Así será la reforma del jardín botánico de Zaragoza: plantas medicinales y un gran estanque como eje central

El Ayuntamiento de Zaragoza ha presentado este 15 de febrero la reforma de este espacio histórico con un rediseño que costará 1,5 millones de euros.

El Jardín Botánico del Parque Grande José Antonio Labordeta será rediseñado para potenciar la relación de las plantas y la salud.
El Jardín Botánico del Parque Grande José Antonio Labordeta será rediseñado para potenciar la relación de las plantas y la salud.
Guillermo Mestre

La relación entre las plantas y la salud guiará el rediseño paisajístico y ornamental del jardín botánico del Parque Grande José Antonio Labordeta, 25.000 metros cuadrados muy bien aprovechados que acusan, desde años, el paso del tiempo, y no para bien. Con una inyección económica de 1,5 millones, el Ayuntamiento de Zaragoza quiere actualizar "respetuosamente" este espacio histórico de la ciudad para volver a ponerlo en valor y contribuir a la mejora de la biodiversidad.

Apostará para ello por recuperar y reforzar la relación que ha habido en la capital aragonesa con el uso y estudio de las plantas medicinales. Aunque costó años, siglos, tener un jardín botánico como el actual, ya en el siglo X, en el palacio de La Aljafería se ordenaban las plantas para analizarlas en un centro cultural de reunión de sabios como Al Hammar y Avempace, que estudió botánica.

Para impulsar el rediseño del jardín botánico se está trabajando de la mano del Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza con el objetivo de potenciar, también, elementos didácticos y divulgativos. Cada especie diferente quedará identificada con señalítica nueva.

Al incluir como hilo conductor las plantas medicinales, se diversificará y mejorará la vegetación actual, y se incrementarán las arbustivas y herbáceas, al contribuir no solo a mejorar la biodiversidad sino también a mantener sano el ecosistema, evitando enfermedades y plagas, y a servir como refugio a la fauna.

Más de 160 especies distintas se pueden contemplar en los 25.000 metros cuadrados del jardín botánico Xavier de Winthuysen, que abrió sus puertas en 1972 y se ha ido consolidando como lugar de refugio y descanso en el corazón del Parque Grande. Alberga un importante arbolado, que incluye una secuoya gigante californiana, que en los setenta del siglo pasado apenas levantaba un metro del suelo, madroños, abetos, tilos, acacias de Judea, palmeras pinos, cipreses, álamos, moreras... El rediseño, que se ejecutará este año y el que viene, contribuirá a poner en valor el importante arbolado actual con ejemplares de edad y gran porte.

El estanque central, que actúa de aljibe para el riego del resto del parque, y los canales tendrán un protagonismo mayor que el que ostentan en la actualidad. El Ayuntamiento quiere convertir el estanque en un lugar de reposo y disfrute, colocando una bancada perimetral en forma de circunferencia alrededor de él. Incorporarán, además, plantaciones acuáticas.

El Jardín Botánico del Parque Grande José Antonio Labordeta será rediseñado para potenciar la relación de las plantas y la salud.
Estanque del jardín botánico.
Guillermo Mestre

Para preservar el carácter histórico que tenía el jardín botánico, se van a restaurar los bancos de piedra y cerámica existentes, que se exhibían ya en 1930 en la avenida que se conoce ahora como Paseo de Sagasta.

La inversión de 1,5 millones de euros permitirá mejorar la accesibilidad y la conectividad de los espacios, pues se redefinirán los trazados de algunos recorridos internos. Para la concejala de Medio Ambiente y Movilidad, Tatiana Gaudes, con la reforma se busca "poner en valor" este espacio histórico de la ciudad "preservando su esencia". "Vamos a dar mayor protagonismo a las plantas medicinales y aromáticas y al agua, y crearemos un espacio que invite a disfrutar de forma más calmada", detalla Gaudes.

Recreación del rediseño del jardín botánico.
Recreación del rediseño del jardín botánico.
Ayuntamiento

En la época moderna, los orígenes del jardín botánico se remontan a 1796, cuando con el apoyo de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos de País se impulsó la siembra de las primeras plantas y, gracias al farmacéutico Pedro Gregorio Echandía y Jiménez, se elaboró la colección de siembras y plantaciones. El espacio quedó destruido en la Guerra de la Independencia (1808-1809) y fue rehabilitado, más adelante, por el botánico Florencio Ballarín.

Cambió varias veces de ubicación hasta acabar en la actual, abierta al público desde noviembre de 1972. El Ayuntamiento recuperó una zona dedicada a viveros junto a la avenida de San Sebastián para crear un jardín botánico que servía de aula al aire libre a los zaragozanos y a los alumnos de la Escuela Municipal de Jardinería. Un grupo de jubilados pertenecientes a la asociación de Antonio Sierra' fue el encargado de iniciar la plantación de las primeras especies arbóreas.

En 2004 se le dio el nombre de Xavier de Winthuysen, el pintor y paisajista que promovió la intervención en zonas del Parque Grande, el pulmón de Zaragoza que se inauguró en 1929.

La ampliación

El jardín botánico fue objeto de una ampliación en agosto de 1991. Se buscaba, con ella, que el espacio recuperara su atractivo inicial. La zona, que permanecía cerrada por las noches, había sufrido el acoso de los gamberros. Fue una constante. En octubre de 1973, un año después de su apertura, habían desaparecido muchos de los azulejos con los nombres de los árboles. Así contaba HERALDO la ampliación de 1991.

Así contó HERALDO la reforma de 1991.
Así contó HERALDO la reforma de 1991.
Heraldo

Los elementos del jardín botánico

A las más de 160 especies distintas que se pueden admirar en el jardín botánico se suman elementos singulares. En el estanque se conserva un  antiguo clepsidra (reloj de agua), que se instaló en 1983. Otro de sus atractivos es la estación fenológica. Empezó a funcionar en octubre de 1972 y desde ella se registraban y medían las condiciones climatológicas de Zaragoza. Costó un millón de pesetas, todo un dineral para aquella época. En los 200 metros cuadrados que ocupa medía el viento, el rocío, las heladas... toda una innovación en aquellos tiempos en los que pocos podían llegar a imaginar ni las modernas estaciones meteorológicas actuales ni que los zaragozanos, para saber qué tiempo hará, solo tienen que consultar su teléfono móvil. 

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