Detenido en Zaragoza el presunto autor del homicidio del barrio de Las Fuentes

Es un joven de 28 años, conocido del fallecido, que se entregó en una comisaría de la Policía Nacional el viernes y confesó el crimen. Alega que iba drogado con tusi y que pensó que la víctima lo iba a atacar sexualmente.

Retiran el cadáver de la víctima de su domicilio en la calle de Jaime Herrerín de Zaragoza.
Retiran el cadáver de la víctima de su domicilio en la calle de Jaime Herrerín de Zaragoza.
Francisco Jiménez

Un joven de 28 años es el presunto autor del asesinato de I. G. H, vecino del barrio de Las Fuentes que fue encontrado muerto en su domicilio hace seis días. El homicida se entregó este pasado viernes y confesó que lo había matado porque pensaba que la víctima lo iba a atacar a él. En su descargo, aseguró que se encontraba bajo los efectos de la droga llamada tusi, una anfetamina tintada de rosa que se esnifa y causa efectos alucinógenos.

Según ha podido saber HERALDO, el arrestado, que será puesto hoy a disposición judicial, manifestó que se cruzó con la víctima el pasado sábado y se saludaron, ya que hacía tiempo que no se veían y se conocían desde hacía varios años del barrio. I. G. H., a quien sus amigos llamaban Nacho, iba camino de su casa con unas garrafas de agua mientras que el presunto homicida había estado consumiendo la mencionada droga. Al parecer, Nacho lo vio mal y lo invitó a subir a su casa para que se tranquilizara. Estuvieron tomando unas cervezas y él, según contó, metiéndose rayas de tusi en el cuarto de baño de la casa. En la habitación, además de una mesa y un sofá, había una camilla.

El detenido explicó que, en un momento dado, Nacho le tocó los hombros y los brazos y él se puso tenso. La víctima salió del cuarto y regresó con una cerveza y, al acercarse a él de frente tuvo la sensación, según manifestó, de que podía "agredirlo sexualmente" y entonces cogió "algo" (no definió si un cuchillo o un objeto cortante) que había sobre la mesa y se lo clavó en el cuello.

I. G. C. cayó al suelo herido y murió desangrado. Al rato, el homicida cogió los teléfonos móviles de la víctima y su patinete y, con las ropas ensangrentadas, salió de la vivienda y se marchó a su domicilio. Por el camino tiró los terminales y el patinete. Después de cambiarse de ropa en su casa, se deshizo de la que estaba manchada de sangre.

Confesó a su padre el crimen

Esto ocurrió el sábado 21 de octubre y el cadáver de I. G. C. no fue encontrado hasta el miércoles siguiente. Dos días después, tras confesar a su padre lo que había hecho, acudió a la Policía y se entregó.

Nacho vivía solo en esa casa de la calle Jaime Herrerín desde que su madre murió hace un año y medio aproximadamente. Los servicios sociales del Ayuntamiento le prestaban ayuda a domicilio y precisamente fue la ausencia de respuesta a sus llamadas lo que les llevó a avisar a los Bomberos y la Policía Local para acceder a la vivienda.

Tras el hallazgo del cadáver, agentes del Grupo de Homicidios y de Policía Científica estuvieron inspeccionando la escena del crimen. A raíz de la confesión del autor del mismo, regresaron al domicilio para comprobar si los detalles de su declaración se ajustan a su confesión. Todavía no ha trascendido si han encontrado el arma homicida. Además, deberán contrastar sus manifestaciones con testigos de antes y después de la agresión.

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