zaragoza

Dos nuevas cámaras de videovigilancia en el barrio Oliver de Zaragoza para prevenir delitos

El gobierno municipal ha multiplicado por cuatro la red de dispositivos de seguridad desde 2019

Instalación de cámaras de videovigilancia en el parque Copérnico del barrio Oliver de Zaragoza
Instalación de cámaras de videovigilancia en el parque Copérnico del barrio Oliver de Zaragoza
Oliver Duch

El Ayuntamiento de Zaragoza ha multiplicado por cuatro su red de cámaras de videovigilancia en desde 2019. Tras la colocación este martes de dos nuevas cámaras en el barrio de Oliver, la capital aragonesa ya tiene cerca de 40 dispositivos en la vía pública pensados para ayudar a jueces y agentes de seguridad a prevenir y perseguir el delito.

El concejal de Participación Ciudadana, Alfonso Mendoza, se ha acercado este martes a la confluencia de la calle de Copérnico con Monasterio de Piedra, donde finalizaban los trabajos de instalación de uno de los dispositivos. También en el barrio de Oliver se ha colocado otro más, en la calle de Antonio Leyva 64. En total, el desembolso ha sido de 18.500 euros, financiados con cargo a la junta de distrito y al Plan Integral del Barrio Oliver (PIBO).

“Al final lo que hacemos es cumplir con lo que los vecinos nos pidieron, con lo que se acordó en la junta de distrito”, ha dicho Alfonso Mendoza. “Es un medio complementario a la mayor presencia policial”, ha declarado Mendoza, que ha apuntado que hay que “seguir incidiendo en los sitios que son necesarios”, pese a que Zaragoza es “una de las más seguras de España”.

Cuando llegó el PP al gobierno de la ciudad, había una decena de cámaras instaladas en la ciudad con funciones en materia de seguridad ciudadana. Los populares reforzaron la videovigilancia en el Casco Histórico, con la colocación de 12 dispositivos en el entorno de la zona de Pignatelli (Boggiero, Cerezo, Aguadores, San Blas y San Pablo).

El salto se produjo en mayo de este año, con la incorporación de la inteligencia artificial a los sistemas de videovigilancia. En total se instalaron 14 cámaras en el entono de las calles de Doctor Cerrada, Ricla, Dato, Princesa, Fita y Gran Vía. El objetivo era frenar los incidentes violentos que se habían producido en esa zona, donde se concentran varios locales de ocio nocturno. En algún caso, las peleas habían tenido resultado de muerte.

La inteligencia artificial permite establecer sistemas de alertas o hacer búsquedas en las imágenes introduciendo una serie de parámetros, como el color de pelo o de la ropa. “Los resultados no solo han sido buenos, sino muy buenos”, ha explicado Mendoza.

El responsable municipal ha sido cauto respecto a las posibilidades de ampliación de la red de videovigilancia, dado que estos sistemas requieren de trámites complejos para recibir la autorización.

Además, no siempre las zonas donde se quieren colocar tienen la fibra óptica necesario. Por ejemplo, en las dos nuevas de Oliver ha sido necesario tirar el cable hasta el centro cívico para poder conectarlas a la red. Respecto a posibles ampliaciones, Mendoza se ha limitado a decir que en el barrio de Oliver se estudiaron otros seis puntos más para colocar cámaras, que en los próximos meses podrían tener su dispositivo de seguridad

“No tenemos problemas en añadir más cámaras, pero siempre con el acuerdo de los vecinos y de la junta de distrito”, ha dicho Mendoza, que ha subrayado que el objetivo es dar “sensación de seguridad” a los residentes, comerciantes y turistas.

Mendoza ha explicado que las imágenes que recogen estos dispositivos acaban en los servidores de la Policía Local. Al contenido solo se puede acceder con autorización judicial con el objetivo de esclarece algún delito. “Si en 30 días no se produce ninguna petición, se destruyen y se graban encima por el tema de la confidencialidad de los datos”, ha declarado.

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