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El ‘rey del simpa’ irá a prisión por tocar el pecho a una policía en una comisaría de Zaragoza

La Fiscalía pidió la absolución y Antonio Miguel Grimal ni siquiera se presentó al juicio, pero el tribunal tiene claro el ánimo lascivo.

Antonio Miguel Grimal, en un juicio en la Audiencia en diciembre de 2017 por no pagar dos cenas
Antonio Miguel Grimal, en un juicio en la Audiencia en diciembre de 2017 por no pagar dos cenas
Guillermo Mestre

A las más de sesenta estafas leves por las que ha sido detenido durante los últimos años, Antonio Miguel Grimal, más conocido como el ‘rey del simpa’, va a tener que sumar ahora una condena de un año de prisión por agresión sexual: la que le acaba de imponer la Audiencia Provincial por tocar el pecho a una funcionaria de la Policía Nacional en Zaragoza. Los hechos se produjeron cuando la agente trasladaba al acusado a los calabozos de la comisaría del Actur tras tomarle declaración por marcharse de otro bar sin pagar la comanda.

Grimal no acostumbra a ser una persona violenta. Sencillamente, se sienta en la mesa, da cuenta del menú y tras rematar la comida o cena con algún postre o licor, se dirige al camarero y le confiesa que no está en disposición de abonar la cuenta. Con la misma tranquilidad se comporta cuando la Policía se presenta en el local para detenerlo. Sin embargo, el 2 de abril de 2022  el ‘rey del simpa’ actuó de forma distinta.

El acusado ni siquiera se presentó en el juicio, celebrado a comienzos de este mes.La que sí compareció ante el tribunal de la Sección Primera fue la víctima, quien    aseguró que empezó a sentirse incómoda durante el interrogatorio, ya que Grimal le hizo varios guiños. Tras revisar las grabaciones que aportó junto a su denuncia, dada la posición de la cámara, los magistrados no han podido considerar probada tal circunstancia. Pero ninguna duda albergan sobre lo que ocurrió después en el pasillo de la comisaría. «Desde que aparecen en imagen, el acusado fija su mirada en el pecho de la funcionaria policial, acerca su cara a su cuerpo y dirige su brazo izquierdo hacía la zona del pecho» con «evidente ánimo libidinoso».

La agente, sorprendida, se apartó de inmediato, a lo que    Grimal reacciona diciendo: «Tú no llevas el número», refiriéndose al distinto de identificación del polo del uniforme. Para el tribunal, aquello no fue mas que una mera excusa, puesto que el encausado podría haberle hecho la advertencia mucho antes y sin necesidad de ponerle la mano encima. «El tocamiento fue claramente voluntario, y lesionó el derecho de la víctima a la autonomía personal proyectada sobre la dimensión sexual del propio cuerpo», dice la sentencia. Se trata del mismo argumento que esgrimió en su informe la acusación particular, a cargo de la letrada Pilar Sangorrín. «Su comportamiento es injustificable. Pero como todo el mundo sabe, este señor es un maestro del engaño y pretende camuflar una actitud claramente libidinosa. Porque lo que hizo, como hace siempre, es intentar satisfacer sus instintos básicos», insistió esta parte.

La Fiscalía entendió lo ocurrido más como una «provocación» que como un delito, de ahí que propusiera la absolución. «Reiteramos que no es justificable el hecho de dirigir el brazo al pecho de una mujer. Y entendemos que ella pudiera sentirse vejada y humillada, algo que en el pasado podría haberse castigado como una falta. Pero el Código Penal ya no las castiga», manifestó. La Audiencia condena ahora a prisión a Antonio Miguel Grimal, pero también le obliga a indemnizar con 300 euros a la víctima por los daños morales. También tendrá que pagar las costas del juicio, incluidas las de la acusación particular.

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