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Juicio en Zaragoza: "No sé qué tipo de violador pregunta a la víctima qué quiere hacer"

Una chica acusa a un joven de agredirla sexualmente junto al puente de Piedra y él alega que la relación fue consentida.

El acusado, Yassine M., durante el juicio celebrado ayer en la Audiencia de Zaragoza.
El acusado, Yassine M., durante el juicio celebrado ayer en la Audiencia de Zaragoza.
José Miguel Marco

Lo que empezó con un tonteo entre una chica de 19 años y un chico de 18 que se acababan de conocer en una noche de agosto de 2021 ha terminado en un juicio con una acusación de violación contra Yassine M., que se enfrenta a una petición de ocho años de cárcel. Él había salido con tres amigos y ella con otras tantas amigas y, por casualidad, se encontraron sobre las 2.30 junto al puente de Piedra de Zaragoza. La chica había perdido a parte de su grupo –con el que antes había estado bebiendo en bares del Casco Viejo–, y en ese momento iba solo con una amiga. Como reconoció ayer en la Audiencia, iba bastante "perjudicada" por el alcohol, lo que le hace tener "lagunas" sobre lo ocurrido aquella noche.

"Ella mostró interés por mí y me dijo que si la acompañaba a buscar a sus amigas a la plaza de La Seo follaba conmigo", declaró Yassine M. Añadió que se fueron a un lugar apartado, en el río, junto al puente, y tuvieron relaciones. "Yo le iba preguntando qué quería hacer. Le pedí una felación y accedió, y yo le metí los dedos para estimularla. Cuando hablamos de penetración le dije que no llevaba preservativo y yo no quería. Al acabar, ella se marchó porque le sonó el teléfono y era su padre, y yo volví con mis amigos", manifestó. A su juicio, la chica "se lo pasó bien" con él y no hubo ningún conflicto. "Aún hoy me pregunto por qué me denunció. Cuando me llamó la Policía no me lo podía creer. No sé que tipo de violador pregunta a la víctima qué cosas quiere o no quiere hacer", añadió ante el tribunal de la Sección Sexta de la Audiencia.

Tanto él como sus amigos dijeron que la chica no iba afectada por el alcohol, a pesar de que tropezó, cayó al suelo y la ayudaron a a levantarse.

Sin embargo, la joven contó los hechos de muy distinta manera. Admitió que es cierto que "tontearon". "Me encontré con este chaval y nos dimos unos besicos y nos apartamos, pero no esperaba que fuera a pasar lo que pasó", manifestó. "Le dejé claro antes, mientras y después que no quería. Pero me bajó los pantalones y me metió los dedos en la vagina. Si hubieran sido unas relaciones consentidas y placenteras no habría tenido lesiones", afirmó. Se refería a las escoriaciones (arañazos) que los forenses detectaron luego en la vulva y dentro de la vagina.

La víctima dice que "estaba aterrorizada"

La chica añadió que Yassine M. la sujetó con fuerza contra una pared (también llevaba varias escoriaciones en la zona lumbar) y le agarró la cabeza para que le hiciera la felación. Insistió en que todo lo que hizo fue "obligada". Después, llamó a sus amigas en estado de shock, "aturdida" y "aterrorizada", lo que las jóvenes confirmaron. "No sabía dónde estaba y, nos hizo una videollamada para enseñarnos el lugar", contaron. La joven estaba en la margen izquierda del Ebro, junto al puente de Piedra.

"No sabía lo que le había pasado. Llevaba manchas de sangre en el pantalón y estaba fuera de sí. Llamamos a la Policía y nos dijo que la lleváramos al hospital", indicaron. Allí la exploraron y le hicieron un análisis de alcohol en sangre y arrojó un resultado de 1,37 gramos dos horas después de los hechos. "Eso quiere decir que tendría 1,50 en ese momento", dijeron los forenses (sería un equivalente a 0,60 en alcohol espirado, es decir, la tasa penal en tráfico).

Para la Fiscalía, estos hechos suponen un delito de violación y pide 8 años de cárcel, como la acusación particular, a cargo de la abogada Cristina Martínez. Ambas resaltaron que aunque la chica tiene lagunas, estas no quieren decir que lo que diga no sea verdad. Incidieron también en que el abuso del alcohol condicionó su voluntad. "El consentimiento estuvo totalmente viciado", resaltó la letrada y las relaciones fueron de todo menos consentidas, añadió.

Por su parte, la abogada defensora, María Pilar Alda, cuestionó las «lagunas» de la joven y dijo que, tal y como relata los hechos, parece que su estado etílico es "muy selectivo". Aludió a lo que considera "maniobras dilatorias" de la denunciante y su padre, que entregaron los móviles para ser analizados un año después cuando ya la compañía telefónica ya no tenía los datos y pidió la absolución de su cliente. "La única violación aquí sería una sentencia condenatoria", dijo al tribunal.

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