Aficionados al ajedrez comparten pasión y tablero con la mejor de la historia en Alcubierre
Judit Polgar, la única mujer que ha conseguido estar entre los diez mejores del mundo, es la invitada al Torneo Internacional de Ajedrez de la localidad.
Laia Carabantes, vecina de Monzón, aguardaba este sábado el momento de acercarse a una de las personas que más admira, la única mujer que ha conseguido figurar entre los diez mejores ajedrecistas del mundo, Judit Polgar. Al llegar su turno, la joven oscense, de 15 años, le ha pedido que firmara uno de sus libros de cabecera, donde se analizan algunas de las partidas más extraordinarias de la jugadora húngara, que ha llegado a derrotar a ocho campeones mundiales, desde Karpov a Spassky, Kasparov o Topalov.
"Ha sido alucinante", ha señalado la joven oscense, que acaba de coronarse Campeona de Aragón sub-16 en categoría femenina. Y es que Polgar ha sido Polgar, una mujer cercana y afable. De hecho, le ha preguntado sobre sus horas diarias de entrenamiento y le ha aconsejado trabajar los finales, mostrándole en su propio móvil cómo seguir algunas de sus lecciones de forma online.
El encuentro no ha tenido lugar en Madrid ni en Barcelona. La mejor jugadora de la historia del ajedrez y la más precoz en obtener el título de Maestro Internacional está este fin de semana en la pequeña localidad de Alcubierre (Los Monegros). Hasta aquí, ha llegado con el ánimo de apoyar un torneo que busca poner en valor las bondades del ajedrez y favorecer el encuentro entre aficionados y leyendas de talla mundial. Tras quince ediciones, la lista de los invitados es enorme: Anatoly Karpov, Boris Spassky, Francisco Vallejo, Veselin Topalov, Ljubomir Ljubojevic, Ruslan Ponomariov… y otras dos mujeres, Yifan Hou y Anna Muzychuk.
Al subirse al escenario del salón social, Polgar ha recibido un sonoro y largo aplauso del centenar de inscritos en el XV Torneo Internacional de Ajedrez de Alcubierre. Allí, regresará a última hora de este sábado con motivo de la entrega de premios y mañana, domingo, realizará una exhibición de partidas simultáneas. Durante su visita, la jugadora ha escuchado más de lo que ha hablado. A otra de las inscritas, Olivia García, de 11 años, le ha preguntado sobre aquello qué más le gusta del ajedrez. "Me ayuda a concentrarme", ha respondido ella, maravillada con la "inolvidable" experiencia.
La gran mayoría de los inscritos al torneo conocía la peculiar trayectoria de Judit Polgar. Su historia es igual o más cinematográfica que la narrada en la popular serie ‘Gambito de Dama’. Al contrario que su protagonista, que era huérfana, la húngara asegura que tuvo el mejor entorno para convertirse en una jugadora de éxito. Sus padres la educaron en casa, junto a sus dos hermanas, con el objetivo de demostrar que los genios no nacen sino que se hacen. Y, en su opinión, "lo consiguieron", ha dicho. Las tres han alcanzado grandes éxitos deportivos y a nivel personal, son personas "felices y equilibradas", a pesar de la oposición del entorno al método elegido por sus progenitores.
Tras retirarse en 2014, Polgar está dedicada a fomentar los valores del ajedrez, que, según ha indicado, encuentran su máxima expresión en modestos torneos como el celebrado en Alcubierre. "Me parece muy positivo que se cuide y valore la tradición del ajedrez más allá de las grandes ciudades. De hecho, creo que es más complicado organizar un evento pequeño que uno grande y además, considero que en los primeros cobran más relevancia los verdaderos valores del ajedrez", ha señalado.
"Hay muy pocas actividades que tengan tanto valor social con un coste tan pequeño y que puedan ser además practicadas por cualquier tipo de persona, es decir, sin importar su raza, sexo, condición social, etc.", ha añadido. Polgar es una defensora además del valor del ajedrez a nivel educativo. "Al ser un juego, es un tipo de lenguaje muy accesible para los niños y las niñas, que transmite valores que pueden aplicar a su vida diaria como la lógica, la estrategia o la toma de decisiones. Además, cuando lo practican uno frente al otro, trabajan el respeto mutuo, el respeto por las reglas, aprenden a perder y ganar, desarrollan el espíritu combativo y aprenden a gestionar sus propias emociones", ha detallado.
A la hora de explicar la falta de mujeres en la élite del ajedrez, la jugadora ha dirigido su mirada hacia la educación y el modelo social. En su opinión, la sociedad espera cosas diferentes de un niño que de una niña. "Y si la meta es diferente también lo será la educación", ha subrayado. Además, tal y como ha recordado, tampoco parten de la misma situación, ya que hay países en los que tener una niña es una desventaja incluso desde un punto de vista financiero. Para explicarlo, ha realizado una metáfora con el propio ajedrez. "Si un peón lo hace muy bien y llega a la octava fila se puede convertir en una dama, pero ha comenzado siendo un peón". Y es que, tal y como ha señalado, los chicos ya no necesitan recorrer ese primer tramo. Ya nacen siendo damas y por lo tanto, con una mejor situación y buenas expectativas.
El torneo está organizado por el Ayuntamiento de Alcubierre, con la colaboración de la Comarca de Los Monegros, Ibercaja y la Federación Aragonesa de Ajedrez.
