fiestas del pilar

‘Por ver a la Pilarica, vengo de Calatorao’

Con motivo del Día del Pilar rescatamos un artículo publicado hace 100 años en las páginas de HERALDO, testigo “de la fe y de la devoción de un pueblo” hacia su patrona.

Ofrenda de Flores a la Virgen del Pilar.
Ofrenda de Flores a la Virgen del Pilar.
Asier Alcorta

Solo quedan unas horas para el día grande de las Fiestas del Pilar. Este miércoles, 12 de octubre, miles de zaragozanos y visitantes salen a las calles flores en mano, ataviados con sus trajes regionales, algo de nervios y mucha emoción, teniendo en cuenta que es la primera Ofrenda de Flores que se celebrará con normalidad desde que la pandemia irrumpiera en nuestras vidas.

Cada doce de octubre, Zaragoza celebra esta arraigada tradición que le ha dado fama mundial a la ciudad y que es un reflejo de la devoción popular por la Virgen del Pilar. De la alegría y colorido de este día, y de la devoción por la Virgen que inunda todos los rincones de Aragón, ya dieron fe nuestras páginas hace 100 años. Y como muestra, este artículo publicado en HERALDO el 13 de octubre de 1922:

Artículo publicado en HERALDO el 13 de octubre de 1922.
Artículo publicado en HERALDO el 13 de octubre de 1922.

“A las tres y media de la mañana, cuando las campanas comenzaron a repicar alegremente anunciando la llegada del día grande, empezó también la romería de fieles hacia el templo del Pilar.

La calle de Alfonso, a partir de aquella hora, pregonera de la misa de Infantes, fue durante todo el día un hormigueo humano, testimonio de la fe y de la devoción de un pueblo hacia la excelsa Patrona aragonesa.

Por ver a la Pilarica llenaron a primera la céntrica vía las buenas gentes lugareñas, y una hora más tarde uniéndose de nuevo al desfile interminable del típico Rosario de la Aurora, con su Virgen bonita iluminada por resplandores de unas luces ocultas por fragantes rosas…

Adquirió la calle más animación aún a la hora de misa mayor, con el paso de corporaciones; luego, el paseo aristocrático de las doce con mujeres hermosas, adornadas con las galas del gran día; al atardecer, desfile de cofradías a la procesión; paso del piquete con su brillante pasacalles, gentío que acude al Rosario… La ciudad entera con todos sus forasteros, desfiló ayer por la céntrica calle con el ansia de ver a la Pilarica.

A la magnificiencia del día respondió la alegría de la gente… Como los de Calatarao, acudió ayer todo el pueblo a postrarse a las plantas de la Virgen aragonesa".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión