violencia de género

Juicio en Zaragoza: "Salí con el machete en la manga sin intención alguna, pero ella se echó encima y se lo clavó"

Juzgan por tentativa de homicidio a un hombre acusado de acuchillar a su expareja por haber cortado la relación. 

El acusado, Jesús Rodríguez, durante el juicio celebrado este lunes.
El acusado, Jesús Rodríguez, durante el juicio celebrado este lunes.
Guillermo Mestre

Jesús Rodríguez admitió ayer que salió de su casa para encontrarse con su expareja con un machete escondido en la manga del jersey. A pesar de ello, aseguró que no tenía intención alguna de usarlo contra ella. "Quería demostrarle que estaba disgustado y muy enfadado por cómo me estaba tratando, pero nunca le he deseado nada malo", manifestó. 

Aun así, su expareja resultó herida en el abdomen, donde le tuvieron que dar seis puntos, y con varios cortes en los dedos de las ambas manos por sujetar el filo del arma blanca, que le atravesó el jersey y el chaquetón que vestía ese día de diciembre de 2022 en Zaragoza. La explicación que dio fue sencilla: "Ella se me echó encima y se lo clavó". "Y luego le pedí perdón veinte veces", añadió.

Rodríguez fue juzgado ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza como presunto autor de un delito de tentativa de homicidio con las agravantes de violencia de género y parentesco. La Fiscalía y la acusación particular, a cargo del abogado Miguel Guillén, piden nueve años de cárcel y la prohibición de acercarse a la mujer en trece años. Mientras, su defensor, Fernando Díaz, solicitó la absolución.

Los hechos ocurrieron el 9 de diciembre de 2022 en La Almozara. El acusado y la víctima habían sido pareja durante ocho años pero hacía unos meses que ella la había cortado. La decisión fue unilateral y no le sentó bien. De hecho, el fiscal leyó varios mensajes de whatsapp que le estuvo enviando durante esos meses y que están recogidos en treinta hojas. Todos son del tenor: "Hija de la gran puta procura no cruzarte en mi camino" o "si me cruzo contigo solo tengo ganas de darte".

Según Jesús Rodríguez, eso lo hizo porque estaba "enfadado" debido a una deuda económica por un dinero que le había dejado en su día y la mujer no terminaba de pagárselo. "Le había dado más pero, al final, le dije que con 3.000 lo saldaba", explicó, cantidad que ella corroboró. También se defendió diciendo que entonces estaba enganchado al ‘speed’.

Ese día habían quedado porque le iba a dar 1.000 euros a cuenta. Se citaron en la avenida de Puerta Sancho. Él vivía entonces en la cercana calle de Santa Inés, pero fue con coche. "Me insistió para que subiera al vehículo, pero a mí me dio mal rollo", declaró la mujer. Por esa razón, comenzaron a hablar en la calle.

La versión del acusado es que recogió el dinero y estuvieron "hablando" y, como llovía, le propuso ir a un bar. "En ese momento me pareció una estupidez llevar el machete y lo saqué de la manga pero para guardarlo en el bolsillo. Entonces ella se me echó encima, se lo clavó y lo cogió con las manos para quitármelo", insistió. Incluso añadió que no ocurrió nada más gracias a que él dio "un paso atrás". "Si no, no sé lo que habría pasado", dijo.

La mujer, no obstante, relató los hechos de otra forma."Cuando le di el sobre me dijo que no había venido por el dinero sino a matarme, a rajarme. Sacó el cuchillo y lo pegó a mi cuerpo. Me quedé parada. Empezó a enredar y me dijo que no era cachondeo, que cortaba de verdad, y me pinchó. Vi que no era una gracia y lo cogí con las dos manos", contó. Añadió que se dio la vuelta para irse y se metió en un bar cercano, al que entró al baño directamente para ver lo que le había hecho. "Notaba la sangre en la tripa. Desde allí llamé a la Policía y cuando salí, él ya no estaba y los agentes habían llegado", declaró.

La víctima explicó que Jesús Rodríguez no había aceptado que lo dejara y llevaba meses "fastidiándola". "Se presentaba en mi edificio y quitaba los fusibles de la luz desde abajo. Un día la puerta estaba rota y estoy segura de que fue él. Venía a buscarme al trabajo y rondaba por mi casa", contó.

El acusado, aunque negó la agresión, explicó que "por miedo" se fue a casa de una amiga y estuvo dos días hasta que lo localizó la Policía, que movilizó a los GOES porque no quería entregarse. Antes le envió un mensaje a la víctima: "Puedes sentirte orgullosa, has ganado. Los 2.000 que me debes espero te los gastes en medicinas".

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