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La guardería de la DGA en Calatayud tenía informes sobre sus "patologías estructurales" desde 2015

Educación sostiene que conoció la situación el 30 de enero, pero una parte de los padres critica falta de información hasta este viernes.

Reunión de familias de la guardería del Carmen de Calatayud.
Reunión de familias de la guardería del Carmen de Calatayud.
J. Macipe

La Consejería de Educación del Gobierno de Aragón ha vuelto a reconocer este viernes que el servicio provincial de este departamento contaba con informes en los que se daba constancia del mal estado de su escuela infantil en Calatayud desde, al menos, el año 2015. En concreto, que se arrastraban "patologías" desde aquella fecha, lo que llevó a realizar un seguimiento global y obras de refuerzo estructural en la parte donde se realizaban las siestas y un bloque de baños. Sin embargo, los actuales responsables del área insisten en que ellos no fueron conscientes de lo precario de la situación hasta el pasado 30 de enero.

Así lo ha reconocido esta mañana el secretario general técnico de la Consejería, Manuel Magdaleno, tras la reunión celebrada con parte de las 95 familias de los alumnos a los que ayer se decidió reubicar en otros dos centros escolares bilbilitanos -en la escuela infantil municipal a los de 1 año y en el CEIP Augusta Bílbilis a los de 2 años- ante los "signos de afecciones estructurales" en la zona de siestas y el bloque de baños del actual complejo, y que ya el lunes los llevó a dormir en otro edificio anexo, el antiguo Ramón y Cajal, y a colocar orinales portátiles en uno de los pasillos.

"El 30 de enero somos conscientes del expediente y por la tarde venimos aquí para hacer un primer informe visual. Vimos una zona, la que dormían los niños y baños, que tenía una patología estructural y que había que desalojar inmediatamente. En el resto (del edificio) también había grietas, pero no parecía tan urgente", insistía Magdaleno ante los medios de comunicación. Sin embargo, Educación admite que los menores siguieron usando la habitación de siestas durante seis días, hasta que se habilitaron los espacios en el Ramón y Cajal, y que el realojo integral, aunque no haya riesgo, se acomete a instancias de los padres.

Cuestionado sobre por qué no se actuó antes, siendo que los primeros informes se remontan más de una década atrás, Magdaleno indicaba: "No lo podemos saber". "No somos conscientes hasta que el expediente llega el 30 de enero. A raíz de ahí se ha dado algún cese porque no entendemos que un funcionario pueda estar con ese informe en su cajón y no lo haga llegar a los responsables de la Gerencia de Infraestructuras o a la Secretaría General", incidía, sin querer concretar más sobre la identidad de ese trabajador de la administración.

El responsable autonómico reconocía que se mantuvo un encuentro anterior con parte de las familias para explicar la situación y que acudieron con "un planteamiento abierto entre seguir sin esa zona o buscar un realojo, pero las familias optaron por el realojo". A este respecto, tanto el Ampa como las familias a título particular han criticado la falta de información. "Como madre me he enterado del estado en el que estaban los chicos este jueves. El centro nos tenía que haber dicho cómo estaba, porque si veo las fotos que vi ayer me hubiera planteado llevarlos a otra", remarcaba María, una de las afectadas.

Madres y padres de la escuela infantil de Calatayud.
Madres y padres de la escuela infantil de Calatayud.
J. Macipe

"Visualmente tuvimos constancia el lunes. Hace dos semanas sí que se nos informó de algún pequeño desprendimiento, pero a ver el problema, las grietas, con personal que sabe, fuimos el lunes. Y es cuando como Ampa pedimos la reubicación y el cierre", reconocía la responsable de la asociación de familias, Xiomara Carrilero. Al respecto de cuánto tiempo durará la reubicación, Luis Mariano Mallada, director general de Planificación, reconocía que dependerá "de la construcción de la nueva escuela".

El nuevo centro

De este centro todavía está pendiente de saberse su ubicación definitiva, que Mallada puntualizaba que se conocerá "en breve", aunque asumía que el proceso de licitación de los trabajos de construcción se ha demorado porque "había un problema con el terreno", en concreto con la inundabilidad. Desde el Ayuntamiento de Calatayud, el edil de Urbanismo, José Manuel Gimeno, insistía en que el Consistorio recibió la solicitud de suelo mediante en febrero de 2023 por una "carta fría sin que nadie hubiese avisado" de la anterior Consejería y que "desde el principio se mostró predisposición a colaborar y poner los medios necesarios".

"Pedimos una reunión para que nos explicasen los planes y nunca nos aceptaron la reunión. Un par de meses después nos volvieron a pedir la información y pusimos una parcela adecuada. No es hasta agosto cuando se pronuncia. No hemos ofrecido otra parcela porque entendemos que puede reunir las condiciones", insistía Gimeno.

Desde el PSOE de Calatayud, su portavoz, Sandra Marín, critica que desde el Ayuntamiento "se apuró el plazo de tiempo y se dio una parcela inundable que no servía para la construcción y hasta 2024 no se ofrece la idónea para ello". "Un año para dar una parcela", insistía Marín.

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