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Un vídeo subido en Instagram obliga a un joven a aceptar una condena de 2 años en Zaragoza

La grabación ha permitido probar los abusos sexuales a los que el acusado, de 26 años, sometió a una niña de 12. 

Imagen de archivo de un furgón de la Policía Nacional accediendo a la Audiencia de Zaragoza.
El juicio se celebró ayer en la Audiencia de Zaragoza..
José Miguel Marco

Un joven de 26 años confesó ayer ante un tribunal haber abusado sexualmente de una chica de 12 en un municipio de la comarca de Caspe (Zaragoza). Y lo cierto es que se vio obligado a hacerlo, ya que él mismo se dejó grabar en vídeo cuando estaba besándose con la niña, imágenes que esta hizo después públicas a través de su cuenta de Instagram

La propia madre de la víctima se había presentado el día anterior en el bar donde trabajaba el acusado para prohibirle que se acercara a su hija. Le dejó claro que era menor de edad y le advirtió de su especial vulnerabilidad, puesto que por entonces estaba en tratamiento psicológico. Pero aquello importó poco a C. F. F., quien no solo siguió contactando con la chica a través de videollamadas y mensajes de móvil, sino que le propuso un encuentro furtivo detrás de una gasolinera.

Por estos hechos, ocurridos sobre las cinco de la tarde del 2 de octubre de 2022 a las afueras de la localidad, la Fiscalía pedía 4 años de prisión, mientras que la acusación particular, a cargo de la letrada Trini Paño, solicitaba que la condena fuera de 5 años. Y lo hacían porque en aquel encuentro organizado por el acusado no solo hubo besos. Según declaró la menor durante la fase de instrucción, aprovechándose de que ambos estaban solos y nadie podía verlos, el joven empezó a tocarle los pechos, los glúteos y la entrepierna. Ella dijo que nunca consintió aquellos tocamientos y que se sintió tan incómoda que se inventó una excusa para marcharse.

Los besos que el acusado dio en la boca fueron fotografiados y grabados en vídeo por la menor con el consentimiento del primero. Y al acabar publicados en las redes sociales, fueron vistos por numerosas personas. Entre ellas, la madre de la chica, quien había advertido claramente a C. F. F. de las consecuencias de acercarse a su hija, con la que se llevaba 14 años. Tras hablar con la menor sobre lo ocurrido, la madre y la niña se presentaron en el cuartel de la Guardia Civil de Caspe para denunciar al joven como presunto autor de un delito de abusos sexuales a una menor de 16 años.

Empeoró su estado emocional

Según el Ministerio Público y la acusación particular, lo ocurrido aquella tarde detrás de la gasolinera supuso un retroceso y un empeoramiento del estado anímico y emocional de la víctima. Y con las pruebas que obraban en la causa, un juez de instrucción dictó una medida cautelar por la que se prohibía al investigado comunicarse por cualquier medio o acercarse a menos de cien metros de la menor.

Valorando las pruebas que existían contra el acusado, la defensa, a cargo de la abogada Elena Bondía, decidió pactar ayer una sentencia de conformidad con las acusaciones. De tal manera que, al reconocerse autor de los abusos sexuales, C. F. F. aceptó una condena de dos años de prisión, pena que al carecer de antecedentes le será suspendida y no tendrá que ingresar en el centro penitenciario de Zuera.

Para sellar el acuerdo, el encausado tuvo que abonar también una indemnización de 6.000 euros y hacerse cargo de las costas del procedimiento, incluidas las de la abogada de la denunciante. Tampoco podrá desempeñar ningún empleo o actividad que suponga contacto con menores durante un periodo de seis años. La orden de alejamiento respecto a la víctima se prolongará también otros seis años.

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