basket que ha llegado a la recta final en el mejor momento de la temporada.
En el último cuarto, la única incógnita era conocer hasta dónde llegaría el cuadro taronja, que apenas dosificó ningún esfuerzo pensando en la próxima semana. Al final, 93-49.
