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"No vengo a por dinero, vengo a matarte", dijo a su ex antes de apuñalarla en Zaragoza

Un hombre se enfrenta a 9 años de prisión por un delito de tentativa de homicidio cometido en La Almozara. 

Recurso entrada Audiencia Provincial de Zaragoza: GUILLERMO MESTRE[[[FOTOGRAFOS]]]
Recurso entrada Audiencia Provincial de Zaragoza
Guillermo Mestre

Jesús R. M., de 53 años, debería haber sido juzgado este jueves en la Audiencia Provincial de Zaragoza por intentar matar a su expareja, pero una enfermedad de su abogado obligó a aplazar la vista.

El agresor acuchilló a su víctima, de 48 años, en el abdomen. Sin embargo, la mujer tuvo los reflejos de sujetar el arma con las manos y que el filo no profundizara en su cuerpo. Aún así, atravesó el abrigo y jersey que vestía y le causó una herida incisa a la altura del epigastrio izquierdo y varias más en la palma y dedos de una mano.

Por esa razón, la Fiscalía acusa a Jesús R. M. de un delito de tentativa de homicidio, con las agravantes de violencia de género y parentesco, y solicita nueve años de cárcel y la prohibición de acercarse a la mujer durante trece años. También le acusa de un delito leve de injurias, por lo que pide una pena de 30 días de localización permanente.

La agresión se produjo el 9 de diciembre de 2022. Según la fiscal, con la excusa de que le devolviera un dinero que le debía, el hombre había citado a su expareja en la puerta del bar La Terraza del barrio de La Almozara

La mujer llegó sobre las 18.55 y él le propuso ir a un lugar más tranquilo, como su coche o un parque. Ella no accedió y, acto seguido, allí mismo, le entregó un sobre con los 1.000 euros que le debía. La reacción de Jesús R. M. fue increparle con palabras como: "Eres una hija de puta, me has dejado tirado como a un perro, solo te importas tú". Acto seguido, sacó un cuchillo de la manga de su cazadora y la apuñaló en el abdomen diciéndole: "Verdaderamente no vengo por el dinero, vengo a matarte". El agresor intentó clavarle de nuevo el arma, pero la víctima la sujetó con las manos. Presa del miedo, como pudo entró en el bar y se refugió en el baño mientras el acusado la perseguía diciéndole: "Me da igual hacerlo aquí, te vas a arrepentir".

La herida logró llamar al 091 y pocos minutos después se presentó una patrulla, que la protegió y la acompañó al hospital. Mientras tanto, Jesús R. M. se dio a la fuga y se ocultó durante tres días en la vivienda de una amiga en la calle de la Batalla de Arapiles.

La investigación policial permitió detectar al agresor por geolocalización en el mencionado piso. Cuando los agentes fueron a detenerlo, el hombre se atrincheró en la vivienda armado con un cuchillo de grandes dimensiones tipo machete y amenazó con quitarse la vida si era detenido. "Como os acerquéis me mato, si entráis es el final", les dijo.

La situación obligó a movilizar al Grupo de Operaciones Especiales (GOES), a agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana y a un negociador de la Policía Nacional para tratar de convencer al sospechoso de que depusiera su actitud y se entregara. Al final, el maltratador se autolesionó y fue reducido por los funcionarios con disparos de una pistola eléctrica tipo táser. La titular del Juzgado número 4 ordenó su ingreso en prisión provisional, donde permanece desde entonces.

Meses antes de cometer la agresión, el hombre, que mantuvo nueve años de relación con la víctima, le estuvo enviando mensajes de Whatsapp en los que la insultaba gravemente.

El informe médico forense recoge que, teniendo en cuenta la localización de la herida, si hubiese sido más profunda el arma podría haber penetrado en el abdomen y lesionar estructuras anatómicas a su paso. A su juicio, las heridas en esa zona suponen un riesgo vital por que ahí se localizan órganos como el bazo, el estómago o el intestino grueso y también la arteria aorta. Todos ellos susceptibles de causar una gran hemorragia o una infección (peritonitis) si no son atendidas de forma inmediata.

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