El IES Medina Albaida de Zaragoza no sufre daños estructurales, según confirma el informe de Bomberos

No obstante, técnicos de Educación están realizando una última inspección del centro desalojado antes de decidir el regreso de los alumnos a las aulas.

Desalojado un instituto del centro de Zaragoza por daños en una pared
Desalojado un instituto del centro de Zaragoza por daños en una pared
José Miguel Marco

El edificio de Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Medina Albaida de Zaragoza, que fue desalojado este martes debido a las grietas que aparecieron en algunas estancias, no sufre ningún daño estructural, según el informe oficial de Bomberos de Zaragoza.  

Así lo ha comunicado ese miércoles fuentes de Educación del Gobierno de Aragón. "No obstante, y para garantizar en todo momento la seguridad de la comunidad educativa, ahora mismo se está realizando una última inspección por parte de los técnicos del Departamento de Educación, 24 horas después del incidente y comprobar la evolución, antes de autorizar el regreso de los alumnos a las aulas", añaden las mismas fuentes.

Cuando obtengan resultado de la inspección, comunicarán en qué momento regresará a la normalidad el centro, en el que cursan estudios 600 alumnos, dan clases 64 profesores y hay 11 trabajadores no docentes. 

El centro educativo fue desalojado de forma preventiva el pasado martes a mediodía al aparecer dos grietas, una de ella de tres metros de altura entre la sala de profesores del centro y un almacén contiguo. 

Por este motivo, a la espera de tomar una decisión a la vista del informe de Bomberos y de los técnicos de Educación sobre si el edificio entraña algún riesgo, se han suspendido las clases de este miércoles.  

La consejera de Educación, Claudia Pérez Forniés, acudió este martes al instituto, ubicado en la calle José Luis Pomarón, para conocer de primera mano lo sucedido y aplaudió la serenidad con la que actuó toda la comunidad educativa del centro.  

El instituto Medina Albaida  se inauguró justo hace 30 años, en el curso 1993-1994, y recibió de nombre el apelativo afectuoso con el que los historiadores y poetas árabes se referían a la ciudad de Zaragoza o la Saracosta musulmana.

 

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