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"Volver a jugar un año después es una sensación indescriptible"

Más de 50.000 deportistas recuperan desde este sábado la actividad deportiva. Los jugadores, las familias y los equipos se muestran "emocionados e ilusionados" de regresar a los terrenos de juego.   

En casa de los Llorente, este sábado ha sido una mañana distinta. Una mañana feliz. De prisas, ilusión y canastas. Entusiastas del deporte, los pequeños Diego (13 años), Julia (11) y Daniela (8) han vuelto a jugar un año después al baloncesto. Los tres, igual que su padre Rubén, llevan toda la vida enrolados en El Olivar. De hecho, él, profesor de Educación Física, sigue integrando el equipo social. Y sus ganas de volver a jugar, de volver a competir, eran máximas. "Volver a competir un partido un año después resulta muy emocionante, es una sensación indescriptible. Tras mucho tiempo encerrados en casa, regresar a los entrenamientos nos hizo muy felices y ahora jugar partidos es muy emocionante", relata Julia tras su estreno con el Alevín de El Olivar.

Su hermano mayor, Diego, también terminó la mañana con una sonrisa radiante después de su encuentro con el Infantil: "Todos los compañeros teníamos muchísimas ganas. Jugando partidos con las precauciones debidas, el deporte es seguro. Hemos vuelto a disfrutar mucho sobre la pista", cuenta. Su padre, Rubén, remata la felicidad colectiva de los Llorente: "Competir no es ganar. Competir significa poder demostrarte a ti mismo y a tu equipo, contra rivales de tu nivel, que se puede luchar en la pista de igual a igual por un objetivo común, el disfrute y la sensación gratificante de hacerlo lo mejor posible. El día de hoy –por ayer– supone la culminación del esfuerzo de clubes, entidades y equipos para conseguir que el deporte regresara. Estamos muy felices".

En casa de los Val, lo que les va es el balonmano. Rafa juega en el Cadete del Dominicos, Marcos en el Alevín y Daniela, a sus cuatro añitos, está a punto de unirse a ellos. Su orgulloso padre, Nacho, resume el sentir de la familia tras el retorno de las competiciones. "Viendo a nuestros hijos disfrutar con el deporte nosotros ya somos felices. Verles entrenar y no jugar ha sido duro para nosotros y para ellos. Las medidas sanitarias se han cumplido y estamos muy tranquilos", explica. Su hijo Rafa, radiante, comenta que "era la vez que más ganas tenía de volver a jugar", mientras que su hermano Marcos admite que espera acostumbrarse "poco a poco a jugar con mascarilla".

"He vuelto a celebrar un gol"

Los Llorente y los Val son solo dos ejemplos de lo que se vivió ayer a lo largo y ancho de Aragón, que comenzó a recuperar el pulso competitivo de sus disciplinas colectivas. En total, más de 50.000 deportistas retoman desde este fin de semana la actividad. Los silbatos, los abrazos de gol y los festejos grupales volvieron a resonar en los barrios. La alegría que siempre se asocia al deporte base y ‘amateur’ recuperó, por fin, una parte de su espacio. A puerta cerrada o con aforo reducido, el deporte volvió a hacer vibrar a los chavales. "En cuanto hemos tocado la bola, la felicidad del momento ha sido plena", subraya satisfecho Álvaro Tena, jugador del equipo Cadete de balonmano del colegio Marianistas.

Más de 50.000 deportistas recuperan la actividad un año después.

Para los niños más pequeños, algunos que llevan aún poco tiempo jugando, el momento fue todavía más especial. "Me he despertado más pronto que nunca de la emoción. Me lo he pasado fenomenal... incluso hemos ganado", describe Lucía Muelas, del Benjamín de baloncesto de Marianistas. Adrián Pérez, un niño de 6 años del prebenjamín del CD Delicias de fútbol 7, anotó su primer gol de la temporada. El 2-2 contra el Stadium Venecia. "El partido ha ido fenomenal, lo he pasado muy bien. Hemos empatado a dos y he podido marcar y celebrar un gol. No me gusta mucho jugar con mascarilla, me agobia un poco, porque no se puede respirar muy bien, pero tendré que acostumbrarme", explica cual profesional.

Carlos Aldana su entrenador, resalta la importancia de la jornada de este sábado: "Los chicos se cansaban de entrenar y no jugar. Se les hacía muy monótono y para su desarrollo como jugadores es importante competir. Al principio les costaba jugar un poco con la mascarilla, pero poco a poco van acostumbrándose". Daniel Vílchez, técnico del Cadete del Santa Isabel, comparte su mensaje. "Al deporte sin competición le falta sal y chicha. Es la salsa del juego y es lo que ahora hemos recuperado". Jorge Tabuenca, entrenador del San Lázaro, comenta en este sentido que "los chavales lo estaban pasando mal sin los partidos, se les estaba haciendo duro y largo el año y ahora tienen un aliciente importante para seguir jugando".

Protocolo y ‘streaming’

En lo que coinciden también todos los actores del deporte aragonés es en la importancia de respetar las medidas sanitarias del protocolo del Gobierno de Aragón. Incluso los más pequeños lo tienen más que claro: "Es necesario utilizar la mascarilla porque mientras estás jugando no le vas a respirar en la cara a otro compañero. Así reducimos el riesgo de contagio", subraya con máxima sensatez Laura Prada, jugadora del Infantil de baloncesto de El Olivar. Aun así, algunos siguen en proceso de acostumbrarse: "Jugar con mascarilla produce sensación de ahogo y dificulta mucho la práctica del fútbol. Hablamos de un juego que se desarrolla al aire libre en su mayoría, así que esperemos que pronto podamos disfrutar sin limitaciones", apunta José Ramón García, padre de Alejandro García, jugador de fútbol base.

"Las medidas son necesarias para intentar frenar entre todos la pandemia. Es obligación y responsabilidad de todos el cumplimiento de las mismas, teniendo en cuenta, eso sí, que el deporte es salud y recomendable mentalmente para situaciones tan duras como esta", amplía José Luis Iborte, presidente del CD Remolinos.

Con muchos partidos disputándose a puerta cerrada y otros con aforos mínimos, algunos clubes ya dispusieron ayer un dispositivo para emitir a través de Internet –vía ‘streaming’– el regreso a los terreno de juego de los chavales. "Hemos decidido retransmitir los partidos en ‘streaming’ para que los familiares puedan seguir los encuentros de los suyos a través de Internet. Es una forma de darle los medios para que, de una manera interna y restringida, puedan ver a sus hijos jugar", explica Carlos Langarita, responsable covid del Balonmano Dominicos. "Con una ‘tablet’ puedes emitir en directo y de una forma restringida", agrega. Belén Bordonaba, madre de Jezabel, jugadora del Infantil del Dominicos, cuenta que "no es lo mismo seguirlo así, pero de momento nos conformamos a la espera de que podamos regresar pronto a ver los partidos en los pabellones. Lo más importante era volver".

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