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Homicidio de la avenida de Madrid: “La escena del crimen estaba manipulada”

El jefe de Homicidios de Zaragoza declara en el juicio que la acusada Natalia Chiguachi reconoció haber limpiado la casa en la que se encontró el cadáver de su novio. 

Natalia Chiguachi, acusada por el homicidio de la avenida de Madrid.
Natalia Chiguachi, acusada por el homicidio de la avenida de Madrid.
Guillermo Mestre

La segunda sesión del juicio con jurado en el que Natalia Chiguachi está acusada por el homicidio de Sliman Guiz, giró este martes entorno a las dos justificaciones diferentes que ella dio para explicar la muerte de quien era su pareja a primera hora de la mañana del 5 de febrero de 2023 y su forma de actuar. “Dio muchas vueltas de tuerca”, expuso ante el tribunal uno de los primeros agentes de la Policía Nacional que acudieron tras recibir el aviso de un posible caso de violencia de genero en un piso del número 273 de la avenida de Madrid de Zaragoza. “Para nosotros, lo que hizo fue construir una versión”, comentó el inspector jefe del Grupo de Homicidios. “Al ver que la herida no era compatible con una caída sobre la pata de un patín, como había dicho al principio, es cuando menciona que él llevaba un cuchillo”, añadió.

Según los forenses, la causa de la muerte de Guiz, de 26 años, fue un pinchazo con arma blanca que penetró en su cuerpo algo más de dos centímetros y medio y que le alcanzó el corazón. En la vivienda solo había un cuchillo y sus características son compatibles con la herida que presentaba el fallecido en el hemitórax izquierdo.

En la casa prácticamente no se encontraron restos de sangre. Tampoco en el patinete o en el cuchillo. Uno de los diez agentes que declararon ante el tribunal destacó que el piso olía a lejía y que aún había un cubo con agua sucia y una fregona. Natalia Chiguachi, según expuso el secretario del atestado, manifestó que había limpiando, incluido también el cuchillo. Su justificación fue que no quería que su hija, una niña de dos años que dormía en una de las habitaciones, viese la sangre al despertar. “La escena estaba manipulada”, subrayó el inspector jefe del Grupo de Homicidios. Sliman Guiz estaba descalzo y con muestras de suciedad en los talones, lo que a los investigadores les lleva a pensar que su cuerpo fue arrastrado. Además, la camiseta que vestía estaba vuelta del revés. El roto generado por el pinchazo mortal estaba en la espalda.

Los diferentes agentes que estuvieron con Natalia Chiguachi coincidieron en destacar el cambio en sus explicaciones. Ella en un primer momento alegó que Sliman Guiz, con el que había estado discutiendo a lo largo de toda la madrugada -sobre las 4.30 ya había acudido una patrulla de la Policía Nacional alertada por los vecinos de que en el piso se oían gritos de socorro- se había caído sobre la pata de un patinete eléctrico que había en el pasillo y después indicó que la había amenazado con un cuchillo. “Fue con ese cuchillo, aunque no sé cómo”, dijo uno de los agentes que acabó por reconocer la acusada.

Natalia Chiguachi ya el lunes en su declaración en la Audiencia Provincial de Zaragoza ante el tribunal del jurado presidido por la magistrada María Soledad Alejandre, más allá de afirmar que no era la culpable y de que Sliman Guiz no tenía intención de suicidarse, no supo dar una explicación clara a lo sucedido. Contó que quien era su pareja se había abalanzado sobre ella esgrimiendo el cuchillo haciendo que ambos cayesen al suelo y que, tras rechazarlo, él se había marchado a la cocina. Al rato, según la versión de la acusada, le pidió ayuda. Al acudir le mostró un pequeño corte y lo acompañó hasta el sofá del salón. Después llamó al 112.

Los vecinos manifestaron a la Policía que sobre las 8.30 se escuchó en el piso una fuerte discusión y que tras un golpe seco se hizo el silencio. La llamada de Chiguachi pidiendo ayuda al 112 se produjo a las 9.59 y desde el teléfono de Guiz, que hasta la fecha no ha sido encontrado.

Los agentes que se personaron en el lugar contaron ante el tribunal que el cuerpo de Guiz estaba recostado boca arriba en el sofá. “Ella nos abrió muy nerviosa y nos dijo que el hombre no respondía”, narró uno de los dos miembros de la patrulla de la brigada de Seguridad Ciudadana. El agente expuso que trataron de hacerle reaccionar porque Chiguachi les aseguró que acababa de dejar de respirar. Lo bajaron al suelo y comenzaron a practicarle la maniobra de reanimación sin éxito. “Estaríamos unos cinco minutos, pero se hicieron eternos hasta que llegaron los sanitarios”, explicó. Su compañero destacó que en un primer momento la acusada no les mencionó la herida y que fue más adelante cuando les habló del golpe con el patinete.

La Fiscalía entiende que lo que sucedió es constitutivo de un delito de homicidio con la agravante de parentesco y solicita para Natalia Chiguachi una pena de 14 años de cárcel. La acusación particular, ejercida por el abogado Alejandro Giménez, eleva el castigo a 15 años de prisión. Su defensa, a cargo del letrado Juan Carlos Macarrón, expone que no existe ningún delito imputable a su representada y, en el caso de que el jurado aprecie que sí, plantea que concurren las eximentes de legítima defensa, miedo insuperable y arrebato u obcecación.

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