La Audiencia de Zaragoza impide juzgar a una maltratada acusada de enviar mensajes a su ex

Una jueza llegó a interrogar como investigada a la mujer, quien declaró que se limitó a contestar a los 'whatsapps' que le mandaba su exmarido y padre de su hijo.

Audiencia Provincial de Zaragoza.
Audiencia Provincial de Zaragoza.
Guillermo Mestre

La maltratada a la que su exmarido denunció en Zaragoza por contestar a sus propios mensajes de Whatsapp no acabará finalmente en un banquillo de los acusados. El hombre pretendía que fuera condenada como cooperadora necesaria del delito de quebrantamiento que él mismo cometió al ponerse en contacto con ella cuando lo tenía prohibido. Y lo cierto es que una jueza de la capital aragonesa admitió a trámite la denuncia y llegó a tomar declaración a la mujer en calidad de investigada. Sin embargo, esta magistrada, primero, y la Audiencia Provincial, ahora, han terminado dando carpetazo al asunto.

El hecho de que una víctima de violencia de género fuera castigada por contribuir a incumplir una orden de alejamiento destinada a protegerla parecía bastante rocambolesco. Sin recurrir a este adjetivo, los magistrados de la Audiencia de Zaragoza califican el caso de “excesivo” y “desproporcionado”. Recuerdan además que la jurisdicción penal, la única capaz de meter a una persona en la cárcel, se rige por el “principio de mínima intervención”. Y como el origen del asunto está “en un conflicto familiar a resolver en otra jurisdicción”, el tribunal desestima el recurso de apelación que el exesposo de la maltratada interpuso contra el auto de sobreseimiento provisional dictado por la jueza instructora.

Una condena de dos años de prisión por violencia de género puso fin en abril de 2022 a la relación del matrimonio, que tiene un hijo en común. Como él no arrastraba antecedentes, se le concedió la suspensión de la pena y no pisó la cárcel. Sin embargo, tenía prohibido ponerse en contacto con su exmujer y siguió llamándola por teléfono y escribiéndole mensajes. Aquello le costó otra denuncia por quebrantamiento de condena cuyo juicio todavía no se ha celebrado. Pero siguiendo la máxima que asegura que la mejor defensa es un buen ataque, el hombre optó por denunciar también a la madre de su hijo. Consiguió que un juzgado abriera diligencias contra ella, pero estas no acabarán en juicio.

La mujer declaró como investigada

"El propio denunciante reconoció que tiene una orden de alejamiento e incomunicación respecto de su expareja y que, pese a ello, fue él quien le mandó unos mensajes para obtener determinada documentación, mensajes que fueron contestados por ella", decía la magistrada en su auto de sobreseimiento. "Sin que ello la convierta en cooperadora del presunto incumplimiento de la orden de alejamiento", sentenciaba a continuación. Y al no apreciar ilícito alguno, decretó el archivo provisional de la causa.

Antes de pronunciarse, la jueza citó a declarar a la maltratada para conocer su versión, trámite que ella aprovechó para explicar que siempre era el denunciante quien se ponía en contacto con ella. Según esta, solo respondía a aquellos mensajes de Whatsapp que su abogada de oficio le decía que podía contestar. Aclaró también que jamás ha cogido las llamadas de teléfono que le hace el padre de su hijo.

El denunciante acusaba también a su exmujer de desobediencia, ya que, según este, no le permitió ver a su hijo en varias ocasiones. Sobre este asunto, la Fiscalía considera que hay una “justificación médica”. De todas formas, será el Juzgado de Violencia sobre la Mujer que llevó el divorcio y resolvió la custodia del menor quien se pronuncie al respecto.

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