baloncesto

Fuga de talentos en el Casademont Zaragoza

Los clubes grandes se han aprovechado en los últimos años de la valentía del Casademont da dar oportunidades a sus jóvenes promesas.

Vit Krejci, Barreiro, Alocén y Pradilla.
Vit Krejci, Barreiro, Alocén y Pradilla.
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Barreiro, Krejci, Pradilla, Alocén... Sigue la fuga de talentos. Cuatro jugadores en sólo dos años. El Casademont da oportunidades en la élite sin atender al carnet de identidad, pero su filosofía –en principio un motivo de orgullo– también conlleva un riesgo considerable para la entidad: se expone a perder a sus mejores activos, a las primeras de cambio, después de haber invertido tiempo, dinero y esfuerzo en la adecuada formación de sus jóvenes promesas. El mercado y su reiteración cíclica.

El club apuesta por deportistas jóvenes, con escaso recorrido en el baloncesto profesional, pero que se incorporan a la primera plantilla con el ánimo de crecer, evolucionar, mejorar y perfeccionarse. Fue el caso de Jonathan Barreiro, el último en marcharse del Casademont. Formado en las categorías inferiores del Real Madrid, el ala-pívot quedó libre en el verano de 2016, tras haber competido en el Ourense, en la Liga LEB Oro, en calidad de cedido por el conjunto blanco. Fue entonces cuando el presidente del Casademont, Reynaldo Benito, se adelantó a otros clubes nacionales para firmar al jugador.

Provisto de un futuro prometedor, ha sido en Zaragoza donde el gallego, tras dos primeros años de intermitencias, ha podido exhibir su verdadero potencial hasta ser convocado, incluso, por la selección española absoluta en diferentes ventanas de la FIBA. Barreiro, de 24 años, abandona ahora el Casademont tras cinco temporadas, después de que el Unicaja de Málaga abonara el pasado martes su cláusula de rescisión, que ascendía a 150.000 euros pero que aumentaba hasta los 250.000 a partir del 1 de julio.

En el caso de Vit Krejci, Jaime Pradilla y Carlos Alocén existe otro denominador común: son jugadores formados en la cantera desde categoría infantil. El Casademont invierte en la base, y lo hace con sólido plan deportivo que allane el recorrido de sus jóvenes promesas al baloncesto profesional. Y su acertado trabajo en las categorías de formación, admirado en el panorama europeo, ya le ha reportado importantes réditos en las últimas temporadas. Al mismo tiempo, sin embargo, se arriesga a perder irremediablemente a sus mejores activos.

De hecho, todo apunta a que Vit Krejci será el próximo en salir. El escolta está pendiente de resolver su marcha a los Oklahoma Thunder, en principio para jugar en su equipo vinculado de la G-League, tras haber sido elegido por la franquicia estadounidense en el draft de 2020. Lesionado el pasado 25 de septiembre, frente al Real Madrid, en la seguna jornada de la Liga Endesa –sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda–, el jugador checo ha llevado en Oklahoma su proceso de rehabilitación, aunque sus derechos siguen perteneciendo al Casademont Zaragoza a día de hoy. Si no se marcha ahora, lo hará seguro al término del curso, una vez finalice su contrato con el club aragonés.

Además, Jaime Pradilla abonó el pasado verano los 225.000  euros de cláusula de rescisión para marcharse al Valencia. El ala-pívot, de 20 años, firmó con los levantinos por cuatro campañas, después de haber emitido señales muy positivas en la Fase Final de la Liga Endesa que clausuró el curso 2019-20. Un año antes, el Casademont ya había sufrido un revés considerable con la pérdida de Carlos Alocén, fichado por el Real Madrid por los 150.000 euros fijados en su cláusula de rescisión. Y aunque Alocén continuó un año más en Zaragoza en calidad de cedido, aquella maniobra volvió a retratar la debilidad de los equipos modestos para impedir la fuga de sus jóvenes valores. Su cláusula de rescisión era muy baja en el primer año –se iba incrementando notablemente en los años posteriores– por una imposición del representante del jugador, Quique Villalobos, cuando se acordó la renovación del base en mayo de 2018. Tras una fulgurante irrupción del zaragozano, el Real Madrid optó por fichar ese mismo año al base, aunque fuera para cederlo posteriormente al club aragonés.

El club blanco se aprovechó entonces del formidable trabajo de cantera de los zaragozanos, quienes ya habían sufrido otras dos pérdidas de envergadura meses atrás. Uno de ellos fue Jaime Fernández, quien, como Alocén, Krejci y Pradilla, se había incorporado al club aragonés en edad infantil. El ala-pívot abandonó la entidad aragonesa en agosto de 2018, rumbo al Barcelona, por 180.000 euros, aunque regresó al Casademont el pasado verano tras haber quedado libre. Y anteriormente, en una operación similar –aunque concretada a mitad de la temporada–, el Valencia Basket se había llevado al canterano Sergi García, en diciembre de 2017, por los 350.000 euros estipulados en su cláusula de rescisión.

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