La Romareda inicia una nueva cuenta atrás

El Ayuntamiento y la DGA aseguran que este mes habrá un modelo para el estadio para seguir en la carrera del Mundial. La negociación para sumar a la DPZ al proyecto es clave para que la operación sea consensuada entre PP y PSOE. 

Recreación del proyecto de IDOM para la nueva Romareda.
Recreación del proyecto de IDOM para la nueva Romareda.
IDOM

Quedan apenas 15 días. En una nueva cuenta atrás después de cuatro proyectos fallidos, la nueva Romareda se prepara para la que debe ser la solución definitiva de un problema pendiente desde hace más de 20 años. Si no se encuentra antes de que acabe el mes una fórmula jurídica y de financiación que permita la construcción del estadio en plazo, Zaragoza tendrá muy difícil seguir en la carrera por ser sede del Mundial 2030, que organizarán España, Portugal y Marruecos.

Conscientes de lo complejo de la situación, el presidente de Aragón, Jorge Azcón, y la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, quisieron dar el mayor rango institucional al encuentro que mantuvieron el martes con la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), que se está reuniendo estos días con representantes de las 15 ciudades candidatas a ser una de las 10 u 11 sedes posibles que aportará España al Mundial. En el encuentro, de alrededor de hora y media, se transmitió una idea fundamental: Zaragoza, como cuarta ciudad de España, no puede quedar fuera. Y salieron convencidos de que si cierran una solución creíble en las próximas dos semanas el objetivo estará cumplido.

Sea el optimismo real o forzado, la maquinaria de la operación Romareda lleva días en marcha, después del varapalo que supuso la decisión del Real Zaragoza de no concurrir al concurso público convocado para la construcción y explotación del campo. El Ayuntamiento ya ha empezado a diseñar un modelo de sociedad y a redactar unos estatutos, a la espera de que se sepa cuántos socios tendrá, así como un cronograma realista.

Plazos ajustados

Los plazos con los que está trabajando el Ayuntamiento apuntan a que la sociedad esté constituida en dos o tres meses, con el objetivo de que su consejo de administración esté operativo a principios del año próximo para aprobar los proyectos y licitar los concursos de las obras, que van muy apurados de plazos, tanto por los que impone la competición, como la organización del Mundial 2030.

Pero antes de llegar a ese punto, todavía hay que concretar quiénes serán los socios de esa nueva entidad que debe levantar el coliseo zaragocista. El Ayuntamiento de Zaragoza, que es el titular del campo de La Romareda, el Gobierno de Aragón y el Real Zaragoza estarán seguro. Los tres harán aportaciones económicas, todavía por determinar, según la alcaldesa, hasta a que se conozca si habrá más socios. A priori se ha previsto que sean las mismas, pero los porcentajes serán una de las cuestiones que hay que aclarar. El estadio tiene un coste estimado de 140 millones.

Una opción es que entre Ibercaja, bien en el capital social, bien como entidad responsable de la financiación. Con la participación de una entidad financiera, el proyecto ganaría solidez, además de facilitar la entrada de nuevos operadores. Pero Azcón y Chueca quieren sumar además a la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ). Es una institución solvente, en gran medida por lo que supone tener entre sus municipios a la capital aragonesa, con casi 700.000 habitantes. Pero también porque es la vía de lograr el ansiado consenso político entre PP y PSOE en torno al proyecto de estadio, para evitar no solo polémicas, sino que se presenten recursos como el que propició que fracasara el intento de que fuera el club el que pagara la operación.

Al margen de tener perfiles políticos casi antagónicos, la relación del presidente de la Diputación Provincial, Juan Antonio Sánchez Quero, y Chueca es mala, después de las duras críticas que profirió el socialista contra la alcaldesa, a quien insta a dimitir por el «fracaso» de La Romareda. Ella no tardó en responder acusándole de «machista» y criticando su «mala educación», aunque luego ambos trataron de templar la relación institucional.

Por eso, está habiendo contactos a diversos niveles para aliviar tensiones y reconducir la situación. Lograr conectar al PSOE, que en el Ayuntamiento pide una comisión de investigación, va a ser un trabajo casi de orfebrería política. De momento, Sánchez Quero pide tiempo, pero no descarta participar. Diversas fuentes dan por hecho que lo hará y el propio presidente de la institución provincial avanza que «no va a escurrir el bulto», pero el dirigente socialista querrá su cuota de protagonismo y control del proceso.

Aunque en su última intervención en las Cortes de Aragón, Azcón trató de ser comedido, no pudo evitar acusar a los socialistas de estar detrás del recurso de Podemos al Tribunal Administrativo de Contratos Públicos de Aragón (Tacpa), que fue la espoleta de un proceso judicial en el que aún está la operación Romareda. Según el Real Zaragoza, «la inseguridad jurídica» generada fue lo que le impidió cerrar un acuerdo con un fondo de inversión para financiar la construcción del estadio.  Aquellas palabras del presidente autonómico a punto estuvieron de romper las conversaciones con el PSOE. Sánchez Quero se reunirá el día 19 con el secretario de Estado para el Deporte, Víctor Francos, evidencia de que el presidente provincial quiere tener un papel activo, pese a que en el PP se le acusa de querer marear la perdiz.

La financiación

Al margen de la cuestión política, una de las claves ahora es la financiación. Una parte dependería de aportaciones al capital de las instituciones que participen en el proyecto y el resto será por la vía crediticia (entidades financieras, Banco Europeo de Inversiones o fondos de inversión). El secretismo es máximo. Pero lo que sí está sobre la mesa es que habrá dinero del presupuesto municipal para el proyecto, sin descartarse que este pueda proceder de la venta de patrimonio o de recalificaciones de suelo (ya hay una diseñada desde 2020 con capacidad para aportar unos 60 millones de euros). En el Ayuntamiento de Zaragoza dan una palabra clave: periodificación. No todas las aportaciones se tendrán que hacer en el primer momento, sino que al igual que se hizo con las obras de Zaragoza Alta Velocidad, se puede articular un plan de pagos.

Si se cumplen las previsiones iniciales del Consistorio, en diciembre estará el proyecto de demolición y excavaciones, que se licitaría a principios de 2024 para derribar el edificio de El Cubo y el gol sur en verano. En julio se tramitará el proyecto de ejecución del estadio y las licencias, con el propósito de que la edificación, que se desarrollará por fases, pueda comenzar entre finales de 2024 y principios de 2025. El reto consiste en lograr que la nueva Romareda esté lista entre mayo y junio de 2028. No será fácil.

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