Las plantas se han convertido recientemente en tendencia de decoración: el afán de presumir en redes sociales ha llevado a recuperar incluso variedades de hace décadas, de hoja muy grande y verde, que contrasta con los tonos grises en las paredes. Y en esa tendencia ‘instagrammer’ destaca la utilización de las estanterías como soporte para crear preciosas combinaciones en cualquier habitación de la casa. El salón es, por supuesto, el espacio estrella, ya que es más amplio y permite jugar con varias alturas. Plantas en el suelo, como sansevieria, costilla de adán o kentias, que combinan con otras colgantes como el clásico poto, el coleo o monsteras.

Antes de decorar hay que tener en cuenta que las plantas tienen sus necesidades: luz, temperatura... Si las colocamos en mitad de una habitación, crecerán hacia la luz y acabarán torcidas y el efecto será terrible. Debe aprovecharse el espacio cerca de la ventana y conviene ir girando la planta para que no tire continuamente hacia una misma dirección.

Una vez establecida si la luz es correcta y no hay un radiador que las agobie, el siguiente paso es analizar el espacio:no sobrecargar, no abusar de colores y, a ser posible, buscar combinaciones correctas que encajen con el verde oscuro:la madera natural, el gris o blanco de fondo... Si tenemos demasiados objetos, quizá nos acabemos agobiando conforme la planta crezca. A veces, se puede aprovechar la oportunidad para guardar algunos de esos cachivaches en una caja y reutilizarlos más adelante, cuando tengamos otro proyecto de decoración.