Manifestaciones

Agricultora de Calmarza: "La nueva PAC nos ha hundido. No queremos vivir de ayudas"

La protesta de los productores en Cetina ha reunido a más de 100 tractores en la autovía A-2 en la que se da paso alternativo en un carril por sentido.

Cortes de carretera por las movlizaciones agrarias en la A-2, entre Cetina y Ariza.
Cortes de carretera por las movlizaciones agrarias en la A-2, entre Cetina y Ariza.
J. Macipe

La segunda jornada de reivindicaciones del sector primario en Cetina ha vuelto a congregar a más de un centenar de agricultores y ganaderos, de distintos puntos de la comarca Comunidad de Calatayud como Bordalba, Ateca, Munébrega, Campillo de Aragón, Godojos, Terrer y Calmarza, entre otros, que han entrado desde primera hora de este miércoles a la calzada de la autovía A-2 con sus tractores desde Ariza y desde Cetina. En un principio lo han hecho como marcha lenta, por el carril derecho, pero han acabado por cortar el tráfico, al que se va dando paso de manera alternativa en el carril izquierdo por cada sentido, generando retenciones de casi cuatro kilómetros. Los motivos de la protesta también se repiten.

"La nueva PAC nos ha hundido del todo. Por ejemplo, te obligan a realizar siembras no rentables para cumplir con los ecoregímenes", destaca Melisa Catalán, agricultora profesional radicada en Calmarza. Acompañada de su hija, Daniela Zarate, incide en que en la década que lleva en el oficio "todo ha cambiado, pero a peor". "Tengo que pasar más tiempo entre papeles que en el campo. Y eso por no hablar de que para según que gestiones tienes que recurrir a un ingeniero, un gestor… Es decir, a pagar más. Y a nosotros nos pagan tarde, mal y nunca. Que no queremos vivir de ayudas", critica Catalán.

En ese punto coincide, Beatriz Gil, de Munébrega, que reclamaba "que haya unos precios justos, porque si nos pagasen un precio más ajustado no harían falta tantas ayudas y se podrían dedicar a otras cosas". "No nos dejan labrar cuando hay que labrar, no podemos usar según qué herbicidas… Esa Agenda 2030 no es sostenible. En casa sí que nos han enseñado como rotar cultivos, cuándo labrar y no por imposición. Porque no se busca que sea sostenible para el agricultor", incidía Gil.

Además de esas trabas, otros se quejaban de reconocimiento. "No se nos valora ni económicamente ni socialmente. Algunos nos tratan como si fuéramos delincuentes por estar trabajando, por usar herbicidas que necesitamos. Nos acusan de querer destruir el planeta cuando somos los que queremos mantenerlo", incide José Luis Cristóbal, de Ateca. En su caso, critica que "en el cuaderno digital haya problemas por tener un modelo de tractor que no es nuevo, te medio obliguen a venderlo y Pedro Sánchez pueda hacer un viaje en avión pudiendo contaminar menos en otro transporte".

Tractores cortan la carretera en la A-2, a la altura entre Cetina y Ariza.
Ángel Pérez, en la A-2, durante la protesta de los agricultores en Zaragoza.
J. Macipe

Al filo del mediodía, Ángel Pérez freía varios trozos de pollo sobre una paellera, a la que todavía faltaba por añadir el arroz y otros ingredientes. "Toda mi familia se dedicaba a la fruta y a mí no me dejaron que lo hiciera. Pero me metí cuando terminé ingeniería agrícola y me advirtieron que sería una ruina. Y lo fue. Ahora me dedico a la borraja y la hortaliza y me va mejor", cuenta rasera en mano. "Me dedico a lo que me gusta, a lo que quería", valora. Sin embargo, es pesimista con la situación actual y lo ilustra con un caso: "Mi padre llegó a vender la pera a 120 pesetas, 60 céntimos, ahora la pagan a 40 céntimos", destaca.

Desde Bordalba, Ángel Caballero, remarcaba que "lo peor es la burocracia y todo lo que exigen, que no facilita las cosas para el agricultor". Punto en el que coincidía José Antonio Alonso, de Campillo, que a eso le sumaba que, irónicamente, "todos los trámites los tienes que hacer por internet y muchas veces ni funciona la red". "Nos complican la vida, nos hacen gastar más en herbicidas, que cuestan más, tienes que gastar más gasoil y son menos efectivos. Para luego meter cereal de otros sitios en los que sí utilizan los herbicidas que aquí están prohibidos", valoraba.

En el caso de Pablo Jaime, ganadero de Godojos, otro de los problemas de su sector es que "no dejan entrar en masas forestales, te ponen pegas y limitaciones, cuando los animales lo que hacen es ayudar a limpiar".

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