El ‘mal ganar’ de Marina Mabrey y el Cukurova Mersin ante el Casademont Zaragoza

En el deporte es importante saber perder, pero también saber ganar. Marina Mabrey y el Cukuruva Mersin han demostrado que no saben hacer ni una cosa, ni la otra. Tras eliminar al Casademont Zaragoza de la Euroliga femenina, tanto la jugadora norteamericana como el resto del equipo turco han tenido un comportamiento ciertamente antideportivo, este miércoles ante el calor de su público.

Marina Mebrey ya tuvo un comportamiento reprochable en el pabellón Príncipe Felipe. Allí ya demostró cómo se las gasta. Tras un enganchón, fue sustituida y, al verse pitada por el público, comenzó a hacer gestos provocadores a la grada, animando a que le silbaran más. El Cukurova Mersin aprovechó esto para, esa misma noche, comenzar a calentar el tercer partido en sus redes sociales, equiparando el ambiente del Príncipe Felipe con el sonido de un gatito, y anunciando que su pabellón rugirá ‘de verdad’.

En el tercer partido, disputado este miércoles, Mabrin ha vuelto a estar envuelta en la polémica. Ha demostrado que, además de no perder, tampoco sabe ganar. Con el partido totalmente sentenciado, ha anotado un triple que suponía el 84-54 junto al banquillo del Casademont. Al retirarse hacia su campo, lo ha hecho mirando a las jugadoras del banquillo y haciendo con sus dos manos el gesto de dormir. Uno de los colegiados lo ha visto y le ha señalado una técnica que, al ser la segunda, le ha costado la eliminación del choque.

La jugadora norteamericana ha vuelto a hacer el mismo gesto, riéndose de forma ostensible, se ha acercado al centro del campo para ser aplaudida, ha jaleado a la grada y ha seguido riéndose con sus compañeras de equipo. Una de las componentes del banquillo incluso se ha tapado un ojo y ha parodiado a una jugadora jugando sin poder ver, en referencia a la lesión en el ojo que sufrió recientemente Vega Gimeno.

En definitiva, un comportamiento lamentable que no debería verse en una cancha de baloncesto y que tiene a Mabrey como protagonista. La norteamericana es una de las mejores jugadoras de la competición -este miércoles ha sido la más decisiva-, pero ha vuelto a demostrar el por qué de su larga fama de jugadora conflictiva.

Su equipo, el Cukuruva Mersin, tampoco ha parado la espiral de antideportividad, y ha vuelto a publicar otro irrespetuoso vídeo contra el Casademont en sus redes sociales.