El emocionante homenaje de los compañeros de Mateo en el Stadium Casablanca

El equipo de waterpolo en el que jugaba el joven de 21 años, fallecido en Italia en accidente de tráfico, rindió un tributo al jugador ante su familia.

Momento en el que el equipo entrega la camiseta a la familia de Mateo.
Momento en el que el equipo entrega la camiseta a la familia de Mateo.
Heraldo

Mateo Correas amaba el waterpolo. Empezó a jugar a este deporte con 11 años. Para entonces, ya llevaba cuatro o cinco nadando en Stadium Casablanca. Un entrenador del club le reclutó a él y a otros compañeros para formar un equipo de waterpolo, y logró meterles el veneno de este deporte. Tanto que, estos días, ese grupo de jugadores lucha por subir a Segunda División, la categoría de bronce de este deporte en España.

Sin embargo, Mateo Correas no podrá verlo. El joven zaragozano, de 21 años, falleció el pasado mes de febrero en un accidente de tráfico en Italia. Este año no formaba parte del equipo, ya que estaba en Bélgica de Erasmus, pero “seguro que estaría en la grada o ayudando de alguna manera”, señala Pablo Gimeno, capitán del Stadium Casablanca de waterpolo.

En el primer partido de esta lucha por el ascenso, sus compañeros decidieron acordarse de Mateo un poco más fuerte de lo que lo hacen habitualmente. Organizaron un pequeño pero emotivo homenaje en el que participó el equipo, el club y todo el mundillo del waterpolo en Zaragoza. En la tradicional presentación que se hace de los dos equipos antes del partido, los excompañeros de Mateo llevaron una camiseta con su nombre y su número, con la frase “para siempre” y la imagen de un dragón verde.

Este último símbolo tiene su historia: “Lo empezamos a usar en las redes sociales Mateo, el entrenador y yo. El dragón y corazón se quedó como una cosa nuestra, hacíamos broma con esos emoticonos. A raíz del fallecimiento, en cada publicación que hacemos aparecen, es nuestro homenaje”, cuenta Gimeno.

El equipo del Stadium Casablanca de waterpolo, con la camiseta homenaje a Mateo.
El equipo del Stadium Casablanca de waterpolo, con la camiseta homenaje a Mateo.
Heraldo

En el homenaje del pasado fin de semana estuvo presente su familia. Sus padres (Luis y Lola) y sus hermanos, Hugo y Carlos, también jugadores de waterpolo del club. “Mateo es el mayor, el que inició esa línea deportiva del waterpolo. Luego sus dos hermanos también acabaron jugando”, recuerda Luis Correas, su padre. La familia vivió este tributo “con mucho agradecimiento y emoción”. Recibieron un ramo de flores, la camiseta del homenaje y un gorro firmado por todos los compañeros de Mateo. “El waterpolo es una familia, los chavales se conocen todos, son amigos. En las gradas había gente de todos los clubes, fue muy bonito”, señala Correas.

La familia tiene el fallecimiento de Mateo “todavía muy reciente”, por lo que la herida sigue abierta. “Hay días que te acuerdas más, otros que lo lo llevas con más naturalidad… Pero es una pérdida tremenda, una persona joven, sana, deportista... Es muy difícil de entender y encajar”, dice su padre.

Para el equipo, el fallecimiento de Mateo fue “un mazazo”, como señala su capitán. Pablo Gimeno recuerda que les llamo “su hermano”, que además había jugado en el equipo. “Esa misma tarde fuimos al club, nos juntamos... Recuerdo pasar todo el fin de semana con los compañeros”, explica. Ahora, con la fase de ascenso, esperan poder dedicarle a Mateo un buen resultado. De momento, en el primer partido -el que sucedió al homenaje a su excompañero- acabó con victoria. “Estaría genial poder dedicarle un ascenso”, señala el capitán del equipo.

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