fiestas del pilar
Las puntadas de los trajes regionales son un idioma que une el mundo el Día del Pilar
Trajes de todo el mundo desfilan cada 12 de octubre por las calles de Zaragoza en la Ofrenda de Flores.
La Ofrenda de Flores es uno de los actos más cosmopolitas de las Fiestas del Pilar por muchas razones. Canciones de todo el mundo son la sintonía, multitud de acentos ponen voz al fervor de este día y la indumentaria muestra la riqueza cultural de cualquier rincón del planeta, por muchos kilómetros que disten. A pesar de que los trajes regionales de Aragón son los que más se visten cada 12 octubre, la devoción no entiende de fronteras ni idiomas. Solo es necesario comprobar la lista de grupos participantes en el acto principal de las fiestas.
Los canarios portan un casco cónico y fajas de rayas. A juego con las faldas de sus paisanas, quienes cubren su cabeza con grandes pañuelos blancos y el cachorro –un coqueto sombrero–. Los grandes volantes y los cuerpos ajustados llegan con los ritmos de Andalucía, al igual que los trajes cortos y sombreros cordobeses.
También coloridos son los de chulapo y chulapa, con los que los madrileños desfilan hasta la plaza del Pilar. Los navarros no dudan en lucir su blanco inmaculado y anudarse la faja y el pañuelico rojo. Los zuecos de madera hacen ruido al pisar por las calles del centro de la ciudad, al igual que en el litoral cantábrico. Los asturianos enseñan las monteras y ellas, los pañuelus.
Hasta los pies del gran manto también llegan oferentes de otros países. Se dejan ver estampados africanos y kimonos asiáticos. Sin embargo, la Virgen del Pilar es patrona de la Hispanidad y la indumentaria latina cobra cierto protagonismo.
Este año el país invitado a la Ofrenda es Paraguay. El blanco es color predominante en su traje regional, tanto en el masculino como en el femenino, aunque lo pueden teñir con prendas coloridas como las faldas. El peinado de ellas se caracteriza por dos trenzas sueltas, llevando un moño en las puntas y decorado con varias flores. En cambio, ellos cubren su cabeza con un piri con cinta negra.
