La oportuna llamada de su hermano salva a una maltratada de Utebo en Nochevieja

El joven llamó a su hermana para decirle que podía pasar a cenar y la escuchó gritar pidiendo ayuda. Su expareja había quebrantado la orden de alejamiento y se había presentado en su domicilio.

Controles para vigilar el cumplimiento de las restricciones y compras en el Alcampo de Utebo.
Imagen de archivo de la Policía Local de Utebo, que acudió a socorrer a la víctima..
Guillermo Mestre

Un juzgado de Zaragoza ha condenado este miércoles a cuatro meses de prisión a Cristian D. V., un maltratador reincidente que la pasada Nochevieja quebrantó la orden de alejamiento que le impedía acercarse a su expareja y volvió a agredirla. Los hechos se produjeron en el domicilio de la víctima en Utebo, donde el investigado se presentó sobre las 22.30 con la excusa de que quería pagarle los 300 euros que le debía. Sin embargo, lo que hizo fue golpearla y causarle varias heridas en el rostro.

Por fortuna, el hermano de la chica la llamó en ese momento por teléfono y ella gritó: «Ven a por mí, corre, que Cristian me está pegando». Tanto el joven como su madre, que viven cerca la víctima, se presentaron enseguida en su casa. Tenían una llave de la puerta, por lo que abrieron y se encontraron al acusado de pie con un cubata en la mano: «Feliz año», fue lo primero que les dijo. Ellos le preguntaron qué hacía allí, puesto que pesaba sobre él una condena del pasado mes de octubre que le impedía ponerse en contacto con la joven, que se había refugiado en el baño y no dejaba de gritar: “Sacadlo que aquí, que se vaya”.

El maltratador no quería marcharse, pero la madre de la chica terminó cogiéndolo de la pechera para sacarlo del piso. En su empeño por echarlo, se produjo un forcejeo en el que la mujer terminó cayéndose al suelo. Cuando se levantó, vio que Cristian D. V. corría escaleras abajo. El hermano de la víctima intentó alcanzarlo, pero no pudo.

Cuando le dijeron que su expareja se había marchado, la víctima salió por fin del baño y se abrazó con su madre. La chica, que sangraba por la boca y tenía un golpe bajo un ojo y otro en la zona de la sien, no dejaba de llorar. Sin embargo, cuando la Policía Local de Utebo se presentó en el domicilio y le aconsejó que acudiese al centro de salud a curarse ella prefirió no hacerlo. La madre explicó a los agentes que vive atemorizada, hasta el punto de que tiene que aparcar el coche lejos de su casa porque el investigado le amenazó con “reventarlo”.

El agresor, al que asiste el letrado Joaquín Tortajada, se entregó este martes ante la Guardia Civil y hoy ha aceptado pactar una sentencia de conformidad en un juicio rápido. Al confesar los hechos, ha evitado una posible condena de hasta tres años. En cualquier caso, se le ha colocado una pulsera GPS y tendrá que cumplir los cuatro meses de cárcel que se le han impuesto, ya que por ser reincidente no se le suspenderá la pena.

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