baloncesto

Casademont Zaragoza: el bronce en la Champions League, el único asidero de 2021

El equipo aragonés vuelve a suspender en la Liga Endesa, donde contabiliza cinco victorias en los 14 partidos disputados

Los jugadores exhiben la medalla de bronce de la Champions League, el pasado mes de mayo en Rusia.
Los jugadores exhiben la medalla de bronce de la Champions League, el pasado mes de mayo en Rusia.
casademont zaragoza

Su participación en la Champions League, con la conquista de la medalla de bronce, es el único asidero al que puede agarrase el Casademont Zaragoza en 2021. El conjunto aragonés clausura un año de errores, dudas, intermitencias y grandes altibajos, que se tradujeron en numerosos sobresaltos en La Liga Endesa –aún por resolver–, y que conllevaron un fracaso mayúsculo en la FIBA Europe Cup. El año natural, que abarca dos temporadas –el final del ejercicio 20-21 y el primer tramo del curso 21-22–, ha estado marcado por idéntico patrón: la impericia de un equipo voluble, inconstante e imprevisible, muy quebradizo, que en la mayoría de sus compromisos no han alcanzado la altura requerida para competir. Todo ello, pese a los esfuerzos de la entidad por diseñar un bloque ilusionante, ambicioso y solvente, que pretendía optar al ‘play off’ por el título en el torneo doméstico y, sobre todo, que partía con las máximas aspiraciones en la competición continental.

En la Liga Endesa, el Casademont se halla en una situación de inquietante, de máximo riesgo. A falta de tres encuentros para que finalice la primera vuelta, el equipo aragonés contabiliza cinco únicas victorias, y sigue marcado por los rigores de la clasificación. En los 14 encuentros disputados, solamente ha sido capaz de imponerse al Manresa (98-91), el Bilbao Basket (76-100), el Río Breogán (79-75), el Betis (82-72) y el Andorra (83-92). En la actualidad se alinea en la decimocuarta posición de la tabla, con un solo partido de margen con los puestos de descenso a la Liga LEB. Eso sí, completó en el Principado su mejor actuación de la temporada, en su compromiso más reciente, y por fin se atisban claros síntomas de recuperación.

En la anterior temporada, clausurada en mayo de 2021, el rendimiento del Casademont ya estuvo lastrado por su inconsistencia, sus intermitencias y su manifiesta irregularidad. Fue un curso de angustia, de un sufrimiento inesperado. Pese al talento la plantilla, los aragoneses finalizaron la temporada en la decimotercera posición de la tabla, con 14 victorias en los 36 partidos disputados. Salvó la categoría, pero se quedó fuera de la Champions League.

Fue en la Champions, precisamente, donde los zaragozanos sí supieron manejarse con seguridad y convicción (11 victorias en 15 partidos), emitiendo señales muy positivas en la mayoría de sus compromisos, hasta finalizar el torneo en el podio. El Casademont se colgó el bronce tras haber eliminado en los cuartos de final al Nizhni Novgorod ruso, el equipo anfitrión (78-86); después de haber doblado la rodilla frente al Pinar Karsiyaka turco, en las semifinales (79-84); y al haber doblegado posteriormente al Estrasburgo francés (89-77), en una batalla por el tercer puesto que gobernaron los zaragozanos de principio a fin.

El éxito del Casademont en la Champions League se contrapone, sin embargo, con su deficiente actuación en la FIBA Europe Cup, torneo del que, contra todo pronóstico, quedó eliminado a las primeras de cambio. El equipo aragonés inició su participación en Rusia, en la pista del Avtodor Saratov, con una contundente derrota (100-80). Luego ganó al Gilboa (90-91) en Israel, pero claudicó en Italia contra el Reggio Emilia (76-67). Lejos de reaccionar, comenzó la segunda vuelta con otro revés frente a los rusos (86-92), para cerrar su participación en el torneo con una tropiezo ante los israelíes (78-80) y un triunfo frente a los transalpinos (82-77).

Pese a los repetidos contratiempos, el club, al menos, ha vuelto a transmitir ambición y pujanza para intentar modificar la negativa trayectoria del equipo. Ya lo hizo el pasado curso, con hasta dos cambios de técnico –Hernández y Casimiro–, y con las incorporaciones de Wiley, Rupnik, Harris y Bray; y ahora también ha tratado de enderezar la temporada con las adquisiciones de Waczynski, Thompson y Jordan Bone. Antes había fichado a Sipahi, quien, sin embargo, abandonó la entidad tras haber ofrecido un exiguo rendimiento. En cualquier caso, hay argumentos suficientes para reaccinar; el partido ante el Andorra señaló el camino.  

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