El bajo caudal del río Ebro obliga a cancelar los viajes en falúa de la Ofrenda Fluvial

Iberflumen calcula que se necesitan al menos 33 metros cúbicos por segundo para garantizar la seguridad, pero estos días apenas lleva 25.

Los viajes en falúa, en una de las anteriores ediciones de las Fiestas del Pilar
Los viajes en falúa, en una de las anteriores ediciones de las Fiestas del Pilar
Guillermo Mestre

El bajo caudal del Ebro, que estos días apenas lleva 25 metros cúbicos por segundo a su paso por Zaragoza, dejará bajo mínimos la Ofrenda Fluvial del próximo jueves. El colectivo Iberflumen confirmó ayer que no podrá sacar su falúa, y tampoco se esperan muchas piraguas, ya que se necesitan un mínimo de 33 m3/s para navegar con garantías.

Se trata de una decisión sin precedentes, según explicó su portavoz Pablo Polo, que coincide con el 15 aniversario de esta particular ofrenda por el río, cuyo origen se remonta a 2008, el año de la Expo. Otras veces pudieron partir con alguna que otra dificultad, pero nunca habían tenido que llegar a este extremo.

La agrupación hizo el pasado sábado hasta seis recorridos de prueba con seis personas en un último intento por mantener la salida. "Éramos pocos, pero terminamos pegando en el fondo. En estas condiciones no podemos meter a 22 personas vestidas con traje de baturro. Elevarían el calado entre siete y diez centímetros y si nos quedásemos atascados tendríamos que pedir ayuda a los Bomberos", razonó.

Como consecuencia, también se caerán de la programación oficial los viajes gratuitos que se hacían cada año en el entorno del embarcadero del Club Náutico. "Nos hemos puesto en contacto con el Ayuntamiento para avisar a la gente, pedirles que los quiten del programa de fiestas y evitar que haya malentendidos", agregó.

Los hasta 22 oferentes que transportaban cada año harán esta vez el recorrido a pie desde Helios por la ribera. Desde Iberflumen aseguran que si aumentase el caudal retomarían las actividades del programa, pero a la vista del parte meteorológico no hay excesivo optimismo. "Ni va a llover ni hay reservas aguas arriba para llegar a tiempo. Lo de este año es una situación anómala", reconoció Polo. Criticó, además, que la "falta de mantenimiento de las riberas" ha agravado el problema.

"Si el río estuviese cuidado podríamos pasar. Las estructuras de asistencia a la navegación que se pusieron por los Ebrobuses en la margen derecha están resultando perjudiciales para el resto de embarcaciones. Actualmente hay muchos troncos y maleza, lo que provoca enormes dificultades para pasar con la falúa", comentó.

Las piraguas lo tendrán, a priori, más fácil, aunque tampoco habrá tantas como otros años por lo difícil de remontar el puente de Piedra sin apenas caudal.

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