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Un detenido culpa a dos policías de perder dos dientes en el arresto en Zaragoza

Los agentes, que resultaron heridos durante la intervención, lo acusan de atentado y él a ellos, de lesiones graves.

Los cuatro acusados, durante el juicio celebrado este martes en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Los cuatro acusados, durante el juicio celebrado este martes en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
H. A.

Dos vecinos de Las Delicias y dos policías nacionales volvieron a verse las caras en la Audiencia Provincial de Zaragoza dos años y medio después de una intervención que se saldó con la detención de los dos primeros. Uno de ellos, Héctor F. C., acabó con dos dientes menos y ahora acusa a los policías de lesiones y pide para ellos tres años de cárcel a través de su abogada, Cristina Candial, además de una indemnización para costearse el dentista.

Los agentes, por su parte, atribuyen a Héctor F. C. y a Carlos E. B., amigo de este y también acusado, un delito de atentado y otro de lesiones. Sus abogados, Pilar Sangorrín y Carlos Álvarez, en nombre de los sindicatos SUP y Jupol, solicitan para ellos tres años de prisión y una multa de 900 euros.

Los hechos ocurrieron el 5 de abril de 2021. Los dos policías, de la Brigada de Seguridad Ciudadana, acudieron a un piso de la calle de Jaca de Zaragoza requeridos por vecinos del inmueble hartos de que la fiesta que habían empezado la noche anterior continuara a las seis de la mañana con la música a todo trapo. Era época de pandemia, había toque de queda y no era la primera vez que acudían a esa casa por el mismo motivo, pero se había resuelto sin incidentes. Sin embargo, tal y como se puso de manifiesto este martes en el juicio, ese día todo se torció. Sobre todo a raíz de que uno de los inquilinos, Héctor F. C., comprobara que la Policía había descubierto que tenía una orden de alejamiento de la vivienda en la que se encontraba y de una de las mujeres, su actual pareja, que estaba allí también.

Uno de los policías declaró que llamaron a la puerta, les pidieron que bajaran la música y la documentación. Coincidió con su compañero en que tuvieron que requerirles los documentos cinco veces y que se identificaron de forma verbal, aunque dieron nombres falsos. "Carlos dijo que se llamaba Catalino, y todos lo llamaban Carlos", recordó uno. Tras mucho insistir, Héctor F. C. facilitó sus datos y, al comprobarlos en la central, resultó tener una orden que le prohibía estar allí. Al oírlo a través de la emisora y después de que el funcionario le dijera que tenía que acompañarle a comisaría, Héctor F. C. intentó entrar corriendo al piso, pero el lo agarró y se lo impidió. "Se puso muy violento, me dio un puñetazo en la nariz y empecé a sangrar. Traté de reducirlo pero yo solo no podía y me tuvo que ayudar mi compañero, una vez que redujo al otro", manifestó. De hecho, Carlos E. B. también fue arrestado después de que, en actitud desafiante, les dijera: "Nos habéis faltado al respeto; ahora te voy a reventar". Tras remangarse y ponerse en actitud de boxeo, lanzó un puñetazo al otro agente en la ceja.

Una enfermedad periodontal

Los dos vecinos niegan que esto sucediera así y aseguran que fueron los policías quienes les pegaron, aunque Carlos E. B. no tiene ninguna lesión y los agentes sí. Mientras, Héctor F. C. dijo en su manifestación primera ante el juez que los dientes se los rompió al caer al suelo, aunque este martes declaró que fue a causa de un puñetazo que le dio el policía que lo estaba sujetando por detrás.

El médico forense que lo examinó tras el incidente comprobó que tenía una enfermedad periodontal, caries y una boca séptica. Explicó que la avulsión de los dos dientes pudo deberse a un mínimo golpe, pues no tenía ninguna lesión en los labios reflejo de un puñetazo. Los policías dijeron que el detenido, en el trayecto a comisaría, se dio cabezazos contra la mampara del coche policial.

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