Plantas que brillan en la oscuridad, flores abstractas y un poco de miel de abeja en el Zaragoza Florece

El mercado que recorre el paseo de San Sebastián del Parque Grande ha sido un hervidero durante toda la jornada.

Varias personas pasean por el Mercado de las Flores, este sábado en el Zaragoza Florece.
Varias personas pasean por el Mercado de las Flores, este sábado en el Zaragoza Florece.
Oliver Duch

Parece un bol de fresas con nata o un yogur con fruta, pero si uno se detiene a mirar atentamente verá que del centro de estos curiosos platos sale una mecha. Son en realidad velas y las hay que evocan a una tarde de película y manta o que huelen a galleta Lotus, entre muchas otras opciones. Son una de las curiosidades que se pueden encontrar en el Mercado de las Flores, ubicado en el paseo de San Sebastián del Parque Grande y uno de los principales atractivos del festival Zaragoza Florece. 

Este sábado era un auténtico hervidero y, en ocasiones, hacerse un hueco entre los puestos se volvía tarea complicada, pero armándose con algo de paciencia era difícil salir de allí con las manos vacías. Lo comentaba Rosa Artigas, que había acudido a pasar una mañana de compras florales junto a otras dos amigas. "A mí me encantan las plantas, tengo la casa llena, así que cuando hay cosas de estas siempre aprovecho", aseguraba. Esta vez, había optado por una adquisición más funcional que decorativa y se había hecho con un geranio repelente de mosquitos. "Últimamente se me está empezando a colar alguno en casa", lamentaba. 

Las opciones eran muchas. Recorriendo el mercado de las flores los visitantes se encontraban con cosmética natural para el cuidado de la piel y los denominados perfumes emocionales, camisetas con pequeños dinosaurios de tala infantil, pendientes y collares de todos los colores y originales maceteros con forma de busto. Había margaritas, retamas, paniculata, amapola asiática, espliego, tomates cherry y lavanda seca, entre muchísimas otras especies. También sacos térmicos de calor y frío con semillas, flores comestibles para cócteles, tartas o ensaladas, joyería de autor y hasta planas que brillan en la oscuridad y otras con unos colores que bien parecían un cuadro abstracto. 

Algunos de los puestos que más despertaban la curiosidad de los visitantes eran el de miel artesana, con una cristalera que contenía un panal de abejas en la que se podía ver trabajar a estos insectos, y otro que ofrecía una demostración de una especie de Roomba, pero para cortar el césped.  

En una de las casetas de la Sociedad de San Vicente de Paúl atendía Marisa Lou, una habitual del festival, que aseguraba que la afluencia estaba siendo "muy buena", sobre todo gracias al buen tiempo que ha hecho durante toda la feria. "La compra está animada, cuesta, pero bien. La gente está comprando, con ganas y muy integrada", indicaba. En el puesto había una gran variedad de productos. "Nosotros trabajamos todo con cosas naturales, plantas... Hacemos cuadros con flores y con cosas de la naturaleza y todo es reciclado, tenemos muchísimas hortensias. Todo está realizado por voluntarios", enfatizaba.

En la floristería Araflor también hablaban de una buena afluencia. "Ya es la tercera vez que venimos y la gente se anima, sobre todo el fin de semana", apuntaba tras el mostrador Plácida Pardos, que incidía en lo beneficioso de este tipo de eventos para que el público se acerque más al sector. "Es una manera de que la gente conozca un poco más lo que es el trabajo de florista, no solo por estar aquí vendiendo", decía. 

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