Por qué Estados Unidos se está quedando sin pandas (y qué tiene que ver China en esto)

El Partido Comunista, que utiliza a los pandas con fines diplomáticos, recupera los tres de Washington.

Un panda gigante en un zoo francés
Un panda gigante en un zoo francés
AFP

Nadie fuera de China puede tener un oso panda en propiedad. Todos pertenecen a China, incluso las crías nacidas en el extranjero. Como mucho, los zoológicos y centros de investigación pueden llegar a un acuerdo para que el país del que es originaria esta especie les alquile algún ejemplar. Pero no es fácil ni barato. Pekín requiere el pago de un millón de dólares al año por cada oso, un animal cuyo cuidado multiplica por cinco el coste del siguiente más caro -el elefante-, y ha hecho de estas transacciones una cuestión diplomática: los envía como muestra de amistad cuando las relaciones son buenas.

El mejor ejemplo de ello es lo que sucede con Estados Unidos: la República Popular envió los primeros pandas en 1972 cuando ambas superpotencias establecieron relaciones diplomáticas. De Washington se marcharon este jueves tres ejemplares en medio de un clima de creciente tensión política y económica. 1.864 osos panda viven en libertad actualmente. En la década de 1980 apenas eran un millar.

El contrato de cesión llegó a su fin y no ha sido renovado, así que, después de 23 años en el Zoo Nacional de la capital estadounidense, Mei Xiang y Tian Tian embarcaron en un vuelo de mercancías de la empresa FedEx, bautizado como 'Panda Express', con destino a Chengdu, capital de la provincia de Sichuan y epicentro del mundo panda. Han viajado acompañados de su cría Xiao Qiji -'pequeño milagro', nacido tras una inseminación artificial en 2020- y de tres especialistas, y con más de cien kilos de bambú para amenizar las 19 horas de vuelo.

A su llegada, los veterinarios chinos les harán un chequeo de salud completo antes de iniciar el proceso de adaptación a su nuevo hogar: una reserva natural en la que estarán acompañados por otros 150 ejemplares de esta especie que cada vez goza de mejor salud y que en 2021 salió del listado de las que están en peligro de extinción.

Reunión Biden-Xi, la única esperanza

En la actualidad 65 osos panda están cedidos a 19 países diferentes, en cuyos zoológicos son uno de los principales reclamos. En Estados Unidos solo quedan cuatro, y podría ser que no por mucho tiempo, ya que el contrato que los cede al zoológico de Atlanta concluye el año que viene. Algo similar les sucede al Reino Unido y a Australia, que pueden perder sus ejemplares en los próximos meses. No es casualidad que los tres países sean miembros de la Alianza de los Cinco Ojos, un eje anglosajón considerado antichino en el que también están Canadá y Nueva Zelanda.

La esperanza de los entusiastas del oso panda, que no son pocos, está puesta en la reunión que el presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping, tienen planeado mantener la semana que viene en el marco de la cumbre de la Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) que se celebrará en San Francisco. El asunto de los pandas podría servir para romper el hielo y propiciar un necesario acercamiento entre las dos mayores potencias del planeta, enfrentadas por guerras arancelarias, sanciones tecnológicas y profundas diferencias ideológicas.

Desde la dinastía Tang

Precisamente es esa adoración universal de la que gozan los osos panda, y su circunscripción exclusiva a China, la que los convierte en una inesperada -pero efectiva- herramienta diplomática. No en vano, aunque la utiliza desde hace más de diez siglos -hay registros del envío de dos osos a Japón durante la dinastía Tang-, se hizo especialmente relevante en el siglo XX. Y no solo la utilizaron los comunistas, que los repartieron por la Unión Soviética y Corea del Norte; sus antecesores del Kuomintang también enviaron pandas a Estados Unidos en 1941. Hasta 1982 se regalaban. Luego se adoptó el modelo actual de alquiler.

Tras la matanza de Tiananmen se incrementó su uso como herramienta de 'poder blando' para ganar el favor del mundo, pero, con China convertida en superpotencia, en vez de enviar más para mejorar relaciones, ahora lo que hace es recuperarlos para castigar a quienes airan al Gobierno. Curiosamente, España es el país con más osos panda de Europa y el segundo del mundo por detrás de Japón: alberga cinco, que están en el zoo de Madrid.

Es un buen reflejo de la política que hizo de nuestro país "el mejor amigo de China en Europa". No obstante, en China no faltan quienes piden que se ponga fin a la politización de este animal que, como dijo Vladímir Putin, "siempre logra que sonriamos". ¿Es hora de acabar con la diplomacia del panda?, se preguntaba el diario oficialista 'Global Times', que justificaba su respuesta negativa con la muerte de un panda y la mala salud de otro en el zoo de Memphis, en Estados Unidos. Muchos otros chinos, sin embargo, sostienen que nada mejor que la imagen de un oso panda para que el mundo identifique al país con algo enternecedor.

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